El presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y el futuro vicepresidente, Geraldo Alckmin, participarán en la tarde del lunes en una ceremonia formal en Brasilia en la que el Tribunal Superior Electoral (TSE) les hará entrega de los diplomas que los acreditan como la fórmula ganadora de las elecciones.

De acuerdo a lo que informó el portal UOL, se estima que en el evento habrá cerca de 300 invitados, entre los que estarán los expresidentes Dilma Rousseff (2011-2016) y José Sarney (1985-1990). En la ceremonia también participarán autoridades del TSE y del Supremo Tribunal Federal (STF), parlamentarios, gobernadores y futuros miembros del gobierno de Lula, y estarán presentes los familiares de los dos funcionarios electos. Lula será el primero en hablar. Después del presidente electo, el orador será el presidente del TSE, el ministro Alexandre de Moraes. El acto es organizado por las autoridades electorales con la finalidad de formalizar la elección del candidato elegido por la mayoría de los brasileños. Durante el acto, que marca el final del proceso electoral, Lula y Alckmin recibirán los respectivos diplomas firmados por Moraes.

Este documento habilitará a ambos políticos a tomar posesión como presidente y vicepresidente, respectivamente, ante el Congreso Nacional, lo que sucederá el 1º de enero.

De acuerdo a lo que informó Folha de São Paulo, luego de esta ceremonia y de acá al final de la semana, Lula terminará de comunicar los nombres de los integrantes de su gabinete ministerial, luego de que el viernes anunciara a los primeros cinco: Fernando Haddad (Hacienda), Mauro Vieira (Relaciones Exteriores), José Múcio Monteiro (Defensa), Flávio Dino (Justicia y Seguridad Pública) y Rui Costa (jefe de Gabinete). Se estima que entre los nuevos jerarcas que serán designados habrá representantes de los partidos centroderechistas que le posibilitarán al líder del Partido de los Trabajadores tener una buena base de apoyo en el Congreso, el Movimiento Democrático Brasileño y el Partido Social Democrático. Existe también la posibilidad de que esté representado en el gabinete la coalición derechista Unión Brasil, ya que Lula mantuvo algunos contactos con representantes de este sector.

Paralelamente, la revista Fórum informó que en los próximos días el futuro mandatario de 77 años presentará un informe detallado elaborado por el equipo de transición, sobre el legado dejado por el gobierno del todavía presidente Jair Bolsonaro.

De acuerdo a lo que trascendió, el documento mostrará, con datos e información, la situación económica en la que está el país en varias áreas y los impactos que tendrá para la administración que entrará en funciones el primer día del año que viene. Integrantes del equipo de transición dicen que los análisis realizados por los grupos temáticos apuntan a una situación de desmantelamiento de políticas públicas y al riesgo de la continuidad de algunos programas sociales.

El informe tendrá un perfil muy didáctico, para ser ampliamente difundido a la sociedad, en línea con la solicitud del propio Lula. El líder del Partido de los Trabajadores dijo que se presentará “sin hacer un espectáculo pirotécnico”, sino para informar a la población sobre la situación en la que se encuentra el país en áreas como la educación, la salud y la ciencia y la tecnología.

“Haremos esto para que la sociedad lo sepa. Porque si no lo presentamos ahora, dentro de seis meses los desmanes del actual gobierno pesarán sobre nuestras espaldas”, explicó Lula.

El próximo mandatario también dijo que la actual administración es “un gobierno con un cuerpo muy grande y una cabeza muy pequeña”, y que no ha “preparado la administración de ese país”.

Informes preliminares muestran que durante la administración de Bolsonaro hubo graves falencias en muchas áreas del funcionamiento del Estado.

Los peores escenarios están en la lucha contra el hambre y en la promoción de la salud, la educación, la seguridad y los programas de seguridad social.