El fallido intento de excluir a la Intendencia de Montevideo (IM) de la conducción del nuevo Mercado Modelo tiene importancia por sí mismo, pero también por lo que mostró acerca del funcionamiento de la “coalición multicolor”.

Tal intento se llevó a cabo mediante un artículo perdido entre los 689 del proyecto de Presupuesto, sin previo aviso a la IM, y fue denunciado a comienzos de este mes por el arquitecto Mariano Arana. Él había iniciado hace tres décadas, en su primer período como intendente, el proceso de sustitución del viejo mercado.

En ese proceso se decidió crear la Unidad Agroalimentaria de Montevideo (UAM). La presidencia y la secretaría general de la UAM le corresponden a la IM, pero el artículo 274 del proyecto de Presupuesto fue introducido para asignarle ambos cargos al Poder Ejecutivo, a instancias del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). El gobierno montevideano halló el modo de recuperar el control, pero la derrotada maniobra fue un síntoma de problemas que vale la pena considerar.

El titular del MGAP, Carlos María Uriarte, alega que “no le dieron los tiempos” para avisarle a la IM sobre el contenido del artículo 274, y que ni siquiera le dieron para informarle sobre el asunto al presidente Luis Lacalle Pou. Esta excusa es tan impresentable como llamativa.

Uriarte no se caracteriza por su sutileza y su perfil es bastante distinto del que se suele asociar con el sector político que integra, Ciudadanos. Pero la promoción de este ex dirigente ruralista no parece accidental.

El episodio de la UAM confirmó que los socios del presidente utilizan las parcelas de poder que les tocaron para avanzar hacia sus propios objetivos, sin que él tenga la capacidad o la voluntad de enterarse.

Las características del ministro son adecuadas para disputarle terreno entre los productores agropecuarios al Partido Nacional y a Cabildo Abierto (que tiene una relevante cercanía con el movimiento Un Solo Uruguay, crítico de la conducción del MGAP), y también para recuperar apoyos entre quienes cultivan los productos que se comercializan en el Mercado Modelo. La pérdida de influencia entre estos últimos contribuyó al derrumbe electoral colorado en Canelones.

Lacalle Pou aseguró que se haría cargo personalmente de supervisar todas las decisiones de gobierno. Sin embargo, el episodio de la UAM confirmó que sus socios utilizan las parcelas de poder que les tocaron para avanzar hacia sus propios objetivos, sin que él tenga la capacidad o la voluntad de enterarse.

El presidente reivindicó, al asumir el cargo, su responsabilidad sobre todo lo que pudiera salir mal. Seis meses y medio después, pregunta si a alguien le parecía que él iba a leer artículo por artículo del proyecto de Presupuesto, donde se establecen los lineamientos centrales para toda su gestión.

Quizá no fue casual que, tras el fracaso del intento de apropiarse del nuevo Mercado Modelo, volviera a realizarse una conferencia de prensa sobre la emergencia sanitaria. En ese escenario obtuvo Lacalle Pou sus mayores réditos de popularidad, pero la crisis de la covid-19 va a terminar, y él tendrá que hacerse cargo de otras sin la misma capacidad de mando centralizado. Es deseable que no quede, como en el caso de la UAM, a cargo de una estructura inoperante.