Sergio Massa, candidato de la coalición oficialista Unión por la Patria (UP), dio el gran golpe y fue el candidato más votado en las elecciones presidenciales de este domingo.
Con más del 98% de las mesas electorales escrutadas, el actual ministro de Economía sumaba el 36,68% de los apoyos, contra el 29,98% del postulante de La Libertad Avanza, Javier Milei, por lo que ambos avanzaron al balotaje que se celebrará el 19 de noviembre.
Más atrás, en el tercer lugar, con el 23,83% de los votos se ubicó Patricia Bullrich, de la coalición opositora Juntos por el Cambio (JxC). Cuarto quedó el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, que sacó el 6,78%, una muy buena votación respecto a las primarias de agosto, y en último lugar se situó la izquierdista Myriam Bregman, con el 2,70%.
En las elecciones generales de este domingo fueron a votar el 74% de los ciudadanos, un porcentaje mayor que en las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), cuando votó el 69% del electorado.
Una primera apreciación que se puede sacar, vistos los resultados, es que las encuestadoras volvieron a fallar. Si bien todas daban una segunda vuelta entre Massa y Milei, lo hacían de manera inversa, con el libertario partiendo con ventaja. Y eso no sucedió: el ultraderechista quedó clavado casi en el mismo porcentaje que consiguió en las primarias y apenas creció alrededor de 0,20%. Por el contrario, la fórmula de UP, sumando también los votos que había conseguido Juan Grabois, creció casi 7,5%.
JxC confirmó su dura caída perdiendo casi 6% de los apoyos con respecto a agosto.
A primera vista, la gran remontada de Massa se basó en al menos tres factores: la buena campaña que hizo y las decisiones económicas que tomó en las últimas semanas para atenuar la galopante inflación, lo que la oposición calificó de manera peyorativa con el “plan platita”; en segundo lugar, y al contrario de lo que había pasado en las primarias, los intendentes del peronismo del conurbano bonaerense jugaron fuerte por el oficialismo, dejando de lado el impulso más o menos solapado que le dieron a Milei en varios distritos en el armado de las listas.
Y por último, y quizá sea el factor más importante, parece haber incidido de manera decisiva en el resultado el miedo ante la posibilidad de que Milei fuera presidente, que se percibía cada vez con mayor intensidad en los días anteriores a la elección, algo que indudablemente le puso un techo al crecimiento del candidato libertario.
En su largo discurso, que dio en el lugar en el que esperó los resultados, el Complejo C, un centro cultural ubicado sobre la avenida Corrientes, en el barrio Chacarita, Massa llamó a la conformación a un gobierno de unidad nacional con “los mejores de cada fuerza política” para poder así “abrir una nueva etapa institucional en la política argentina”. “Sepan que no les voy a fallar”, dijo el ministro de Economía, que agregó: “La grieta se murió y el 10 de diciembre empieza una nueva etapa en mi gobierno”.
El candidato, que picará en punta para la segunda vuelta, además convocó a quienes votaron a Schiaretti, a Bregman y a los que lo hicieron en blanco. “Quiero esta noche también hablarles a los argentinos y argentinas que fueron al cuarto oscuro y votaron en blanco, o se quedaron en casa, o que la eligieron a Myriam (Bregman) o a Juan (Schiaretti), a aquellos radicales que comparten nuestros valores”, expresó.
Rotunda victoria peronista en la provincia y balotaje en la capital
Otra buena noticia para el kirchnerismo en estas elecciones fue el contundente triunfo que consiguió Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, siendo reelecto por amplio margen.
Con más de 98% de los votos contabilizados, Kicillof tenía el 44,88% contra el 26,62% que consiguió Néstor Grindetti, el candidato de JxC. Más atrás se situó la candidata libertaria, Carolina Píparo, que consiguió el 24,59%.
“Agradezco a los y las bonaerenses, hayan votado como hayan votado, porque este año estamos cumpliendo 40 años de democracia. Este año votamos por décima vez candidato a presidente en Argentina y quiero dejar en claro que esta democracia se basa en la profunda memoria de una noche genocida y que este voto significa ‘dictadura: nunca más’”, dijo Kicillof en su discurso tras su gran victoria.
