Según los resultados preliminares de las elecciones para el Parlamento Europeo que culminaron este domingo en los 27 países que integran la Unión Europea (UE), los partidos antieuropeístas, de extrema derecha y ultranacionalistas, tendrán una mayor representatividad, lo cual abre dudas sobre la futura cohesión del bloque, sumido en un momento de crisis en muchos niveles.

De acuerdo a lo que informó El País de Madrid, las fuerzas ultra, que pretenden terminar con el modelo actual de la UE, aunque diversas y divididas en varias familias, sumarán importantes cuotas de poder en un nuevo Parlamento Europeo con amenaza de bloqueo (entre un 25% y un 30%, según las primeras proyecciones publicadas por la Eurocámara a partir de sondeos y del escrutinio parcial). En total, se estima que en promedio concurrieron a las urnas poco más de la mitad de los habilitados para hacerlo.

El Partido Popular Europeo (PPE) ganaría las elecciones, con 189 escaños, pero la suma de las fuerzas ultra supone más de 148 escaños; por encima, por tanto, del segundo partido, los Socialistas y Demócratas, con 135. En total, el Parlamento de la UE está integrado por 720 representantes.

Las formaciones de la antigua coalición europeísta, populares, socialdemócratas y liberales, suman 56% de los 720 escaños del hemiciclo europeo. Sumando a Los Verdes, que están llamados a convertirse en la llave y en el freno ante la ultraderecha, supondrían un 63%.

El bloque de La Izquierda, por su parte, obtuvo 35 escaños, los candidatos independientes 45, y otras agrupaciones regionales totalizaron 50 plazas en el próximo Legislativo.

Los ambientalistas ya comunicaron que estarían dispuestos a dar sus votos para frenar a los ultraderechistas si se vuelve a destacar como una prioridad entre los partidos más votados el pacto verde. El auge de la extrema derecha y de los populistas tuvo un especial empuje en Francia y Alemania —donde deja a los gobiernos sumamente tocados—, y esto es especialmente relevante, ya que el eje franco-alemán es el motor de la economía de la UE.

En Alemania, el partido que ganó las elecciones fue la Unión Demócrata Cristiana, que consiguió, de acuerdo a las primeras estimaciones, junto con su filial bávara, la Unión Social Cristiana de Baviera, el 31% de los apoyos.

Segundo quedó el Partido Socialdemócrata de Alemania del canciller Olaf Scholz, que logró apenas el 14,6% de las adhesiones, y la nota la dio el sector de extrema derecha Alternativa por Alemania, que ya tiene una representación importante en varios estados, que quedó muy cerca del partido de gobierno, con el 14,2%, ganando cinco escaños. Pero los efectos más drásticos de los resultados de las elecciones de este domingo se dieron en Francia, donde el presidente Emmanuel Macron anunció la disolución de la Asamblea Nacional y la convocatoria de elecciones para el 30 de junio y el 7 de julio, tras la derrota de su sector.

Emmanuel Macron, el 9 de junio, después de votar para las elecciones al Parlamento Europeo en Le Touquet, al norte de Francia.

Emmanuel Macron, el 9 de junio, después de votar para las elecciones al Parlamento Europeo en Le Touquet, al norte de Francia.

Foto: Hannah Mckay, AFP

“No podría seguir, al término de esta jornada, mirando hacia otro lado. A esta situación se añade además la fiebre que ha contagiado el debate público y parlamentario en nuestro país”, dijo Macron, en una alocución televisada desde el Elíseo, consignada por el portal France 24. Macron analizó el revés de su lista en las europeas de este domingo (15%), que logró la mitad de apoyo que la de la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen (en torno al 30%), según los sondeos a boca de urna.

El cabeza de lista de RN a estas elecciones, Jordan Bardella, ya había pedido la convocatoria de elecciones a la Asamblea Nacional en una primera intervención tras conocerse los primeros sondeos.

Las nuevas elecciones en Francia se realizarán tan sólo dos años después de las de junio de 2022, en las que Renacimiento, el partido del jefe del Estado, perdió la mayoría.

Por su parte, Le Pen afirmó que están preparados “para asumir el poder” en las elecciones legislativas.