En una entrevista que concedió a la cadena NBC, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, mostró una vez más sus diferencias con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y dijo que este último con sus acciones en la Franja de Gaza “perjudica más de lo que ayuda a Israel”.
“Tiene derecho a defender a Israel, derecho a seguir persiguiendo a Hamas”, explicó el mandatario de 81 años, de acuerdo con lo que consignó el portal Europa Press, pero agregó que su par israelí “debe prestar más atención a las vidas inocentes que se pierden como consecuencia de las acciones tomadas”. En su opinión, “perjudica más de lo que ayuda a Israel. Es contrario a lo que Israel significa. Y creo que es un gran error”, enfatizó el líder demócrata.
Biden dijo además que un eventual ataque masivo israelí sobre la ciudad palestina de Rafah, situada en el extremo sur de la Franja de Gaza y donde actualmente viven hacinados más de un millón y medio de palestinos que están sobreviviendo de manera penosa, sería para él una “línea roja”, aunque agregó, siguiendo la línea histórica de la diplomacia de Washington, que nunca abandonará a Israel.
“La defensa de Israel sigue siendo crítica”, expresó el mandatario, quien al mismo tiempo criticó a las fuerzas israelíes. “No puede haber otros 30.000 palestinos muertos como consecuencia de perseguir a Hamas”, afirmó, y se mostró contundente al expresar que el gobierno de Israel “debe permitir que entre más ayuda a Gaza y garantizar que los trabajadores humanitarios no queden atrapados en el fuego cruzado”. “Proteger y salvar vidas inocentes tiene que ser una prioridad”, ratificó Biden.
Más allá de lo discursivo, en la misma entrevista el mandatario estadounidense reafirmó su apoyo a Israel, lo que se traduce directamente en la asistencia militar, que es imprescindible para mantener sus permanentes ataques sobre territorio gazatí.
En esa línea, este domingo el ministro de Relaciones Exteriores israelí, Israel Katz, dijo que, más allá de la retórica, lo que importa son los hechos. Sobre este punto, el jefe de la diplomacia israelí dejó claro que cuando llegue el momento de la ofensiva sobre Rafah, Biden apoyará a Israel, basado en que es la única manera de cumplir el objetivo común, que es liquidar la mayor parte de la capacidad militar de Hamas, facción palestina que gobierna en Gaza desde 2007. Por ello es fácil concluir que, en caso de que Biden no acompañe sus palabras con hechos, la tragedia de la población civil de Gaza seguirá empeorando.
Este domingo el Ministerio de Salud de Gaza informó que en los últimos diez días 25 habitantes del enclave, en su mayoría lactantes, fallecieron víctimas de malnutrición y deshidratación. En total, de acuerdo con el último balance de este ministerio, que es controlado por funcionarios de Hamas, pero cuyas cifras son aceptadas básicamente por la comunidad internacional, y con pequeños matices también por Israel, desde que comenzó la guerra 31.045 murieron como consecuencia de los ataques israelíes, aproximadamente 1,3% de la población total del enclave.
De acuerdo con lo que informó El País de Madrid, únicamente en las últimas 24 horas, 85 palestinos murieron bajo el fuego israelí y 130 resultaron heridos, según la información ministerial. La cifra de muertos refiere a las víctimas que han llegado a los hospitales de la zona en las últimas horas, pero las autoridades estiman que hay muchas personas bajo los escombros.
De hecho, se presume que aproximadamente 8.000 palestinos están atrapados entre las ruinas de los edificios derribados por los ataques del ejército israelí, lo que aumentará la cantidad total de víctimas fatales.
Según la misma fuente, desde el comienzo de la guerra, que se desencadenó tras el ataque terrorista de Hamas sobre territorio israelí que causó más de 1.200 muertos, 72.654 personas resultaron heridas de diversa entidad.
Por otra parte, este domingo comenzó a celebrarse en el mundo musulmán el mes de Ramadán, el más sagrado para los fieles de esta religión. Los esfuerzos patrocinados por Estados Unidos, Egipto y Qatar para lograr una tregua antes de esta fecha no lograron su cometido, por lo que hay mucha inquietud sobre lo que puede pasar en los próximos días, en los que el espíritu colectivo musulmán es más sensible y activo.
Paralelamente, en Israel sigue habiendo manifestaciones, algunas pidiendo la liberación de rehenes y otras exigiendo la renuncia de Netanyahu. El sábado de noche las movilizaciones reunieron a aproximadamente 30.000 personas en Tel Aviv y, al igual que en ocasiones anteriores, la Policía reprimió con dureza, particularmente a quienes se movilizaron pidiendo la renuncia del actual primer ministro.