“La intolerancia quitó otra vida. Brasil no se merece el odio que se instauró en este país”, dijo el viernes el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, al enterarse de que un seguidor del presidente Jair Bolsonaro mató a un simpatizante del Partido de los Trabajadores (PT).
Rafael de Oliveira, de 24 años, confesó haber matado a puñaladas a su compañero de trabajo, Benedito Cardoso dos Santos, de 44, después de mantener una discusión política, informó el viernes la Policía. El asesinato ocurrió en la noche del miércoles en una fábrica de cerámica ubicada en una zona rural cercana al municipio de Confresa, en el estado de Mato Grosso.
Se trata del segundo asesinato de este tipo en esta campaña electoral para las elecciones del 2 de octubre. En julio, un guardia de cárceles seguidor de Bolsonaro mató a tiros a un militante del PT, Marcelo Aloizio de Arruda, durante una fiesta de cumpleaños decorada con imágenes de Lula en Foz de Iguazú. También entonces se oyeron voces de distintos sectores políticos condenando el discurso de odio que promueven grupos ultraderechistas.
Este viernes el candidato laborista Ciro Gomes atribuyó el asesinato a una “guerra fraticida” y una “polarización irracional y odiosa”, según citó Folha de São Paulo. A su vez, la senadora Simone Tebet, postulante a la presidencia por el Movimiento Democrático Brasileño, responsabilizó a Bolsonaro y dijo que “estimula el odio” e “instiga por medio de fake news en las redes sociales”.
El martes Bolsonaro había dicho que la “gente como Lula tiene que ser extirpada de la vida pública”. Para la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, “la orden de violencia que da Bolsonaro para extirpar a Lula y al PT conduce a esto”.
Lula dijo que “antes no había cultura de la violencia” en la política. “Esto ocurrió ahora y en 2018, y no de nuestra parte. Esto es gravísimo. Espero que la Policía esté atenta y también la Justicia electoral, para ver si hay orden, orientación, si es una estrategia política”, dijo.
Según informó la agencia Efe, Lula agregó que ha recibido muchas denuncias de “provocaciones” políticas, y mencionó el caso de un pastor que amenazó a sus fieles con expulsarlos de la iglesia si votaban al PT, y el de un terrateniente que amenazó a sus trabajadores con despedirlos.
Por su parte, Bolsonaro mantuvo el viernes su discurso agresivo contra el PT durante un acto político. Según citó Folha, el presidente afirmó: “Esa plaga siempre está contra la población. Esa gente no produce nada, sólo genera desgracia para el pueblo brasileño. Con nuestra reelección [...] barreremos al basurero de la historia a ese partido que se dice de los trabajadores pero que en verdad está integrado por desocupados”. Una vez más se refirió a la contienda electoral como una lucha “del bien contra el mal”.