Eyal Zamir, jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, dijo el viernes que la población israelí debe prepararse para una “guerra prolongada” con Irán y para “días difíciles”. En la octava jornada de ataques mutuos desde que su país comenzó esta ofensiva, Zamir hizo un balance: “Hemos eliminado al alto mando del enemigo, infligido daños profundos a componentes del programa nuclear; hemos abierto un corredor aéreo hacia Teherán e identificado y destruido aproximadamente la mitad de los lanzadores de misiles”.

Irán “ha estado construyendo durante años un plan claro para destruir al Estado de Israel”, afirmó Zamir en el mismo video difundido oficialmente. “El ritmo del desarrollo de su industria, desde lo nuclear hasta los misiles, nos obligó a actuar y a llevar a cabo un ataque preventivo”, dijo. A su vez, el ministro de Defensa, Israel Katz, ordenó intensificar los ataques contra Irán, entre ellos los dirigidos contra “todos los símbolos del régimen” y sus “mecanismos de opresión”. El objetivo central de esta ofensiva es “desestabilizar al régimen iraní”, manifestó.

Cuando comenzaron los ataques, el 13 de junio, Israel los fundamentó en los avances del programa nuclear iraní hacia el desarrollo de armas nucleares. No se refirió entonces a otros tipos de armamento ni a un “cambio de régimen”, del que se comenzó a hablar esta semana.

En los últimos días también se manejó cada vez más abiertamente la posibilidad de asesinar al líder iraní, el ayatolá Alí Jamenei. El domingo varios medios de Estados Unidos informaron que el presidente de ese país, Donald Trump, había vetado un plan de ese tipo. Pero dos días después, el propio Trump manifestó que su gobierno no tiene pensado matarlo “por ahora”.

Desde entonces, se agregaron declaraciones de Katz acerca de que Jamenei es “el Hitler moderno” y que “no puede seguir existiendo”. Lejos de contradecirlo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, agregó que “nadie” en Irán “es inmune” y que “todas las opciones está abiertas”.

Incluso el presidente israelí, Isaac Herzog, llamó a dar “un duro golpe a la cabeza de la serpiente que se sienta en Teherán”, y agregó: “Lo reconstruiremos todo. Eso es una certeza. Demostraremos resiliencia y cambiaremos nuestro destino y el de toda la región”.

Trump anunció que se daría dos semanas para decidir si Estados Unidos se suma a esta ofensiva, abriendo la posibilidad de una negociación. Sin embargo, esa opción parece más lejana a medida que aumenta la escalada. “Les estoy dando un plazo, veremos cuál es, pero diría que dos semanas sería el máximo”, especificó el viernes.

El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, manifestó el viernes que para detener este conflicto su país requiere que se detenga la “agresión” israelí. “Siempre hemos buscado paz y tranquilidad, pero en las circunstancias actuales la única forma de poner fin a la guerra impuesta es el fin incondicional de la agresión enemiga y garantías definitivas para acabar para siempre con las temeridades de los terroristas sionistas”, dijo, según citó la agencia Europa Press. “En caso contrario, nuestras respuestas al enemigo serán más duras”, agregó.

El embajador israelí ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) manifestó que su país no va a detenerse hasta que “la amenaza iraní sea desmantelada, hasta que su máquina de guerra sea desarmada, hasta que nuestra gente y la de ustedes esté segura”. Según informó el periódico The Guardian, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que una expansión del conflicto “podría iniciar un fuego que nadie pueda controlar”.

El viernes los ministros de Relaciones Exteriores de Francia, Alemania y Reino Unido comunicaron que se había abierto una vía diplomática para tratar el programa nuclear iraní. Pero después Irán reafirmó que esto sólo es posible si Israel detiene sus ataques. “Mientras la agresión del régimen sionista continúe, no queremos negociar con nadie”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Abás Araqchí. “Estados Unidos ha enviado en repetidas ocasiones mensajes serios sobre negociaciones. No tenemos nada que decir a Estados Unidos, ya que es socio de estos crímenes”, agregó. Sin embargo, se manifestó dispuesto a volver a reunirse con sus pares de Francia, Reino Unido y Alemania. Por su parte, Trump dijo que “Europa no va a poder ayudar” en esta crisis. “Ellos no quieren hablar con Europa. Quieren hablar con nosotros”, agregó.

El canciller iraní reclamó públicamente que el Consejo de Seguridad de la ONU condene el ataque de Israel contra “el reactor de agua pesada de Arak, una instalación bajo amplias salvaguardias del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA)” y construido “en estricta conformidad con las especificaciones técnicas acordadas” internacionalmente.

Señaló que el consejo debería ser coherente con su resolución 487. “El lenguaje de dicha resolución es claro: cualquier ataque contra instalaciones nucleares es un asalto contra todo el régimen de salvaguardias del OIEA y, en última instancia, el Tratado de No Proliferación Nuclear”, dijo.

Guterres, a su vez, propuso a Irán una inspección completa de su programa nuclear para superar el “vacío de confianza”. Los informes del OIEA -que Irán considera “sesgados”- concluyen que hay indicios de que Irán tiene un “programa sistemático para producir un arma nuclear”, señaló el titular del organismo, Rafael Grossi. Pero destacó que “difícilmente pueden ser la base para una acción militar”. En declaraciones a CNN, Grossi dijo que “la acción militar, venga de donde venga, es una decisión política que no tiene nada que ver con lo que decimos”.