Mientras tanto, en las elecciones para elegir al nuevo jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, JxC sufrió una nueva frustración, porque el candidato Jorge Macri, primo del expresidente, no llegó al 50%, quedó en el 49,6% y tendrá que ir a un balotaje, testimonial, pero balotaje al fin, con el candidato de UP, Leandro Santoro, que sacó el 32,20%.
La leonera desfigurada
Poco después de que finalizara la votación, sobre las 18.00, paulatinamente comenzaron a llegar los seguidores de Javier Milei a las afueras del hotel Libertador, ubicado en la avenida Córdoba, donde estaba ubicado el comando del candidato ultraderechista.
Si bien dentro del hotel desde la dirigencia libertaria se transmitía cautela y la idea de que “nadie piensa ganar en primera vuelta”, el clima en el exterior iba totalmente por otro lado.
En el aire tenso flameaban banderas libertarias con la viborita, algunas argentinas y muchas amarillas con la imagen del león.
El clásico “¡La casta tiene miedo!” sonaba, pero también el más ambicioso “¡Primera vuelta, la puta que lo parió!”, entonado por esa fauna variopinta que es la primera línea callejera del libertario: personas en su mayoría jóvenes, predominantemente varones, algunos personajes trajeados y con aire oscuro, los clásicos y llamativos cosplayers y también apareció el tipo disfrazado de león -un habitué en los actos masivos del sector-, y hasta Batman.
También había en el lugar libertarios provenientes de otros países, chilenos, brasileños y numerosos venezolanos afincados desde hace años en Buenos Aires, quienes son otra de las patas que sostienen el voto del ultraderechista.
El clima en las afueras del hotel Libertador era de un marcado optimismo, totalmente disociado de los datos que estaban emergiendo de los comandos de cada partido, que comenzaban a pintar una realidad muy diferente a la que la mayoría podía suponer. Prácticamente todos los seguidores de Milei estaban fascinados con el espectáculo mediático que se armó en torno a ellos, captado por numerosos medios extranjeros que no querían perderse ese gabinete de las curiosidades.
El clímax, en las primeras horas de la noche, llegó cuando comenzó a avanzar desde la calle Maipú hacia la avenida Córdoba una potentísima columna de bombos e instrumentos de viento, al mejor estilo de una clásica hinchada porteña -en este caso eran visibles los escudos de Boca-, acompañados de enormes carteles desplegados por un pequeño ejército de adolescentes, dirigidos por tres o cuatro adultos que daban indicaciones. Una clásica escena del sindicalismo peronista, pero en este caso extrañamente trasladada a la varieté del libertario.
Quizá esa presencia tan clara y poderosa del bombo, la quintaesencia de la liturgia justicialista, fue un mensaje de lo que iba a confirmarse un rato más tarde.
Los primeros indicios de que el resultado no sería el esperado generaron casi de inmediato una reacción generalizada: “Nos robaron”. Esta respuesta no fue casual. El viernes el propio Milei en una entrevista radial había dicho que temía un “fraude”.
Pero en el discurso que dio entrada la noche, el libertario no hizo mención alguna a eventuales irregularidades, sino que directamente pidió de manera casi explícita el apoyo de los votantes de JxC.
Luego de felicitar a Jorge Macri por su buena votación en la capital, y también a Rogelio Frigerio, el candidato de JxC que ganó las elecciones que se celebraron este domingo en la provincia de Entre Ríos, el libertario hizo un llamado a dejar atrás las diferencias para poder derrotar a Massa en la segunda vuelta.
“Hoy es un día histórico, dos tercios de los argentinos votaron por un cambio, por una alternativa a este gobierno de delincuentes que quiere hipotecar nuestro futuro para permanecer en el poder. Durante todos estos meses, la campaña hizo que muchos de los que queremos un cambio nos vieran enfrentados; por eso vengo a dar por terminado ese proceso de agresiones y ataques y estoy dispuesto a hacer tabula rasa, a barajar y dar de nuevo con el objetivo de terminar con el kirchnerismo”, afirmó.