La subsecretaria de Relaciones Exteriores de Chile, Gloria de la Fuente, visitó Uruguay para participar en una de las actividades de la edición de este año del Día del Futuro: “Multilateralismo y poder global: ¿el fin del mundo como lo conocemos?”.

Antes de ese encuentro, el jueves, De la Fuente, que además es cientista política y doctora en Ciencias Sociales, conversó con la diaria acerca de estos temas, de las posiciones que ha adoptado el gobierno de Gabriel Boric ante la ofensiva israelí en la Franja de Gaza y la presencia de barcos militares estadounidenses cerca de Venezuela, y sobre la posibilidad de que la próxima secretaria general de la Organización de las Naciones Unidas sea por primera vez una mujer, la expresidenta chilena Michelle Bachelet.

La actividad del Día del Futuro apunta a reflexionar sobre la integración y el multilateralismo en tiempos en que la gobernanza global enfrenta desafíos. ¿Cuál es tu visión y cuáles son las necesidades de los países de la región en ese contexto?

Lo primero es señalar la razón por la cual, desde Chile, creemos que es importante hacer una propuesta o contribuir a esta reflexión, y que creo que es evidente que los espacios regionales no están exentos de la crisis del multilateralismo que hemos visto en distintos espacios. Se requiere una reflexión necesaria y pasar finalmente hacia un multilateralismo del siglo XXI, que supone, entre otras cosas, mirar las maneras en que somos capaces de construir instituciones que puedan dar respuesta efectiva a las necesidades del mundo, de la región. En nuestro caso en particular, que tengan la posibilidad de establecer diálogo político, cooperación, enfrentar los problemas más relevantes de nuestra región.

Hablando de la integración regional, esfuerzos como el Consenso de Brasilia han sido importantes en ese sentido a propósito de enfrentar una agenda muy pragmática de temas que son de común interés en los países de la región, incluso independientemente de sus diferencias: crimen organizado, los temas migratorios, económicos, medioambientales, los conflictos o las circunstancias que se generan a partir de, por ejemplo, los desastres naturales, que son muy propios de la crisis climática que enfrenta hoy en día la humanidad.

Creemos que hay una necesaria reflexión que hacer sobre los dilemas del multilateralismo, y eso en nuestra región es evidente, pero también a nivel global. Miramos con mucho interés, por ejemplo, el llamado que ha hecho António Guterres, el secretario general de Naciones Unidas, a propósito de UN80 [ONU80], que es una iniciativa para poder mirar el futuro de Naciones Unidas, para poder mirar los mandatos, pensando en cómo responder a las demandas del siglo XXI. Creo que ahí hay una contribución que hacer, y por eso, por supuesto, estamos muy contentos de participar, de haber participado en esta iniciativa, precisamente porque creemos que tenemos una contribución que hacer desde nuestra política exterior, nuestra mirada desde Chile.

¿Cuál es el énfasis de esa mirada de Chile?

En primer lugar, la necesidad de apostar al multilateralismo. Voy a parafrasear al presidente Gabriel Boric, que siempre dice que los problemas de la democracia se resuelven con más democracia, y voy a decir que los problemas del multilateralismo se resuelven con más multilateralismo y no con menos. Por lo tanto, tenemos que pensar cómo hacemos del sistema multilateral un sistema más eficiente, que responda a las demandas, a las necesidades de hoy en día de la humanidad, a las necesidades de la región, y no negar el multilateralismo, porque no hay país que se salve solo. Por lo tanto, necesitamos espacios de cooperación, de integración, de diálogo, que nos permitan precisamente proyectar esos esfuerzos conjuntos y buscar respuestas más eficientes de manera conjunta también.

Nosotros, como país –y esto es un principio que es permanente en nuestra política exterior, independiente de los gobiernos de turno–, creemos firmemente que el multilateralismo, la promoción de la democracia, los derechos humanos son parte importante de ese ejercicio. También creemos que la diversificación de nuestras relaciones políticas y comerciales es parte importante en la manera de vincularnos e integrarnos al mundo. Y desde nuestra política exterior creemos que hacia allá tenemos que caminar. Ese esfuerzo supone buscar y mejorar nuestros organismos de integración regional, mejorar los mecanismos de respuesta que tienen los organismos multilaterales, y en ese esfuerzo estamos.

¿Se puede identificar un liderazgo que impulse hoy a la región, o esto está repartido?

