La comisión investigadora sobre actuaciones del Ministerio de Turismo (Mintur), formada por la Cámara de Representantes, tiene previsto terminar esta semana su recepción de testimonios, que comenzó el 4 de octubre. Hasta ahora despejó muy pocas dudas, pero algunos datos se destacan por su importancia.

Lo primero es reafirmar qué se está investigando. La mayoría oficialista en Diputados dispuso que la comisión se ocupara de decisiones adoptadas durante los gobiernos del Frente Amplio, pero nunca hubo acusaciones específicas ni ha surgido nada que tenga alguna apariencia de ilegalidad.

Tampoco se investiga a la oscura empresa Kirma Services, a los señores Daniel Reta y Elbio Rodríguez, o a la agencia de publicidad Young & Rubicam. El denunciado e investigado es el hoy diputado colorado Germán Cardoso, exministro de Turismo, con independencia de los dimes y diretes entre otras personas e instituciones.

Todo esto empezó cuando el exdirector nacional de Turismo, Martín Pérez Banchero, también colorado pero de otro sector, denunció que Cardoso lo había presionado para que avalara procedimientos y decisiones por lo menos irregulares, sobre todo en lo referido a la contratación de publicidad.

Habrá que ver si el oficialismo reconoce la necesidad de enviar a la Justicia lo que ha surgido en la investigación a Cardoso o si la niega para proteger al exministro de Turismo y al vínculo con su sector, liderado por Julio María Sanguinetti. De esa decisión dependerá, en gran medida, el prestigio y la credibilidad de la coalición gobernante.

Según Pérez Banchero, esa publicidad (toda dentro de Uruguay, debido a la emergencia sanitaria) tuvo costos muy superiores a los habituales en gobiernos anteriores, y se adjudicó o se quiso adjudicar sin cumplir con los procedimientos administrativos que correspondían.

Ante el escándalo, Cardoso le dio al presidente Luis Lacalle Pou explicaciones que este consideró satisfactorias, pero poco después se supo que no lo eran, el ministro tuvo que renunciar y comenzó el proceso de formación de la investigadora.

A medida que se fue acumulando información, surgió una visión muy preocupante de cómo se manejaron los recursos públicos. El caso más vidrioso, pero no el único, fue el de la empresa Kirma, a la que se intentó pagar 280.000 dólares por intermediar en la difusión de publicidad digital para el mercado interno.

El único antecedente de Kirma en la región era su aporte a la promoción de apuestas en internet para el señor Rodríguez. Este es amigo de Cardoso, no tenía ningún cargo en el Mintur y reconoció haber presentado a Kirma ante Young & Rubicam, con la intención de iniciar un vínculo lucrativo.

Tanto Rodríguez como Reta (otro amigo de Cardoso, que se desempeñó como su adscripto) aseguran que el ministro no estaba al tanto de nada. Si fue así, lo menos que se puede decir es que estuvo muy omiso; otra posibilidad es que traten de encubrirlo.

Cardoso ya fue denunciado penalmente y le corresponderá al sistema judicial llevar adelante el debido proceso. Lo que resuelva la comisión parlamentaria tiene ante todo relevancia política.

Habrá que ver si el oficialismo reconoce la necesidad de pasar este feo asunto a la Justicia o si la niega para proteger a Cardoso y al vínculo con su sector, liderado por Julio María Sanguinetti. De esa decisión no dependerá el desenlace del proceso, pero sí, en gran medida, el prestigio y la credibilidad de la coalición gobernante.