Cuando hablamos de patrimonio, hablamos de identidad y memoria colectiva. Esto no significa transformar la ciudad en un museo; por el contrario, defender el patrimonio implica combinar permanencia y cambio.

En este fin de semana del patrimonio, en el que todos celebramos y redescubrimos la arquitectura, los espacios públicos, pero también las costumbres, la cultura y las tradiciones, debemos replantearnos cómo protegemos el patrimonio material e inmaterial más allá de esta fecha.

Para ello resulta imprescindible identificar, proteger, conservar nuestro patrimonio, estableciendo reglas de juego claras para la actuación público-privada.

La Ley 14.040 de creación de la Comisión de Patrimonio Histórico, Artístico y Cultural de la Nación, sancionada en 1971, define además temas referidos a institucionalidad, categorías de protección, financiación, marco sancionatorio.

Desde la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU) y junto a múltiples asociaciones estamos trabajando en realizar aportes a la nueva ley.

Desvalorización

El patrimonio arquitectónico es un tema sensible, que nos interpela como ciudadanos, como técnicos, que debe interpelar también a los organismos públicos y privados. El patrimonio arquitectónico es efímero, es frágil a pesar de su materialidad.

La SAU ha estado atenta a la destrucción de algunos edificios emblemáticos, que a veces no tienen protección patrimonial, como el San Rafael, pero que aportan a la identidad y la historia de cada ciudad. En el caso de San Rafael, la SAU apoyó la actuación del arquitecto William Rey Ashfield, que presentó un recurso de amparo, conversamos con los medios, los decisores, los vecinos, y evidentemente no fue suficiente.

Hoy realmente un punto muy importante de la ciudad de Punta del Este se ha quedado sin un edificio que lo caracterizaba muchísimo. Y a su vez con incógnita de lo que vendrá, dada la sucesión de distintas propuestas que impactarán en el entorno y que deberían inscribirse en el marco de las previsiones de la normativa y del instrumento de ordenamiento territorial vigente.

La declaración de interés nacional o departamental de un bien debería ser un atributo que genere valor, avanzando hacia instrumentos que permitan generar incentivos para su conservación y mantenimiento. Existen algunos estudios que avanzan, por ejemplo, en la transferencia de edificabilidad para edificios patrimoniales que aún no se han aplicado pero que podrían resultar muy interesantes de implementar.1

Patrimonio de la humanidad

A nivel internacional, distintos sitios en Uruguay han sido reconocidos por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad tangible e intangible. Esta puesta en valor no sólo nos llena de orgullo, sino que además nos convoca a gestionar y mantener los bienes declarados, en conjunto con la comunidad.

Implica a su vez una posibilidad de generar un desarrollo integral de estos bienes, promoviendo su visibilidad en el marco de proyectos que integren turismo, desarrollo urbano, movilidad, en coordinación con los distintos actores involucrados.

Este año el Comité de la Unesco declaró la iglesia Cristo Obrero en Estación Atlántida, del ingeniero Eladio Dieste, Patrimonio de la Humanidad. 

Uruguay cuenta a la fecha con tres sitios declarados Patrimonio Mundial por la Unesco: el Barrio Histórico de Colonia del Sacramento (inscripto en 1995), el Paisaje Industrial de Fray Bentos (inscripto en 2015), y ahora la iglesia de Atlántida (inscripta en 2021). Los sitios declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO ganan reconocimiento internacional, atracción turística, visibilidad en los medios de comunicación, ayuda en caso de riesgo y, eventualmente, asistencia económica para obras de preservación y/o restauración a través del Fondo de Patrimonio Mundial.

El patrimonio no se restringe solamente a los bienes declarados como tales a nivel internacional, nacional o departamental. También se expresa en las viviendas que habitamos, en el barrio, en el espacio público.

También Uruguay cuenta con dos inscripciones al patrimonio cultural inmaterial o “patrimonio vivo”, que se refiere a las prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por las comunidades de generación en generación: el tango y el candombe y su espacio sociocultural, ambos inscriptos en 2009 en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

El patrimonio no se restringe solamente a los bienes declarados como tales a nivel internacional, nacional o departamental. También se expresa en las viviendas que habitamos, en el barrio, en las calles, en el espacio público.

Es así como desde la Comisión Asesora de Patrimonio de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay se trabajó en el proyecto “Conservando patrimonio”.

A partir de este proyecto se plantea la creación de guías para la conservación de edificios patrimoniales con el fin de otorgarle a la sociedad herramientas y conocimientos para la preservación tanto de sus propias viviendas como de edificios pertenecientes a la comunidad.

Esta iniciativa promueve la discusión, el conocimiento y la conciencia sobre la conservación del patrimonio construido del Uruguay, así como se busca salvaguardar los valores asociados y su arquitectura.

Se plantea la elaboración de guías orientativas dirigidas al público en general, especialmente a aquellos vecinos relacionados a edificios con valores patrimoniales presentes en todo el país, con el fin de informarles sobre las distintas lesiones que puedan aparecer tanto en sus viviendas como en otros edificios presentes en la ciudad.

A su vez, se busca plantear una primera aproximación a las acciones relacionadas con la conservación preventiva y correctiva, teniendo siempre en cuenta que muchas de esas tareas deberán estar supervisadas y dirigidas por un técnico profesional especialista en la materia.

Las guías están disponibles tanto en formato papel como en formato digital, con la posibilidad de descargarlas desde diversas plataformas y páginas web. Las cuatro cartillas elaboradas por la Comisión Asesora de Patrimonio de SAU, con el apoyo en diseño del Municipio B y de impresión y distribución de la Intendencia de Montevideo, son el resultado del objetivo común de propender hacia el traslado de conocimiento, promoción y desarrollo de la cultura patrimonial en la población en general.

A esta iniciativa se han sumado otras instituciones vinculadas a la temática patrimonial y es el puntapié inicial para poner el tema en discusión y seguir avanzando en la defensa de nuestro patrimonio.

Natalia Brener es arquitecta, presidenta de la Sociedad de Arquitectos del Uruguay.


  1. Espósito, Y. El potencial de la herramienta de transferencia de derechos de edificabilidad para acciones sobre bienes con protección. Tesis de maestría. Montevideo: Udelar. FADU, 2020.