El Comité de Investigación Ruso informó este domingo que había finalizado los exámenes genéticos de las personas que murieron en el accidente aéreo que se produjo el miércoles al noroeste de Moscú, identificándolos a todos, incluyendo a Yevgeni Prigozhin, máxima figura del Grupo Wagner, una organización militar privada rusa.
“En el marco de la investigación del accidente aéreo en la región de Tver se han completado los exámenes genéticos moleculares. Según sus resultados, se han establecido las identidades de las diez víctimas. Corresponden a la lista que figura en el manifiesto de vuelo”, expresó el comité en un comunicado consignado por la agencia oficial rusa TASS.
La autoridad de aviación civil rusa había informado inmediatamente después del accidente que Prigozhin y algunos de sus principales lugartenientes, como Dmitri Utkin, estaban en la lista de pasajeros del vuelo privado que tenía previsto cubrir el recorrido entre las dos principales ciudades rusas, Moscú y San Petersburgo.
El anuncio sobre la muerte del líder del Grupo Wagner generó todo tipo de especulaciones sobre el destino de Prigozhin. Se sabía que el empresario tenía dobles de cuerpo y usaba múltiples pasaportes y disfraces mientras viajaba. En dos ocasiones ya habían existido falsos informes sobre su muerte, el último de ellos después de un accidente aéreo en la República Democrática del Congo en 2019.
El diario inglés The Guardian informó que el viernes el Ministerio de Defensa del Reino Unido había expresado en un comunicado que si bien se sabía que Prigozhin, de 62 años, “guardaba medidas de seguridad excepcionales”, era “muy probable” que estuviera entre los muertos.
El comunicado emitido este domingo por las autoridades rusas no proporcionó ningún detalle sobre lo que pudo haber causado el accidente, que se produjo dos meses después del breve motín de Prigozhin en el que las tropas de Wagner capturaron un cuartel general de defensa en la ciudad de Rostov y marcharon hacia Moscú.
Funcionarios estadounidenses y de otros países occidentales expresaron que el avión probablemente fue derribado por una explosión intencional, lo que provocó que se estrellara.
Obviamente, las sospechas se centraron rápidamente en el presidente ruso Vladimir Putin, y funcionarios estadounidenses y occidentales dijeron que era muy probable que él fuera el autor intelectual del incidente, ya que la revuelta armada de Prigozhin había sido el desafío más serio para el líder en sus 23 años en el Kremlin.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo después del accidente en un breve contacto con los medios: “No sé con certeza qué pasó, pero no me sorprende. No hay mucho que suceda en Rusia que Putin no esté detrás”.
Desde el Kremlin se negó enfáticamente cualquier implicancia en la muerte de Prigozhin y se calificaron las evaluaciones de los servicios de inteligencia occidentales sobre la posible participación de Putin como “una mentira absoluta”.
Prigozhin y su grupo, que se calcula que tiene alrededor de 20.000 combatientes, tuvieron una participación clave en la guerra en Ucrania, particularmente en la región del Donbás, destacándose su rol en la toma de la ciudad de Bajmut, en la que fue la batalla más larga del conflicto bélico en curso.
Putin actuó con rapidez para intentar sacarle rédito a la muerte de Prigozhin y emitió un decreto que exige que Wagner y todos los demás combatientes que son parte de compañías militares privadas hagan un juramento de lealtad a Rusia.
Según dijo a la agencia Associated Press Abbas Gallyamov, un analista político y exredactor de discursos oficiales de Putin, aunque el Kremlin había llegado a un acuerdo con Prigozhin para poner fin a la revuelta armada, permitiéndole salir libre sin cargos en su contra, Putin no quedó para nada conforme con la situación, en la que se había visto desafiado como nunca.
El motín “mostró a todos la debilidad de Putin”, agregó Gallyamov, y afirmó que esa rebelión “dejó muy mal parado a Putin, porque era una invitación abierta a otros posibles amotinados”.