Los militares israelíes apostados cerca de los centros de distribución de alimento en Gaza tienen orden de disparar para dispersar a la gente que se aglomera en busca de comida, informó el viernes el diario israelí Haaretz, que recogió testimonios anónimos de varios de esos militares. “Disparábamos como si fueran una fuerza de ataque: no empleamos métodos de dispersión de multitudes ni gases lacrimógenos; disparamos con todo lo imaginable: ametralladoras pesadas, lanzagranadas, morteros”, dijo una fuente militar al periódico, según reprodujo Europa Press.

La información fue negada por el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el ministro de Defensa, Israel Katz, en un comunicado en el que calificaron lo publicado como “libelos de sangre” y “falsedades maliciosas diseñadas para difamar a las Fuerzas de Defensa de Israel, el Ejército más moral del mundo”.

Sin embargo, las denuncias sobre muertes en torno a los puntos de reparto de alimento establecidos por la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, en inglés), creada por Estados Unidos, ya superan las 500, y el diario The Times of Israel informó que el ejército está investigando los disparos casi diarios contra los gazatíes en esos lugares.

“Están matando a gente que sencillamente trata de conseguir comida para ellos y sus familias. La búsqueda de alimentos nunca debe ser una sentencia de muerte”, manifestó el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres. Insistió en que el sistema que reemplazó a los trabajadores habituados a hacer llegar la ayuda humanitaria “está matando gente” y que “Israel, como potencia ocupante, tiene la obligación de aceptar y facilitar el socorro humanitario”.

“Toda operación que conduce a civiles desesperados hacia zonas militarizadas es por definición insegura”, señaló Guterres.

También la organización Médicos Sin Fronteras llamó a desmantelar de inmediato este sistema que “degrada deliberadamente a la población palestina, obligándola a elegir entre morir de hambre o arriesgar la vida por suministros mínimos”. Se trata de “una masacre disfrazada de ayuda humanitaria”, agregó.

A su vez, el gobierno de la Franja de Gaza, que es parte de Hamas, denunció el viernes que se encontraron pastillas de oxicodona, un analgésico opioide muy adictivo, en las bolsas de harina que reparte la GHF, informó Efe. “Hasta la fecha, hemos documentado cuatro testimonios de ciudadanos que encontraron estas pastillas dentro de bolsas de harina. Aún más grave es la posibilidad de que algunas de estas sustancias estupefacientes fueran molidas o disueltas deliberadamente en la propia harina, lo que agrava el crimen y lo convierte en un grave atentado contra la salud pública”, manifestó en un comunicado la oficina de medios del gobierno gazatí.