Un cambio significativo de rumbo puede darse en Polonia, donde este domingo se celebraron las elecciones parlamentarias. Según los primeros datos a boca de urna, el partido conservador Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco), que gobierna desde 2015, fue el sector más votado con el 36,8% de las adhesiones. Pero el muy buen desempeño de la centrista Plataforma Cívica, que consiguió el 31,6%, puede llevar nuevamente al gobierno a su líder, el ex primer ministro y expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, si es que logra conformar alianzas con otros sectores.

En estos comicios -que tuvieron un carácter histórico porque se registró el mayor porcentaje de votación, 72,9%, superando las elecciones de 1989, las últimas celebradas en la extinta República Popular de Polonia- el tercer sector más votado fue la coalición centrista Tercera Vía con el 13%, la izquierda consiguió el 8,6% y los ultraderechistas de Confederación el 6,2%.

De acuerdo a estos porcentajes, Ley y Justicia tendrá 200 bancas en el Parlamento de un total de 460 escaños, la Plataforma Cívica contará con 163, Tercera Vía con 55, la izquierda con 30 y los ultraderechistas con 12.

A la espera de la confirmación de los resultados oficiales, Tusk dio un mensaje victorioso a miles de sus votantes que se reunieron frente a la sede partidaria en Varsovia. “¡Polonia ha ganado! ¡La democracia ha ganado! ¡Los hemos echado del poder!”, exclamó Tusk, de 66 años, quien fue primer ministro del país entre 2007 y 2014 y a continuación, entre 2014 y 2019, ejerció el cargo de presidente del Consejo Europeo.

“Sé que nuestros sueños eran aún más ambiciosos. Llevo mucho tiempo en política. Jamás había estado tan feliz en toda mi vida”, agregó el dirigente, de acuerdo a lo que consignó la prensa polaca.

Por su parte, el líder de Ley y Justicia, Jaroslaw Kaczynski, junto al primer ministro Mateusz Morawiecki y otros miembros del gobierno celebraron la victoria de su sector, aunque saben que su futuro al mando podría estar severamente en cuestión.

Las negociaciones que comenzarán tras la proclamación de los resultados oficiales le podrían dar a Tusk la oportunidad de volver a gobernar si logra acordar con los líderes de Tercera Vía y los izquierdistas.

Esto modificaría el rumbo político de Polonia, que durante estos ocho años de gobiernos conservadores adoptó una postura en buena medida hostil hacia la Unión Europea, alineándose en muchos casos con otro poderoso gobierno ultraderechista de la región, el de Hungría, que lidera Viktor Orbán.

La cuestión migratoria fue uno de los ejes de la campaña, donde el oficialismo reiteró una vez más su postura contraria a las normas del bloque comunitario.

También de la mano de Ley y Justicia, un sector que cuenta con un fuerte apoyo de los más fervientes adherentes de la iglesia católica, de enorme influencia en el país, se registraron en estos años significativos retrocesos en los derechos de la población LGBT y también en materia de salud sexual y reproductiva.