“En cinco semanas venceremos”, dijo el presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, desde el Palacio de Carondelet, a sus seguidores reunidos en la Plaza Grande, junto a la sede del gobierno. “Hoy empieza esta lucha y esta lucha no parará hasta que el Ecuador tenga el gobierno que se merece”, agregó. Así Noboa lanzó este domingo la campaña para las elecciones del 9 de febrero. Ese día buscará la reelección y competirá con otros 15 candidatos a la presidencia.

En la plaza, los partidarios de Noboa coreaban “¡Una sola vuelta!” y “¡Noboa, presidente, lo dice la gente!”. Entre la gente, se veían las fotos del dirigente recortadas en cartón en tamaño natural que fueron muy populares en la campaña electoral de 2023.

Aunque Noboa ganó esas elecciones y asumió el cargo en noviembre de ese año, había sido electo por un plazo muy corto. Su cometido era completar el mandato de Guillermo Lasso, que renunció a la presidencia y convocó a elecciones cuando enfrentaba un proceso parlamentario que podía terminar con su destitución. Por eso Ecuador se dispone a votar otra vez.

El final de este mandato de Noboa llega marcado por el enfrentamiento entre el presidente y quien fue su compañera de fórmula, Verónica Abad.

Los dos dirigentes, que se distanciaron durante la campaña electoral pasada, nunca llegaron a gobernar juntos. Como el presidente ecuatoriano tiene la potestad de asignarle las tareas al titular de la vicepresidencia, Noboa le encargó a Abad que viajara a Israel a trabajar para resolver el conflicto en Medio Oriente. Después le asignó también el cargo de embajadora.

Abad dio una batalla legal y denunció que Noboa le impedía cumplir sus funciones, lo que derivó en que el presidente le encargara actuar como consejera temporal en Turquía. La jerarca no viajó a Ankara el 27 de diciembre, como había dispuesto Noboa, sino que se tomó vacaciones. En respuesta, el presidente la declaró en “ausencia temporal” y designó el jueves como vicepresidenta a la secretaria de Planificación, Sariha Moya, otra decisión que fue impugnada por Abad.

Por problemas de salud de Moya, Noboa designó el sábado una nueva vicepresidenta, Cynthia Gellibert, la secretaria de la Administración del Gobierno y una persona de mucha confianza del presidente, según informó el medio ecuatoriano Primicias.

Poco antes de que Gellibert fuera designada, Abad anunció que este domingo asumiría la presidencia si Noboa pedía licencia para dedicarse a la campaña y pidió a las fuerzas de seguridad que la respaldaran. Según dijo Abad en un video, le correspondía a ella asumir la presidencia por “mandato expreso de la ley, como función propia y constitucional”.

“Para el cabal ejercicio de tan alta responsabilidad y a fin de dar continuidad y estabilidad a la gestión ejecutiva, requiero el apoyo y el compromiso de todas y cada una de las funciones del Estado, Fuerzas Armadas, medios de comunicación y principalmente de nuestro mandante, el pueblo ecuatoriano, merecedores de una administración respetuosa, seria, soberana y clara en los objetivos que debemos cumplir”, manifestó Abad el sábado.

Sin embargo, Noboa no confirmó si pedirá licencia y tanto la Policía como las Fuerzas Armadas manifestaron públicamente que, si lo hace, acatarán lo que disponga el presidente.

Además, el ministro de Gobierno, José de la Gasca, manifestó que “no existe una norma expresa que establezca que el presidente debe tomar licencia en estos casos”, según citó la agencia Efe.

De todos modos, las declaraciones de Abad motivaron el despliegue de un operativo de seguridad este domingo en torno al Palacio de Carondelet.

16 competidores

En el fragmentado escenario electoral de Ecuador, con 16 candidatos a la presidencia, las encuestas colocan en primer lugar a Noboa, pero lejos de la aspiración de sus seguidores de lograr un triunfo en primera vuelta.

Un sondeo de Cedatos citado por Primicias concluye que sólo 49,6% de los votantes sabe que hay elecciones el 9 de febrero y sólo 38,6% tiene el voto decidido. Entre estos últimos, el presidente, que se postula por su partido Acción Democrática Nacional, tiene una intención de voto de 29,7%, y es seguido por la candidata correísta Luisa González, de Revolución Ciudadana, con 20,1%. Los demás postulantes se encuentran por debajo del 3%. Todos ellos son superados en cantidad por quienes respondieron que votarán en blanco y los que no respondieron la encuesta.

A esto se agrega que 57% de los votantes afirma que, si el voto no fuera obligatorio, no votaría.