Hay una afinada tradición de la retórica política consistente en domesticar, en los discursos, aquellas partes de la realidad que no se entienden, que no se quieren o no se pueden ver. En parafraseo libre de Marx, Bourdieu sostuvo que los grupos se plantean únicamente aquellos problemas que pueden tolerar. Probablemente así se explique que la incertidumbre, nervio de nuestra época, esté proscrita del repertorio temático de la política. No obstante, las realidades múltiples y contradictorias en algún momento se manifiestan, y su violencia expresiva suele ser proporcional al tiempo y hermetismo de su compresión. Compresión y no comprensión parece haber sido la apuesta de algunas élites, cuyas consecuencias se nombran Donald Trump, Jair Bolsonaro, Iván Duque, el segundo Piñera. Todos ellos integrantes de una lista lastimosamente creciente de líderes consolidados mediante la respuesta de gatillo fácil y el pensamiento de corto plazo.

El seminario “Las cosas que veo. Miradas sobre Montevideo” es una señal a contracorriente de esta tendencia. Allí se presentó lo producido por decenas de personas al cabo de varios años de trabajo, contenidos en dos densos libros y en la estimulante sinopsis de una encuesta basada en más de 2.500 casos.1 En conjunto, entregan información, análisis y ensayos de interpretación sobre cómo transcurre y sienten su vida quienes habitan Montevideo y, en alguna medida, el área metropolitana. En muchos sentidos no es información grata, cuyo conocimiento provoque placer, excepto el gusto por desplegar la capacidad de pensamiento crítico como un ingrediente insustituible de la inteligencia colectiva.

Los trabajos abren numerosas ventanas de acceso a lo desconocido/negado; abarcan aspectos cruciales de las vidas en los centros, en la periferia y en los márgenes; reportan los datos duros, recorridos anteriores y trayectorias previsibles de las personas que viven en calle. En el otro extremo, analizan los cómo y los porqué de la explosión silenciosa de barrios privados; develan la pobreza multidimensional escondida al interior de hogares de la llamada “ciudad consolidada”; indagan subjetividades expresadas mediante “los candombes”, grafitis y street art. Se testimonian los diferentes montevideos que viven quienes habitan la piel, oídos u ojos de varones y mujeres trans, de quienes entran a la ciudad a “paso de migrantes”. La construcción y disposición del cuerpo de jóvenes y viejas afros; los cuerpos de mujeres adolescentes y adultas como “territorio de conquista”. Documentan las maneras en que la adolescencia “radicaliza la segregación territorial y simbólica”.; asoman la “lejanía social, los circuitos forzados, la indiferencia y la invasión de sus propios cuerpos” que experimentan las personas con discapacidad. Se describen las brechas, los prejuicios, las circulaciones, los puentes y los guetos; las miradas ciegas de unos sobre otros y viceversa. Pobrezas, abundancias, desechos, y la basura como riqueza. Mucho de lo tanto que también somos y no hemos sido capaces de ver ni reconocer se condensa en este trabajo de largo aliento, del cual participó un gran número de jóvenes investigadores, 150 personas en grupos de discusiones, integrantes de diferentes ámbitos del gobierno de Montevideo e integrantes de la sociedad civil.

Una pregunta que parece haber sido intolerable para las élites de las izquierdas gobernantes durante el principio del siglo XXI es: ¿cuánta injusticia puede contener un proyecto progresista? Los trabajos que comento vienen a responder, en parte, esa interrogante no formulada, porque develan persistentes injusticias, así como la reproducción de enormes dosis de humillación humana. Probablemente, entonces, uno de los mayores desafíos a la inteligencia colectiva esté dado por el hecho de que las dimensiones de realidad presentadas en estos trabajos coexisten con otras, que son de signo opuesto e igualmente ciertas. Porque es igualmente verdadero que en los años recientes fueron repuestos derechos cruciales y dignidades nuevas a la vida de grandes colectivos de personas. Verdad es lo dulce y también lo amargo.

En este seminario desembocaron varios caudales, que pueden considerarse bienes públicos, que no deberían pasar desapercibidos. Fue el resultado de una asociación explícita entre núcleos de la academia, la sociedad política y la sociedad civil, para indagar materias que comprometen a todos. Se buscó escalar un nivel superior de conocimiento sobre la vida en la ciudad y el departamento, sin falsa neutralidad. El proceso tiene seguramente insuficiencias, pero no casualidades. Hubo intención y vocación, esfuerzo sostenido, apertura a nuevos recorridos intelectuales, sensibilidad para dejarse sorprender e interpelar. Fue posible sostener la voluntad de diálogo y escucha con regiones ocultas o negadas de nuestras realidades ciudadanas. Finalmente, y no por ello menos importante, todos los productos son de libre acceso; tanto las publicaciones como la encuesta, que quedará disponible en breve.

Esa apertura es también un acto de confianza en la colectividad, que se corresponde con el respeto y la confianza mutua de quienes participaron de este proceso. Confianza y aprecio por la deliberación son cualidades bien escasas en los espacios públicos, en especial con los relacionados a la política y el poder. Sin embargo, no hay democracia posible sin confianza ni aprecio por el debate de ideas; sin convicciones y dudas bien fundadas, sin estar dispuesto a dejarse convencer por otras razones. Según ha planteado Byung-Chul Han, el neoliberalismo convierte al ciudadano en consumidor que sólo reacciona de forma pasiva a la política, refunfuñando y quejándose, de manera que los políticos y los partidos también siguen esta lógica del consumo y se degradan a proveedores que han de satisfacer a los votantes en cuanto consumidores o clientes. En tiempos donde la crispación parece ganar la partida y mientras el poder político en las vecindades ahoga la producción de conocimiento, el encuentro crítico entre academia y sociedad política uruguaya dicen todavía de buenas expectativas.

(*) “Las cosas que veo. Miradas sobre Montevideo”, 9 de mayo de 2019, organizado por la Facultad de Ciencias Sociales, la Intendencia de Montevideo y la Fundación Friedrich Ebert en Uruguay, con el apoyo de la diaria.


  1. Se presentaron: el libro Habitar urbano 2017 (2017), Habitar Montevideo. 21 miradas sobre la ciudad (2019) y la encuesta Habitar Urbano (2018-2019).