Por segundo día consecutivo, cascos azules de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el sur de Líbano (Finul) fueron atacados el viernes por el ejército israelí, y como resultado fueron heridos dos soldados de Sri Lanka. Otros dos integrantes de esa fuerza de paz desplegada en la llamada Línea Azul, que separa Líbano de Israel, fueron heridos el jueves en un bombardeo contra una torre de vigilancia. En ese caso las víctimas fueron militares indonesios.
El viernes, según denunció la Finul, un vehículo militar israelí derribó varios muros de sus instalaciones. Señaló que “estos incidentes ponen nuevamente en peligro a los efectivos de mantenimiento de paz de la ONU [Organización de las Naciones Unidas], que están prestando servicio en el sur de Líbano a petición del Consejo de Seguridad en virtud de la resolución 1701”, de 2006.
Algunos de los países europeos que tienen cientos de militares desplegados en esa misión de la ONU, Francia, España e Italia, manifestaron este viernes su malestar ante este ataque. El gobierno francés y el español llamaron a consultas a los representantes diplomáticos israelíes. Francia convocó al embajador, tal como lo había hecho Italia el jueves, y España, al encargado de negocios. El embajador israelí en Madrid fue retirado meses atrás por el gobierno de Benjamin Netanyahu cuando España anunció que reconocería al Estado de Palestina.
“Pedimos un alto el fuego inmediato a lo largo de la Línea Azul y el suministro oportuno de ayuda humanitaria en Líbano”, manifestaron en un comunicado conjunto los gobiernos de Francia, España, Italia, Chipre, Croacia, Eslovenia, Grecia, Malta y Portugal. Una cumbre de esos países tuvo lugar el viernes en Pafos, una localidad chipriota. En sus intervenciones en el encuentro, tanto el presidente francés, Emmanuel Macron, como la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, calificaron de “inaceptables” los ataques a la Finul.
Al presidente estadounidense, Joe Biden, se le preguntó este viernes en una conferencia de prensa si le había pedido a Israel que dejara de disparar contra las fuerzas de paz en Líbano y respondió que sí lo había hecho. Su secretario de Defensa, Lloyd Austin, también dijo que le transmitió a Israel la importancia de garantizar la seguridad de los integrantes de la Finul.
Un portavoz del ejército israelí, Nadav Shoshani, dijo que las fuerzas militares habían sido notificadas “de que dos cascos azules de la ONU resultaron heridos [el viernes] de forma involuntaria durante combates del ejército contra Hezbolá en el sur de Líbano”. Manifestó que se trató de un incidente “involuntario” y que causó en el ejército “profunda preocupación”.
Sin embargo, según informaron las agencias Efe y Europa Press, Shoshani también responsabilizó a Hezbolá, al decir que esa milicia y organización política libanesa “utiliza instalaciones civiles y de la Finul como escudos”.
A su vez, el gobierno de Líbano pidió que el Consejo de Seguridad de la ONU intervenga en este conflicto. El primer ministro, Najib Mikati, llamó a ese organismo a disponer un “alto el fuego inmediato y completo”, y advirtió que está dispuesto a desplegar al ejército de su país en el sur, donde se concentran los ataques israelíes.
Anoche dos drones lanzados desde Líbano, supuestamente por Hezbolá, llegaron al centro de Israel. Uno fue interceptado pero otro impactó en un edificio. Según los primeros datos, no hubo víctimas.