Entrando en el tercer mes de guerra en Ucrania, el fin del conflicto parece estar muy lejano, mientras los ataques rusos principalmente contra ciudades y localidades del este del país prosiguen todos los días.
Este domingo, en un hecho por demás significativo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, recibió en Kiev al secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, y también al secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin. Si bien no trascendieron mayores detalles de la reunión, el mandatario ya había adelantado que el principal tema a tocar iba a ser el armamento que el Ejército ucraniano necesita para seguir resistiendo los ataques enemigos y además el ritmo de entrega de estos armamentos pesados.
Si bien muchos países europeos le están suministrando material bélico a Ucrania, su principal proveedor por lejos es Estados Unidos.
En este sentido, Zelenski agradeció en un mensaje que escribió en su cuenta de Twitter al presidente y al pueblo estadounidense “el liderazgo en el apoyo a Ucrania”. “Han pasado dos meses de heroica resistencia de Ucrania a la agresión rusa”, recordó, y agregó que “hoy el pueblo ucraniano está unido y es fuerte, y la amistad y la asociación entre Ucrania y Estados Unidos son más fuertes que nunca”.
El presidente ucraniano afirmó que “Estados Unidos es el líder mundial, por lo que marca el ritmo y el tono de las negociaciones y la ayuda”. En la mayoría de casos, “influye en si un determinado Estado europeo u otro puede proporcionarnos las armas que son importantes para nosotros” y por eso Estados Unidos “es un socio estratégico”.
Este domingo, día en el que se celebró la Pascua ortodoxa, se reportaron nuevos ataques sobre la planta siderúrgica Azovstal, el último bastión de la resistencia ucraniana en la ciudad de Mariúpol, en el sureste del país. A pesar de que el presidente ruso, Vladimir Putin, había ordenado cesar los bombardeos sobre la instalación industrial, estos continuaron, lo cual sigue generando muchas repercusiones. Sobre esta situación, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) pidió en las últimas horas que se habilite un corredor humanitario para permitir evacuar a los civiles y los cientos de heridos que aún están dentro de la fábrica.
“El CICR está profundamente preocupado por la situación en Mariúpol, donde la población necesita ayuda urgentemente. Se necesita proporcionar de inmediato acceso humanitario sin obstáculos”, explicó la entidad en un comunicado.
Sin embargo, esto no pudo concretarse, según informó la ministra del Interior ucraniana, Iryna Vereshchuk, quien responsabilizó a las tropas rusas por no haber detenido el fuego para que los corredores humanitarios pudieran establecerse. La funcionaria también confirmó que harán un nuevo intento para conseguir que se instalen corredores en la ciudad este lunes.
Además, Vereshchuk se refirió a la visita que hará a Moscú el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el portugués António Guterres. La ministra instó al diplomático lusitano a plantearle la situación humanitaria de Mariúpol directamente al presidente ruso. “Eso es lo que debería hablar Guterres si es que se está preparando para hablar de paz”, expresó Vereshchuk.
Otro alto funcionario ucraniano, Igor Zhovkva, quien es uno de los principales asesores diplomáticos, también criticó la presencia de Guterres en la capital rusa, donde además de con Putin se reunirá con el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, y afirmó que Guterres “realmente” no tiene la autoridad para hablar en nombre de Ucrania. El secretario general de la ONU luego de ir a Moscú se trasladará a Kiev, donde el jueves se reunirá con el presidente Zelenski y con el canciller Dmytro Kuleba.
Por su parte, en su última actualización de datos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados reveló que casi 5,2 millones de ucranianos se fueron del país desde que empezó la invasión rusa, el 24 de febrero. Además, la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU estima que más de 7,7 millones de personas debieron dejar sus hogares y actualmente son desplazados internos dentro de Ucrania.