Yo creo que hay. Es evidente que hay un liderazgo, a veces por los tamaños de los países, y nosotros tenemos una muy buena relación con Brasil. Pero también tenemos una muy buena relación con Uruguay. En general hemos cultivado una diplomacia que impulsa el diálogo con distintos actores en la región. Por supuesto, por los tamaños, por los vínculos, existen a veces algunos liderazgos que se ven más que otros, pero parte importante de lo que hemos desarrollado desde la diplomacia es generar un diálogo fraterno, amplio, ahí donde existen convergencias de intereses con todos los actores regionales.

Una muestra muy evidente de ello es el encuentro sobre Democracia Siempre, que hicimos en julio en Chile, en el que participaron el presidente Orsi, el presidente Lula, el presidente Petro, el presidente Sánchez, y que acaba de tener, en la versión 80 de la Asamblea General de Naciones Unidas un nuevo encuentro que lo que busca es, sobre la base del interés común, impulsar la democracia, o impulsar más bien una reflexión y acción potente sobre las amenazas a la democracia, una propuesta de futuro. Creo que en eso Chile va a estar siempre disponible, y el liderazgo que los distintos presidentes puedan cumplir en este trabajo mancomunado –participaron otros presidentes también– es muy importante.

Entre los desafíos que enfrenta la democracia se encuentra el de la extrema derecha, y esto ahora cobra una nueva vigencia en Chile por las elecciones del 16 de noviembre. ¿Cómo ves desde tu lugar lo que puede pasar en esas elecciones?

Como subsecretaria de Relaciones Exteriores no me corresponde, ni puedo referirme a los temas que tienen que ver con los procesos electorales internos. Lo que sí creo –y eso sí lo compartimos no solamente desde mi visión a propósito de los principios de nuestra política exterior, sino también yo como actor político que tengo una posición al respecto– es la necesidad de seguir siempre desarrollando, profundizando, defendiendo nuestra democracia. La democracia es un principio de nuestra política exterior y tiene un correlato también con nuestras dinámicas internas. Chile ha aprendido, después de un proceso muy doloroso, que fue una dictadura de 17 años, a construir y reconstruir su democracia sobre la base del diálogo, sobre la base de instituciones sólidas, y creo que tenemos que seguir impulsando ese camino.

Ahora está sobre la mesa la posibilidad de que la secretaria general de Naciones Unidas sea una chilena, Michelle Bachelet. ¿Cómo lo ven ustedes? ¿Puede cambiar en alguna medida el rumbo en ese ámbito internacional?

Estamos muy convencidos de que tenemos a la mejor candidata en la región. Lo ha dicho el presidente de la República, que hizo el anuncio en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas de la voluntad que tenemos de que ocupe ese lugar la expresidenta Michelle Bachelet, que además fue la primera directora de ONU Mujeres y fue la alta comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas. Por lo tanto, es alguien que no solamente fue dos veces presidenta de Chile –la primera mujer presidenta de Chile, además–, sino que tiene amplia experiencia a nivel multilateral e internacional. Creemos que tenemos la mejor candidata, y no sólo por la experiencia, sino porque en ella hay una visión clara sobre enfrentar los dilemas del multilateralismo hacia el futuro que es muy coherente con nuestra política exterior y con la mirada que hemos desarrollado desde esa política, que probablemente compartimos con muchos países de nuestra región.

Creemos que es tiempo de América Latina, porque la última vez que a nuestra región le tocó tener un secretario general de Naciones Unidas fue con [Javier] Pérez de Cuellar, ya hace ocho o nueve secretarios generales atrás.

Además, creemos que a propósito de la crisis del multilateralismo, es también tiempo de mujeres. No puede ser que en 80 años no hayamos tenido nunca una mujer en la Secretaría General de Naciones Unidas. Y esto no es una majadería, sino que tiene que ver con un mínimo de igualdad o equidad en las sociedades que nosotros tenemos. La mayor parte de nuestras sociedades están compuestas por 50% o más de mujeres.

La mirada de las mujeres tiene que ser incluida también en distintos espacios y, sin duda, hemos avanzado en materia de tratados y acuerdos internacionales en esta materia, pero el liderazgo también tiene que traducirse en esto para construir una sociedad que sea más igualitaria y más inclusiva. No para excluir, sino para incluir, para tener una mirada y una proyección distinta respecto del rol de Naciones Unidas.

Por eso estamos muy entusiasmados con la candidatura de la expresidenta Michelle Bachelet y quisiéramos impulsarla además hacia el futuro, porque creemos que hacia allá debiéramos caminar y es un desafío que no sólo nos convoca como país, es un desafío que nos convoca también a nivel regional.

