El 18 de diciembre se realizan en Paraguay las elecciones internas simultáneas de las agrupaciones políticas que disputarán las elecciones generales en abril de 2023. Estos comicios se llevan a cabo en medio de un complejo escenario de reformas sustanciales al sistema electoral, la reciente elección de dos nuevos ministros del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) y el aumento de la influencia del crimen organizado en el financiamiento de la política.
Debido a los altos niveles de afiliación partidaria concentrada (más de 70% del padrón electoral) en los dos partidos tradicionales, el Colorado y el Liberal Radical Auténtico, los índices de competitividad y movilización electoral en las internas de estos son elevados. Por ello, los resultados, en muchos casos, son un adelanto de lo que ocurrirá en las elecciones generales.
Desafíos al proceso electoral
En junio pasado, el Senado de la nación eligió como nuevos ministros del TSJE a los doctores Jorge Bogarín González y César Rossel; el primero, independiente; el segundo, perteneciente a los registros del Partido Liberal Radical Auténtico. Estos ministros se integraron al tribunal acompañando al doctor Jaime Bestard, del Partido Colorado, en la conducción del órgano comicial. En medio de este proceso de reorganización institucional de dicho órgano se harán las internas.
Actores centrales en competencia
La Concertación Nacional “Para un nuevo Paraguay” está conformada por 23 partidos y dos movimientos políticos de oposición. La presidencia de la agrupación política está a cargo de Esperanza Martínez, del Frente Guasú, quien fuera ministra de Salud en el gobierno de Fernando Lugo y actualmente es senadora nacional. La tendencia ideológica de la Concertación es heterogénea y abarca la mayor parte del espectro del eje izquierda-derecha.
En cuanto a las candidaturas para el Congreso (senadores y diputados), cada partido presenta sus listas para competir entre sí y emplean exclusivamente sus padrones partidarios. A escala regional, algunos partidos y movimientos recurrieron a la figura de la alianza y acordaron integrar sus listas finales con candidatos de distintos partidos. Este complejo entramado genera confusión en sectores del electorado que manifiestan desconocimiento sobre cómo deberán votar ese día.
De cara a las elecciones, el Partido Colorado se mantiene como actor protagónico de la política nacional. Su membresía partidaria es de más de dos millones y medio de personas afiliadas y habilitadas para votar en las internas del 18 de diciembre, lo que supone casi la mitad del padrón. Son 73.000 precandidaturas a cargos electivos y partidarios que estarán en disputa.
Para la presidencia y vicepresidencia de la República hay dos precandidaturas que disputan con chances reales: el movimiento Fuerza Republicana, afín al presidente Mario Abdo Benítez, que postula a Arnoldo Wiens para el cargo de presidente, y el movimiento del expresidente Horacio Cartes (2013-2018), Honor Colorado, que postula a Santiago Peña, actual presidente del partido y diputado nacional.
Este partido escogerá, además, a sus autoridades internas en la misma elección. Así, la presidencia de la organización política la disputará el expresidente Cartes contra Abdo Benítez.
Incidentes del contexto prelectoral
El contexto político nacional se vio convulsionado entre julio y agosto por el señalamiento por parte del gobierno de Estados Unidos al expresidente Cartes como “significativamente corrupto”, debido a presunto lavado de activos y conexión con organizaciones terroristas. Posteriormente también fue señalado el actual vicepresidente, Hugo Velázquez, por presunto soborno para obstruir una investigación sobre lavado de activos.
El impacto inmediato fue la renuncia de Velázquez a la precandidatura presidencial que llevaba adelante hasta ese momento y contaba con el apoyo del oficialismo. Esto último desestructuró el proyecto político y obligó al entorno del presidente Abdo a reemplazar la candidatura en medio del ya avanzado proceso comicial.
Por otro lado, en setiembre un incendio en uno de los depósitos del local del TSJE destruyó nada menos que unas 7.500 máquinas de votación y equipos tecnológicos del sistema de transmisión de resultados electorales preliminares. El hecho ocurrió a 45 días de las elecciones internas partidarias.
La destrucción de máquinas de votación que son irreemplazables obliga a una reestructuración de locales y mesas de votación, al igual que recarga el número de electores por mesas y amplía el horario de votación.
Camilo Filártiga es abogado y politólogo paraguayo, presidente de la Asociación de Ciencia Política de Paraguay. Una versión más extensa de este artículo fue publicada originalmente en latinoamerica21.com.