“¡Massa!: ¿cuándo vas a dejar de afanar?”; “¡Dejate de joder con los plancitos!”.

Esas frases dicha por la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, fueron algunas de las más ilustrativas del último debate entre los candidatos presidenciales argentinos realizado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, que tuvo un tono claramente más agresivo que el que los postulantes habían tenido una semana antes en Santiago del Estero.

Después de haber tenido una pobre actuación en el primer debate de acuerdo a lo que ella misma reconoció, atribuyéndolo a un fuerte resfrío, Bullrich adoptó un tono sumamente agresivo, haciendo blanco particularmente en el actual ministro de Economía, Sergio Massa (Unión por la Patria), y en menor medida contra Javier Milei (La Libertad Avanza).

En la cerrada carrera hacia las elecciones del 22 de octubre en las que las encuestas la ubican tercera detrás de Milei y Massa, la postulante de la coalición opositora jugó muy fuerte, por momentos claramente destemplada y con un tono bajísimo.

Los otros dos presidenciables, Myriam Bregman (Frente de Izquierda) y Juan Schiaretti (Hacemos por Nuestro País), se plantaron de una manera muy similar a como lo habían hecho una semana antes: Bregman hablándoles a los trabajadores y atacando al capitalismo, y Schiaretti parado en los pedales federales, buscando el voto de los habitantes del interior.

Ante los embates de Bullrich, que en reiteradas ocasiones lo acusó de “chorro” y de financiar “a los ñoquis de La Cámpora”, Massa mantuvo un tono equilibrado, realizó propuestas más o menos creíbles y en más de una ocasión llamó a que el próximo sea “un gobierno de unidad nacional”.

Los casos de corrupción más sonados durante los gobiernos kirchneristas fueron el filón elegido por Bullrich, que también hizo referencia al más reciente caso del ahora exjefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, y su inmoral ostentación de riqueza en un momento en el que buena parte de sus compatriotas la están pasando muy mal.

“Estas dos semanas hemos visto lo más brutal de la corrupción kirchnerista, los yates de Insaurralde son como el punto máximo y vemos a los argentinos que no pueden pagar las cuentas”, expresó Bullrich, y agregó: “Para cambiar hay un solo camino, terminar con los Insaurraldes y las mafias que azotan a nuestro país”.

En la misma línea, planteó que busca “ganar la elección y sacar estas mafias de la Argentina”, por lo que remarcó que “Massa no puede, es parte de ellos, y [el candidato libertario Javier] Milei se ha asociado con ellos también”.

En ese momento Massa pidió derecho a réplica y explicó que Insaurralde “cometió un hecho gravísimo y le pedí la renuncia y la renuncia a su candidatura”, y luego le pegó duro a Bullrich: “No somos todos lo mismo. Vos no le pediste la renuncia a [Gerardo] Milman”, el legislador de Juntos por el Cambio implicado en la investigación del atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández.

Acusado de ser el causante de la dramática situación económica que vive el país, Massa respondió: “La verdad es que algunos se olvidan de que llevaron a la Argentina a la peor deuda de la historia”, y que además recordó que el país “transita la peor sequía de la historia y no me metí debajo de la cama porque amo a mi país”.

Bullrich también le pegó a Milei, por su política sobre la liberalización del porte de armas y también sobre la venta de órganos. El libertario a su vez la acusó de estar aferrada a las mentiras que le arma su equipo de campaña e ironizó sobre algunas vacilaciones de su adversaria. “La veo seteada, suéltese un poquito”, dijo en tono sobrador el economista ultraderechista.

Confiado por ir primero de acuerdo a todos los sondeos, Milei no se salió de su libreto, repitió sus fórmulas ya dichas centenares de veces y respondió con muecas irónicas y medias sonrisas cuando lo criticaban. Sólo soltó un “montonera asesina” hacia Bullrich, quien por lejos fue la candidata que más cambió su actitud de un debate a otro.

Milei también fue protagonista de otro momento intenso del intercambio entre los postulantes. En realidad, “si sos monotributista o precarizado, ya estás afuera, pero con lo que propone Milei no vas a estar mejor, la única libertad que defiende Milei es que te exploten sin límites”, expresó la izquierdista Bregman.

Como respuesta, el candidato libertario, en un tono sobrador, descalificó a la postulante izquierdista y a continuación Massa fue derecho contra Milei: “Javier, hasta acá llegaste. Dejá de faltarles el respeto a las mujeres. Esto muestra tu rasgo autoritario. Milei plantea un mercado de trabajo donde las mujeres no tienen posibilidad de desarrollo, donde los trabajadores pierden la indemnización y las vacaciones pagas”.