En los últimos tiempos, Naciones Unidas ha sido desafiada tanto por las políticas y declaraciones del presidente estadounidense, Donald Trump, como por los ataques y otras medidas israelíes contra la Franja de Gaza. ¿En qué situación está hoy Naciones Unidas?

No cabe duda de que Naciones Unidas ha cumplido un rol fundamental, en particular en la posguerra, cuando los países del mundo –partimos con 51 y hoy día vamos en más de 190 países– lograron encontrar una manera de entenderse, y generar una serie de instrumentos y mandatos para resolver los conflictos que nos permiten enfrentar los dilemas del futuro, los dilemas de la humanidad, los dilemas de convivencia en temas medioambientales, en temas de paz y seguridad, de derechos humanos, que son las áreas más importantes del trabajo de Naciones Unidas. Pero también es evidente que Naciones Unidas en su arquitectura institucional tiene ciertas limitaciones, por eso es tan valioso el llamado que ha hecho el secretario general en esta iniciativa UN80, precisamente para poder enfrentar esos dilemas. Creemos que podemos aportar en esa construcción. Hay que pasar probablemente a un sistema de Naciones Unidas que obedezca a los dilemas del siglo XXI, y eso es parte importante de esa transición. Creemos que podemos enfrentar los desafíos de esa manera con la candidatura de la expresidenta Michelle Bachelet.

En cuanto a la política exterior, Chile ha marcado una posición quizás un poco más contundente que otros países sobre la ofensiva de Israel contra los palestinos. ¿Podrías hacer una evaluación de esa política, de las medidas que se han tomado?

Lo primero que me gustaría decir respecto de la situación en Palestina en particular, es que esto en Chile pareciera que es nuevo, porque se agudizó el conflicto después de los ataques de Hamas en Israel el 7 de octubre de 2023, pero esto ha sido en Chile consistente con una política de Estado. Y pongo un ejemplo: fue el expresidente Sebastián Piñera quien reconoció al Estado de Palestina en su gobierno [en 2011] y de ahí en más, y también antes de eso, nuestro país ha tenido una posición y una política muy consistentes respecto de la situación en Palestina, que tiene que ver y se explica por dos cosas. Primero, por nuestros principios de política exterior. Nosotros tenemos un compromiso con los derechos humanos que no es solamente un acervo a nivel local o nacional por nuestra propia experiencia en materia de violación de los derechos humanos, sino que tiene que ver con un acervo y una convicción respecto de los principios para la humanidad que rijan en la relación entre los pueblos y entre los estados. Creemos en eso también en cuanto a la situación en Palestina y somos además un país que es respetuoso del derecho internacional, del derecho internacional humanitario. Lo hemos dicho en cada declaración que hemos hecho en torno a la situación en Palestina. Ha sido una política de Estado, como decía, consistente en distintos gobiernos; el presidente Piñera, de hecho, también visitó Palestina y visitó Israel. Nos hemos hecho parte de una serie de casos particulares que se han presentado en cortes internacionales.

Pero en segundo lugar, hay algo que es bien importante también, que tal vez poca gente lo sabe, y es que esto es también parte de la discusión de nuestra política doméstica, porque la comunidad de palestinos más grande fuera de Medio Oriente vive en Chile. Hay 500.000 palestinos que viven en Chile. Entonces esto también es parte importante de una discusión que muchas veces es interna, pero sobre la base de los principios que defendemos en nuestra política exterior.

Hemos impulsado un diálogo siempre permanente con la comunidad palestina, con la comunidad judía, participamos activamente en las iniciativas de las distintas comunidades que están asentadas en nuestro país, y también somos parte de los foros internacionales. Hemos tenido una posición tanto en lo nacional como en lo internacional, y además creemos se han ido plegando otros estados. Lo que pasó en la Asamblea General de Naciones Unidas, o en el marco de la Asamblea General, fue bien importante, con distintos países que se sumaron a reconocer al Estado palestino.

Nosotros estamos muy convencidos de que hemos estado en la línea correcta, porque nuestra visión ha sido la defensa de ciertos principios que son parte de nuestra política exterior y del Estado de Chile.

También han tenido una posición contundente en las críticas que ha hecho Boric a gobiernos que cuando asumió no eran tan criticados por la izquierda, como el de Venezuela o el de Cuba.

En el caso de Venezuela, de nuevo, la lógica es la defensa de ciertos principios. Fuimos muy claros desde el comienzo en no reconocer la elección [presidencial de 2024] en ese país, precisamente porque las garantías no estaban dadas respecto de un proceso electoral íntegro, con resultados íntegros, y siempre fuimos partícipes de que si era posible mostrar las actas electorales, entonces estábamos disponibles para abrir la conversación. Eso nunca ocurrió en la práctica, entonces nosotros no reconocemos el gobierno de Nicolás Maduro.

