La polarización política que vive Brasil se reflejó este domingo con los múltiples actos que hubo en todo el país en el marco de la conmemoración de los 203 años del Grito de Ipiranga, hecho histórico protagonizado por Pedro I que marcó la independencia brasileña del Reino de Portugal.
En Brasilia, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva encabezó el acto oficial, que constó del habitual desfile cívico-militar. El evento, realizado bajo el lema Brasil Soberano, contó con la presencia de la mayor parte del gabinete ministerial y de autoridades parlamentarias y militares, pero no asistió ninguno de los integrantes del Supremo Tribunal Federal (STF), que entendieron pertinente ausentarse para demostrar independencia en medio de la fase final del juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro y su más cercano grupo de colaboradores.
A la vez, en la capital brasileña hubo actos de miles de militantes de derecha, que reclamaron la liberación de Bolsonaro, pidieron por una amnistía general para el exmandatario y todos los acusados por la trama golpista y, además, exigieron un juicio político al presidente del STF, el ministro Alexandre de Moraes, de acuerdo a lo que informó el portal Metrópoles.
También en Brasilia hubo una manifestación menos masiva de militantes de izquierda, quienes exaltaron la soberanía del país frente a la injerencia que pretende tener el presidente estadounidense, Donald Trump, quien impuso aranceles del 50% a muchos bienes brasileños como medida de respuesta al proceso judicial en curso contra Bolsonaro.
Los actos más grandes del día tuvieron lugar en San Pablo, donde los izquierdistas convocados por partidos políticos y centrales sindicales se concentraron en la Plaza de la República, en el centro de la ciudad.
Allí, entre los miles de asistentes, se pudieron ver muñecos inflables de Bolsonaro y de Trump vestidos de presos, este último por su vinculación con el escándalo sexual que tuvo como protagonista al magnate financiero Jeffrey Epstein, quien se suicidó estando preso en 2019.
Entre los manifestantes que portaban banderas rojas y brasileñas, se criticó el proyecto de ley de amnistía para los involucrados en las protestas del 8 de enero de 2023, impulsado por los partidarios de Bolsonaro, y se atacó el intento de interferencia de la administración de Trump en el juicio del expresidente por intento de golpe de Estado. “Brasil es de los brasileños” fue una de las pancartas más grandes que se vio en la movilización.
Pocas horas más tarde, y no lejos de allí, en la Avenida Paulista, la principal de la ciudad, miles de simpatizantes bolsonaristas coparon la calle y desplegaron una enorme bandera de Estados Unidos.
Según informó el portal UOL, el evento fue organizado por el pastor evangelista Silas Malafaia, fiel aliado y financista de Bolsonaro, y en el acto los participantes repitieron los argumentos que sostiene la derecha, de que el juicio por el intento de golpe de Estado contra el exmandatario es en realidad un acto de “persecución política” y que además la sentencia del proceso “ya está hecha”.
Esta manifestación, que fue la primera de los seguidores bolsonaristas desde que se dictó la prisión domiciliaria de su líder, contó con la presencia de varios referentes de la derecha, entre otros, el gobernador del estado de San Pablo, Tarcísio de Freitas, y la ex primera dama Michelle Bolsonaro.
Freitas, un potencial candidato presidencial de la derecha en las elecciones del año que viene, dio un duro discurso en el acto en el que pidió que el Congreso vote una amnistía a Bolsonaro, atacó al STF y calificó al juez Moraes de ser un “dictador” y un “tirano”.
También este domingo hubo actos en la ciudad de Río de Janeiro, tanto de manifestantes de derecha como de izquierda, aunque en la urbe carioca las fuerzas opositoras al gobierno de Lula son mayoritarias.
En la rambla del barrio Copacabana se registró la mayor concentración de militantes derechistas, que mostraron pancartas en favor de la amnistía y contra el ministro Moraes.
En esta movilización participó uno de los hijos de Bolsonaro, Flávio, quien es senador por el estado de Río de Janeiro, y también se hizo presente el gobernador estadual Claudio Castro, quien también integra el Partido Liberal, el sector político que lidera el expresidente ultraderechista.