La candidata correísta, Luisa González, y el actual presidente, el empresario Daniel Noboa, quedaron casi empatados en la primera vuelta electoral de febrero, cuando los dos rondaron los 4,5 millones de votos y el dirigente obtuvo una ventaja de apenas 17.000. Para la segunda vuelta del domingo, las encuestas los muestran muy cerca, pero esta vez con ventaja para González.

La consultora Trespuntozero le atribuye a la dirigente una intención de voto de 51,9% y a Noboa, de 46,7%. Al hacer una proyección de voto en blanco e indecisos, los porcentajes pasan a 52,6% y 47,4%.

Según su estudio, cuyo trabajo de campo se extendió del 4 al 7 de abril, son más los ecuatorianos que creen que la ganadora será la candidata de Revolución Ciudadana (50,6% a 47%), y ella genera menos rechazo que Noboa: 43,6% respondió que nunca la votaría, y 51% dijo lo mismo del candidato de Acción Democrática Nacional (ADN).

Para ganar estas elecciones, además, González cuenta con el apoyo del líder indígena y excandidato a la presidencia Leonidas Iza, que salió tercero en la primera vuelta con 5,25% de los votos, y del excandidato Jan Topic, derechista y especialista en seguridad, que culpa a Noboa por la impugnación de su candidatura, que le impidió competir en la primera vuelta de febrero. Sin embargo, ni González ni Noboa aparecen con la victoria asegurada.

Otras encuestas, publicadas antes, en los primeros días de abril, también mostraban una ventaja para González, aunque muy leve. Por ejemplo, según la consultora Comunicaliza, su intención de voto era de 50,5% frente a 49,7% del presidente, teniendo en cuenta sólo votos válidos.

La campaña, que tuvo un tono agresivo y de mutua desconfianza, terminó el jueves, pero el clima tenso se mantuvo el viernes, ya durante la veda. La candidata opositora denunció públicamente que, según se le informó, el equipo a cargo de su seguridad dejaría sus funciones.

“Hoy he sido informada por el personal de Fuerzas Armadas encargado de mi seguridad que han sido relevados de forma abrupta de sus funciones. Este equipo fue asignado precisamente para proteger mi vida tras las graves denuncias de atentados en mi contra que actualmente están bajo investigación en la Fiscalía”, dijo.

Exigió que ese dispositivo de seguridad se mantenga hasta que se proclamen los resultados electorales, y consideró que una decisión de otro tipo sería “irresponsable, temeraria y profundamente peligrosa”. La dirigente responsabilizó a Noboa por lo que le pudiera ocurrir a ella o a su familia.

El Ministerio de Defensa afirmó que el equipo que custodia a González continúa en funciones y en un comunicado agregó que “la cantidad de 58 militares totalmente armados y preparados, junto con los 12 vehículos asignados a la seguridad de la candidata Luisa González, sigue siendo la misma”.

Este es un asunto delicado en Ecuador, después de que en la campaña de 2023 uno de los candidatos a la presidencia, Fernando Villavicencio, fuera asesinado a la salida de un acto electoral. Este crimen fue recordado el martes, cuando Verónica Sarauz, viuda de Villavicencio, dijo en un video difundido en su cuenta de X que la fiscal general de Ecuador, Diana Salazar, la “presionó” para que señalara en sus redes sociales al expresidente Rafael Correa como responsable de la muerte de su marido, “con base en el testimonio de un testigo protegido”. Agregó que cuando escuchó el testimonio completo concluyó que la habían intentado engañar: “Todo fue falso, me engañaron vilmente”.

Sarauz acusó a la Fiscalía y a Noboa de un “acto de encubrimiento” para dejar el asesinato de su esposo “en total impunidad”. Afirmó que “detrás del asesinato de Fernando no solamente está la política, sino el narcotráfico, altos mandos de la Policía Nacional y poderes financieros que lavan dinero sucio en el Ecuador”. Por este crimen fueron condenados cinco hombres como autores materiales. Otros ocho sospechosos murieron antes del juicio.

Cierres de campaña

El jueves los dos candidatos cerraron sus campañas con actos que reunieron a miles de seguidores en Guayaquil, una de las principales ciudades del país en cuanto a población y economía, pero que atraviesa una situación crítica de seguridad.

Noboa se refirió a las siluetas de cartón con su imagen, de tamaño natural, que utilizó de a miles en esta campaña y también en la de 2023, cuando fue electo para completar el mandato de Guillermo Lasso, que había renunciado a la presidencia. “Es una figura de cartón que ha resultado tener alma, el alma de lucha de todos los ecuatorianos, los que prefieren un país libre y de dignidad”, dijo, y agregó que esas figuras suyas están “en todo el país”.

También aludió a esas imágenes de Noboa la candidata opositora. Recordó que el fundador del servicio de mercenarios Blackwater, el militar estadounidense Erik Prince, que actualmente hace asesorías para el gobierno ecuatoriano, afirmó en una entrevista reciente, sin ningún sustento, que el expresidente Rafael Correa era el padre del hijo menor de González.

La candidata dijo que “ser madre soltera no da derecho a que te inventen un padre para tus hijos” y afirmó que había sufrido el “más vil ataque de campaña sucia” por parte de “este gringo que trajo el candidato de cartón”.

González, a quien Noboa trató de “histérica” durante la campaña, también enfrentó una denuncia de “violencia política de género” presentada por Manuel Peñafiel, un hombre que se identificó como partidario de ADN. El denunciante afirmó que la candidata había cometido ese delito por haber acusado de “narcotraficante” a la directora de ese partido, María Beatriz Moreno, durante un debate. Agregó que se trató de “expresiones denigrantes” basadas en una investigación que involucró a Moreno y en la que no se comprobó “ni se comprobará delito alguno”. La denuncia de Peñafiel fue rechazada por la Justicia por no cumplir con ciertos requisitos formales.

Detrás de los enfrentamientos públicos, se encuentran dos opciones políticas. A lo largo de sus meses de gobierno, Noboa ha apuntado a un discurso de derecha, de reducción del Estado y de mano dura en materia de seguridad, con iniciativas de construir cárceles inspiradas en las del presidente salvadoreño Nayib Bukele y mostrando cercanía con el presidente estadounidense Donald Trump.

A su vez, González tuvo el desafío de reivindicar el correísmo sin que la figura del expresidente Rafael Correa, resistida por buena parte del electorado, estuviera muy presente en la campaña. Defendió una mayor presencia estatal y un aumento de la inversión tanto pública como privada, así como la industria petrolífera del país. Para financiar sus objetivos, apunta a reducir la evasión fiscal, y menciona de paso a la familia Noboa entre los deudores.