Las cancillerías de Honduras y China anunciaron este domingo que sus países establecieron relaciones diplomáticas, luego de que el ministro de Relaciones Exteriores del país centroamericano, Eduardo Enrique Reina, mantuviera un encuentro para rubricar el acuerdo con su par chino, Qin Gang, en Pekín.

Este paso dado por el gobierno hondureño que preside la izquierdista Xiomara Castro puso fin a las relaciones que su país tenía con Taiwán, oficialmente conocida como República de China desde 1941.

Esta decisión se produce en momentos en que el gobierno de Honduras apunta a conseguir nuevos aliados para sus relaciones comerciales, situación que fue capitalizada por el gobierno de Pekín que a su vez está buscando particularmente ampliar su influencia en el continente americano. El portal France 24 recordó que hace pocos días, el 15 de marzo, el canciller Reina había dicho que el acercamiento con China era una medida que respondía a cuestiones prácticas y no ideológicas.

En ese momento, Reina había expresado que Honduras estaba “hasta el cuello” de problemas financieros y deudas. Entre otros factores, el país centroamericano debe a Taiwán alrededor de 600 millones de dólares, lo que en parte explica el paso dado el domingo.

En una declaración publicada por el Ministerio de Relaciones Exteriores con sede en Tegucigalpa se afirmó que Honduras reconocía a la República Popular China como el único gobierno legítimo que representa a toda China y que Taiwán es una “parte inseparable del territorio chino”.

El litigio entre China y Taiwán se remonta a la revolución comunista liderada por Mao Zedong que logró la victoria y accedió al poder en 1949. En esos momentos, las fuerzas nacionalistas derrotadas de Chiang Kai-shek se refugiaron en la isla de Taiwán, reclamando desde entonces ser el único estado chino legal, algo que Pekín niega, considerando además a la isla como territorio propio, aunque de hecho se maneja de forma autónoma.

Tras el anuncio de la cancillería hondureña, el mandatario chino Xi Jinping invitó a la presidenta Xiomara Castro a visitar Pekín, de acuerdo a lo que informó el diario hondureño La Prensa.

La noticia, obviamente y más allá de que era previsible, cayó muy mal en Taiwán y también en Estados Unidos, un firme aliado del gobierno isleño, al que apoya militarmente.

Hablando en Taipei, la capital taiwanesa, el ministro de Relaciones Exteriores, Joseph Wu, dijo que Castro, quien asumió el cargo a principios del año pasado, y su gobierno, “siempre tuvieron ilusiones” sobre China y que la “atracción” de China nunca se detuvo.

Por su parte, de acuerdo a lo que consignó Reuters, la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, dijo en un comunicado que Taiwán no competirá con China en la diplomacia del dólar “sin sentido”. El paso dado por Honduras tiene una importancia simbólica singular, ya que esta semana la mandataria taiwanesa realizará una visita a la región, donde visitará Guatemala y Belice. Además, al final de su gira, está previsto que Tsai se reúna en Los Ángeles con el presidente de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, el republicano Kevin McCarthy.

Luego de conocida la noticia, el Departamento de Estado estadounidense dijo que si bien la decisión de Honduras fue soberana, era importante señalar que China “frecuentemente hace promesas a cambio de reconocimiento diplomático que finalmente no se cumplen”.

La decisión de Tegucigalpa deja a Taiwán solo con un puñado de aliados diplomáticos. Hasta ahora la isla había sido reconocida como una nación independiente por 14 gobiernos: Paraguay, Guatemala, Belice, Haití, Saint Kitts y Nevis, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Ciudad del Vaticano, Eswatini, Palau, Nauru, Islas Marshall, Tuvalu y Honduras, por lo que el número de países que reconocen al territorio ahora se reduce a 13.