En una jornada en la que llamaron a hacer “500 cortes” de calles y rutas, organizaciones sociales argentinas protestaron en distintos puntos del país para reclamar que el gobierno brinde alimentos a comedores y merenderos. “Con un índice de pobreza de casi el 60%, una inflación del 20,6% en enero y una interanual del 254,2%, el gobierno decide eliminar la última barrera de contención que tienen las familias más empobrecidas, la asistencia alimentaria”, manifestaron en un comunicado los movimientos que convocaron a la movilización.
Los manifestantes fueron acompañados por la Policía, que en todo momento se propuso aplicar el protocolo establecido por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que impide cortar calles o rutas, informó la agencia Télam.
“No nos dejan manifestarnos, la Policía se metió entre la gente con golpes de palos y gas pimienta. Nosotros no vamos a abandonar el derecho a la protesta. Queremos que se abran los comedores populares y que la gente tenga un plato de comida”, dijo a la prensa el dirigente del Polo Obrero Eduardo Belliboni en la concentración convocada a algunos metros del Ministerio de Capital Humano.
“Lo que está haciendo este gobierno es criminal, no lo hizo nadie, ni siquiera el que hoy cogobierna, ni siquiera [Mauricio] Macri cortó los comedores, lo que hizo fue auditarlos; que los auditen y mientras tanto que le den la comida a la gente”, reclamó Belliboni.
La ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, manifestó en un comunicado que esa cartera busca fortalecer la tarjeta Alimentar, mediante la cual se hace una transferencia económica a las familias. “Es para nosotros la política más eficiente a la hora de asegurarnos que no haya un argentino que pase hambre: llega de forma directa al bolsillo de 3,8 millones de personas sin ningún intermediario”, señaló.
Para las organizaciones que protestaban ayer, esas transferencias no son suficientes y tampoco llegan a todos los que necesitan alimento en Argentina, donde funcionan 44.000 comedores. Cuentan con la tarjeta 3,8 millones de personas en un país con 27 millones de pobres, señaló a Tiempo Argentino Alejandro Gramajo, secretario general de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular.
El coordinador de la Corriente Clasista y Combativa, Juan Carlos Alderete, dijo a Télam que Argentina vive “la inflación más grande de los últimos 30 años, con una situación de hambre gravísima en los barrios más pobres”.
En la proclama leída ayer, las organizaciones sociales denunciaron que “ni un solo kilo de alimentos fue entregado por el Estado nacional desde que asumió la nueva gestión de gobierno”. Recordaron que los alimentos comprados por la administración anterior para repartir en Navidad quedaron almacenados en galpones hasta que las actuales autoridades decidieron entregarlos a “los gerentes de la pobreza como son los evangelistas y las iglesias, dejando afuera a una gran cantidad de comedores y merenderos populares” que los recibían desde “hace más de 20 años”.