El Partido Socialista de Cataluña (PSC) se impuso con claridad en las elecciones autonómicas catalanas llevadas a cabo este domingo. Los socialistas, liderados por Salvador Illa, consiguieron el 27,96% de los apoyos, lo que se traduce en 42 escaños en el Parlamento. La segunda fuerza más votada fue Junts per Catalunya, el sector conservador e independentista que encabeza Carles Puigdemont, que alcanzó el 21,61% y 35 bancas.

Los comicios de este domingo –en los que la participación ciudadana fue baja, alrededor del 58% de quienes estaban habilitados para votar lo hicieron– ratificaron la caída del actual partido oficialista, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), que con el 13,68% de los votos pasó de tener 33 representantes a sólo 20.

El Partido Popular tuvo un enorme crecimiento y con casi el 11% de los apoyos pasó a tener una bancada de 15 integrantes. Más atrás quedaron los ultraderechistas de Vox con 11 escaños, los izquierdistas de la coalición Comuns Sumar lograron seis; los también izquierdistas de la Candidatura de Unidad Popular obtuvieron cuatro y los nacionalistas de Aliança Catalana, formación de extrema derecha, lograron dos escaños.

Ante este panorama, los socialistas podrían acceder a la presidencia de la Generalitat si logran reunir los apoyos de ERC y Comuns Sumar. Pero, de acuerdo a lo que informó el portal Público, esta posible alianza para formar gobierno en ningún caso se puede dar por segura y no se puede descartar el escenario de un posible bloqueo que conllevaría una repetición electoral en octubre.

De hecho, el actual mandatario catalán, Pere Aragonès (ERC), expresó: “Haremos lo que ha querido la ciudadanía de Cataluña. Estar en la oposición”, lo que descartó, en principio, dar gobernabilidad a los socialistas.

En su primera intervención pública luego de conocer los resultados, el socialista Illa confirmó que se presentará a la investidura. Cataluña “abre una nueva etapa para todos los catalanes, piensen lo que piensen, hablen la lengua que hablen y vengan de donde vengan”, expresó el candidato, que atribuyó al gobierno de Pedro Sánchez los buenos resultados de su sector.

Según informó el diario El Mundo con base en fuentes gubernamentales, “el mensaje que manda Cataluña es claro, se pasa página al procés. Las medidas del gobierno reciben un aval y un impulso muy importantes”, argumentaron desde la cúpula socialista.

Esta posición de fortaleza de los socialistas es evidente, porque por primera vez en la historia reciente los nacionalistas catalanes no lograron sumar mayoría dentro del Parlamento autonómico catalán.

Por su parte, el expresidente catalán Carles Puigdemont, líder de Junts per Catalunya, la segunda fuerza más votada en las elecciones de este domingo, no renuncia a formar un gobierno que le permita volver a ocupar su cargo al frente de la Generalitat.

Entrada la noche, de acuerdo a lo que informó el diario La Vanguardia de Barcelona, Puigdemont pronunció un discurso en el que valoró el resultado electoral y, tras felicitar al PSC y a Salvador Illa por su victoria, dirigió un mensaje directo a ERC: “Un gobierno tripartito”, dijo, es “una mala opción para Cataluña”. “Y menos gobernado por un partido que ya ha demostrado su incapacidad para el buen gobierno”, agregó.

Puigdemont destacó en su discurso la necesidad de que las fuerzas independentistas se sienten a hablar para “rehacer puentes” y reflexionar sobre el efecto que tiene no llevar “una estrategia compartida”. El líder conservador independentista llamó a los dirigentes de ERC a descartar un pacto con los socialistas y sí apoyar a su sector para “construir un gobierno sólido de obediencia netamente catalana”.