Eso supuso que, al igual que otros países de la región, pagáramos el costo con la expulsión de nuestro personal diplomático. Y quiero decir que eso ha sido una medida inédita en la historia de la diplomacia en Chile. En menos de 72 horas tuvimos que sacar a todo el personal diplomático de ese país y, por lo tanto, hoy en día no tenemos una embajada, no tenemos un consulado y Venezuela tampoco tiene representación diplomática en nuestro país.

Ni en los peores momentos en las relaciones entre los países se rompen las relaciones diplomáticas de la manera unilateral que aquí sí se hizo. Pero vamos a seguir siempre apostando por el diálogo, lo que no significa renunciar a nuestros principios y a nuestras posiciones.

Acerca del despliegue de barcos de guerra de Estados Unidos en aguas cercanas a Venezuela, ¿qué posición ha tomado Chile?

Hemos hecho declaraciones, ha habido además un consenso regional sobre cómo enfrentar esto en el marco de la Celac [Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños]. El narcotráfico es un problema en nuestros países y es necesario enfrentarlo de manera importante, pero otra cosa es que esto abra la puerta a que exista algún conflicto o algún ataque específico a la integridad territorial de un país, y creemos que ahí –y esto es parte de nuestra posición permanente en distintos ámbitos– las herramientas del diálogo son lo correcto y el camino que hay que seguir.

Se acerca la COP30, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en Brasil, y Chile ha trabajado en avances en el cuidado del medioambiente y en políticas ante el calentamiento global. ¿Se han preparado de algún modo para esta instancia?

Vamos a participar al más alto nivel, el presidente de la República va a participar en la COP. Tenemos un compromiso muy importante, no solamente en materia de emisiones. Chile es un país que ha ido haciendo una transición energética que efectivamente nos permite de alguna manera enfrentar la situación de la crisis climática, pero además tenemos un compromiso muy potente, muy fuerte con los océanos en particular. Chile es un país que mira al océano Pacífico, con más de 4.500 kilómetros de costa. Tenemos el 43% de nuestros océanos protegidos con políticas públicas que no solamente están instaladas a nivel internacional y forman parte de nuestros compromisos internacionales, sino que son parte de nuestras políticas públicas nacionales.

También es por eso que fuimos el segundo país en depositar el acuerdo de protección de los océanos más allá de las aguas jurisdiccionales, el BBNJ [Acuerdo Relativo a la Diversidad Biológica Marina de la Zonas Situadas Fuera de la Jurisdicción Nacional]. Fuimos parte de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho al Mar y de quienes propiciaron e hicieron un aporte en la Convención del Mar, que es muy importante para la preservación de la vida y de la especie en el planeta. Hay un compromiso que deberíamos asumir los países del mundo en distintos foros, y la COP es un espacio muy importante a esos efectos, para poder no solamente bajar las emisiones, enfrentar la situación climática, sino también comprometernos con la protección del medioambiente, y el océano es parte importante de la fuente de vida de este planeta.

¿Qué destacarías como elemento central para transmitir en tu participación en la actividad del Día del Futuro?

Yo diría el vínculo que tienen todos los principios de la política exterior de Chile entre sí. Nuestra defensa del multilateralismo está vinculada a la defensa de la democracia y los derechos humanos, porque creemos que de alguna manera el acervo que se ha ido construyendo en distintos espacios nos permite proyectar también esto como la alternativa para el futuro de la humanidad. Y tenemos desafíos bien relevantes, pero no podemos mirar los desafíos del mundo si no nos miramos como región. Por eso felicito esta iniciativa desde Uruguay de hablar sobre los desafíos del futuro y que se instalen los temas internacionales en esa discusión. Muchas veces nuestros países están acostumbrados a tener una dinámica bien endogámica para mirar su realidad, una dinámica bien particular, como si los temas del mundo no nos afectaran.

En un mundo globalizado como el que tenemos, en un mundo interconectado, en el que las redes sociales nos permiten estar conectados con distintos lugares, es muy necesario pensar los dilemas internacionales también.

Los temas internacionales son cada vez más importantes en la vida cotidiana de las personas, y hacer ese vínculo y reflexionar sobre los asuntos multilaterales, sobre los de la región, sobre los temas del mundo, creo que es finalmente lo que nos va a permitir tener mejores maneras, mejores fórmulas para abordar las situaciones que enfrentamos en el día a día.