Rusia y Ucrania lanzaron ataques récord entre sí con aviones no tripulados durante la noche del sábado.
Las fuerzas de Moscú dispararon 145 drones de fabricación iraní contra Ucrania, dijo el presidente Volodímir Zelenski, de acuerdo a lo que consignó AFP. Esta cifra es superior a la de cualquier otro ataque nocturno desde que comenzó el conflicto.
“Anoche, Rusia lanzó un récord de 145 Shaheds y otros drones de ataque contra Ucrania”, dijo Zelenski en las redes sociales, instando a los aliados occidentales de Kiev a hacer más para ayudar a la defensa de Ucrania.
Desde el Kremlin, mientras tanto, se comunicó este domingo que durante la noche anterior se habían derribado 34 drones de ataque ucranianos que tenían como objetivo Moscú, el mayor intento de ataque a la capital desde el inicio de la invasión en febrero de 2022.
Estos ataques mutuos se dan en un contexto muy especial luego de que Donald Trump se impusiera de manera rotunda en las elecciones estadounidenses.
La elección del magnate republicano tiene el potencial de poner fin al conflicto de casi tres años, lo que pone muy en duda el apoyo multimillonario a Kiev de Estados Unidos, por lejos el mayor aliado militar del gobierno de Zelenski.
Trump dijo durante la campaña electoral que podría poner fin a esta guerra en cuestión de horas y ya manifestó que tendrá contactos directos con el presidente ruso, Vladimir Putin, marcando un enfoque diametralmente opuesto al adoptado por el actual presidente, Joe Biden.
Pero el gobierno ucraniano no solamente está preocupado por lo que suceda en Washington a partir del 20 de enero del año que viene, día en el que asumirá la presidencia Trump, sino que manifestó en las últimas horas decepción por la falta de apoyo que está teniendo de uno de sus principales aliados, Reino Unido.
En este sentido, de acuerdo a lo que le dijeron funcionarios del gobierno ucraniano al diario británico The Guardian, la relación de Ucrania con Reino Unido “empeoró” desde que el laborista Keir Starmer asumió el poder en julio. Las fuentes de Kiev expresaron su frustración por la falta de suministro británico a las fuerzas ucranianas de misiles adicionales de largo alcance.
El primer ministro de Reino Unido todavía no visitó Ucrania en los cuatro meses que lleva en el cargo, y desde Kiev se planteó que un eventual viaje no valdría la pena a menos que Starmer se comprometiera a reponer las existencias del codiciado sistema Storm Shadow de largo alcance. “No tiene sentido que venga como turista”, dijo una alta figura de la administración de Zelenski.
En contrapartida, desde el Kremlin se ve como “señale positiva” del presidente electo de Estados Unidos su deseo de llegar a un acuerdo para poner fin a la guerra.
“Las señales son positivas. Trump, durante su campaña electoral, habló de cómo percibe todo a través de acuerdos, que puede llegar a un acuerdo que conduzca a la paz”, dijo el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, en una entrevista con medios estatales publicada este domingo. “Al menos habla de paz y no de confrontación. No habla de su deseo de infligir una derrota estratégica a Rusia, lo que lo distingue de la actual administración”, agregó Peskov.
De todas maneras, el funcionario fue cauto y advirtió sobre la imprevisibilidad de Trump, y dijo que el tiempo dirá si su retorno a la Casa Blanca podría poner fin al conflicto de Ucrania.