Escoltados por fuerzas de seguridad rusas, algo más de 300 civiles armenios que habitaban en el enclave de Nagorno-Karabaj llegaron a territorio armenio, en el marco de la reconfiguración que se está dando en la zona luego de los ataques de las fuerzas azeríes de la semana pasada que finalizaron con la rendición de las fuerzas locales.

En los hechos, la nueva realidad es que todo el territorio de Nagorno-Karabaj, históricamente habitado mayormente por armenios, pero situados dentro de Azerbaiyán, que está en disputa desde la disolución de la Unión Soviética, pasará ahora a ser controlado totalmente por los azeríes, por lo que se espera que buena parte de los 120.000 armenios que viven en la zona se trasladen definitivamente hacia Armenia.

Las recientes acciones bélicas emprendidas por el gobierno de Azerbaiyán fueron precedidas de un largo asedio contra los armenios de Nagorno-Karabaj, a quienes se dejó aislados desde fines del año pasado al cerrar el corredor de Lachín, la única vía terrestre por la cual se comunicaba este territorio con Armenia, ocasionando una crisis humanitaria que fue calificada como un “genocidio en curso” por el jurista argentino Luis Moreno Ocampo, exfiscal de la Corte Penal Internacional.

Esta situación generó una gran indignación entre los armenios, tanto los que viven en el lugar como en la diáspora, que interpretaron como una traición la falta de ayuda del gobierno de Pashinyan a las fuerzas de la República de Artsaj –denominación que los armenios le dan al territorio de Nagorno-Karabaj que estaba bajo su control–, que fueron militarmente derrotadas por los azeríes. El domingo, de acuerdo a lo que informó la agencia rusa TASS, más de mil manifestantes se congregaron en el centro de Ereván, la capital armenia, para exigir la renuncia del primer ministro Pashinyan. Las personas se concentraron en la plaza frente a la casa de gobierno, que está rodeada de policías, pero los manifestantes se expresaron de manera tranquila y no hubo ningún tipo de incidente.

También el domingo, Pashinyan emitió un mensaje a la población en el que manifestó su temor por la suerte que puedan correr los armenios que están en Nagorno-Karabaj. “Los armenios de Nagorno-Karabaj siguen enfrentando el peligro de una limpieza étnica. En los últimos días llegaron suministros humanitarios a Nagorno-Karabaj, pero esto no cambia la situación. A menos que se creen condiciones genuinas para que los armenios de Nagorno-Karabaj vivan en sus hogares, junto con mecanismos de protección efectivos contra la limpieza étnica, es cada vez mayor la probabilidad de que los armenios que viven en la zona vean el exilio de su patria como la única salida”, expresó el primer ministro. Además, el jerarca afirmó que si no existen garantías reales, está dispuesto a recibir en Armenia a los pobladores de Nagorno-Karabaj.

“Si los esfuerzos no dan resultados concretos, nuestro gobierno acogerá con amor a nuestros hermanos y hermanas de Nagorno-Karabaj”, expresó Pashinyan.

En medio de esta situación, Armenia y Azerbaiyán están intentando dar pasos para lograr definir un acuerdo de paz total que ponga fin a las hostilidades. En este sentido, fuentes del gobierno de Ereván informaron a agencias internacionales que el martes se reunirán en Bruselas, la capital de Bélgica, el secretario del Consejo de Seguridad de Armenia, Armen Grigoryan, con el asistente del presidente de Azerbaiyán, Hikmet Hajiyev, para preparar las conversaciones entre el primer ministro Pashinyan y el mandatario azerí Ilhan Aliyev, que se celebrarán el 5 de octubre en la ciudad española de Granada.

En la reunión del martes en Bruselas también participarán los asesores del presidente francés Emmanuel Macron, del canciller alemán Olaf Scholz y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quienes serán garantes del acuerdo entre las partes.

Si bien el acuerdo de paz definitivo no se firmaría en España, Pashinyan dijo que sí pretende lograr cuanto antes un acuerdo con Aliyev para delimitar con precisión las fronteras entre los dos países para evitar nuevos enfrentamientos.

Por su parte, Aliyev en las últimas horas destacó la actitud que tuvo el gobierno armenio la semana pasada al no intervenir cuando los azeríes bombardearon Nagorno-Karabaj –forzando la capitulación definitiva de los líderes de la República de Artsaj– y aseguró que este paso allana el camino para un acuerdo de paz entre los dos países.