Además de contratar a empresas tecnológicas para que brinden servicios a las Fuerzas Armadas, Estados Unidos dio recientemente un paso más en esa unión y otorgó el grado de teniente coronel en la reserva a cuatro directivos de esas compañías. Desde junio tienen ese rango Kevin Weil, el director de producto de OpenAI, Bob McGrew, el exjefe de investigación de OpenAI y actual asesor de tecnología de Thinking Machines Lab, Shyam Sankar, el director de tecnología (Chief Technology Officer, CTO) de Palantir Technologies, y Andrew Bosworth, CTO de Meta.

Para dar a conocer los nombramientos se divulgaron imágenes en las que prestan juramento militar y posan vestidos con uniformes camuflados como si estuvieran a punto de ir a combatir, pero está claro que no es esa su misión. Según un comunicado del Ejército citado por la revista Wired, el Destacamento 201, que ellos integran, es parte de un programa de transformación del ejército para que “sea más ágil, más inteligente y más letal”.

Según la revista, este programa comenzó a planearse en 2023, antes de que Donald Trump empezara su segundo mandato, y fue idea de Brynt Parmeter, el primer “jefe de gestión de talentos” del Pentágono, que se propuso acercar a personas especializadas en tecnología al Departamento de Defensa.

Con ese equipo de personas, el Destacamento 201 buscará “fusionar la experiencia tecnológica de vanguardia con la innovación militar” y así aplicar la inteligencia artificial al contexto bélico y a desarrollar nuevas armas, se explicó oficialmente, según informó el diario francés Le Monde.

Los elegidos

En Meta, la empresa dueña de Instagram, Facebook, Whatsapp, Messenger Live y Threads, Andrew Bosworth trabajó en los planes de Mark Zuckerberg de desarrollar tecnologías de realidad virtual. A su vez, Kevin Weil y Bob McGrew, participaron en el desarrollo de inteligencia artificial generativa en OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT.

Shyam Sankar es el CTO de Palantir Technologies, una empresa menos conocida popularmente, pero que se especializa en plataformas de análisis de datos usadas por agencias de inteligencia.

En una columna sobre su ingreso al ejército, publicada en The Free Press, Sankar se dirige al lector con frases semejantes a consignas publicitarias, desde el título –“Soy el CTO de Palantir. Hoy me uní al ejército”– hasta el relato de su historia familiar: “Mi padre creció en una choza de barro en India. Estados Unidos le dio a él –y a mí– una vida. Ahora, tecnólogos como yo debemos retribuir”.

Sobre los otros directivos de empresas tecnológicas nombrados oficiales del ejército, afirmó: “Ninguno de estos hombres necesita inflar su currículum. Ninguno tiene tiempo libre entre la paternidad, sus exigentes trabajos diarios y una docena de otras exigencias. Pero todos se sienten llamados a servir”.

Afirma que “Estados Unidos no está listo para una guerra moderna”, y agrega que “el Cuerpo Ejecutivo de Innovación del Ejército, bajo la dirección del jefe de Estado Mayor, el general Randy George, forma parte de un esfuerzo mayor de nuestras fuerzas armadas para transformar la manera en que se preparan y libran las guerras del siglo XXI”. En su opinión, “vincular a las empresas privadas más innovadoras del país con nuestras misiones militares más importantes es fundamental para dicho esfuerzo” y para “revivir el sentido del deber en una élite estadounidense que se ha distanciado de nuestra nación y su tradición de servicio”.

En el artículo de Wired, su autor, Steven Levy, menciona que en realidad los nuevos tenientes coroneles harían algo similar a otros asesores o contratistas que han aportado conocimientos sin hacer carrera militar ni tomar decisiones militares.

Sin embargo, señala también que en estos casos se presenta una “doble lealtad”, es decir, que podría existir un conflicto de intereses entre los de sus empresas privadas y los objetivos militares. Por ejemplo, señala que OpenAI prohíbe que sus modelos se utilicen para dañar a otros, pero en el ejército estos directivos tienen la tarea de hacer armas más letales.

Desde Estados Unidos hasta Israel

En otro artículo de la misma revista, la autora Fernanda González informa que Palantir Technologies, la empresa que pertenece a Alex Karp y en la que trabaja Sankar, obtiene sus mayores ganancias de contratos con el gobierno estadounidense. Desde hace diez años brinda sus servicios al Estado, que crecieron en el segundo gobierno de Trump.

Palantir brinda herramientas de procesamiento de datos (desde datos de energía, hasta salud, servicios financieros o movilidad), detección de patrones, aprendizaje automático y plataformas de inteligencia artificial. También se especializa en el software de protección de datos, defensa, administración pública y vigilancia.

Según el artículo, uno de los primeros inversionistas de Palantir fue la CIA, a través de “su brazo de inversión, In-Q-Tel”, y la empresa tiene entre sus asesores a un exdirector de esa agencia de inteligencia, George Tenet, y a la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice.

Con el regreso de Trump a la presidencia, Palantir tiene contratos con el FBI, el Pentágono y el ahora poderoso Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés). La empresa también estuvo vinculada con el cuestionado proyecto de que el Departamento de Eficiencia Gubernamental, que lideró Elon Musk, tuviera acceso a las bases de datos de todo el Estado.

Palantir es también una de las empresas tecnológicas que aparecen en el informe de la relatora de la Organización de las Naciones Unidas para los territorios palestinos ocupados desde 1967, Francesca Albanese, publicado semanas atrás y titulado “De una economía de la ocupación a una economía del genocidio”.

El informe reporta que el ejército israelí desarrolló varios sistemas de inteligencia artificial “para procesar datos y generar listas de objetivos, lo que transforma la guerra moderna e ilustra la naturaleza de doble uso de la inteligencia artificial”. A continuación, señala que “Palantir Technologies Inc., cuya colaboración tecnológica con Israel data de mucho antes de octubre de 2023, amplió su apoyo al ejército israelí” a partir de entonces, cuando se lanzó la ofensiva militar en Gaza en respuesta a los atentados de Hamas.

“Existen motivos razonables para creer que Palantir ha proporcionado tecnología policial predictiva automática, infraestructura de defensa esencial para la construcción y el despliegue rápidos y a gran escala de software militar, y su Plataforma de Inteligencia Artificial, que permite la integración de datos del campo de batalla en tiempo real para la toma de decisiones automatizada”, agrega.

Según el informe de Albanese, “en abril de 2025, el director ejecutivo de Palantir respondió a las acusaciones de que la empresa había matado a palestinos en Gaza diciendo: ‘En su mayoría terroristas, eso es cierto’”.