Una niña camina entre los escombros de un edificio derrumbado en Gaza mientras un médico arriesga su vida para seguir curando entre los bombardeos, una madre lidera el éxodo forzado de su familia hacia el sur, un rehén es liberado. El embalse de Canelón Grande queda completamente seco, la ciencia lo había advertido, la solidaridad que llenó las ollas populares ahora provee de agua a quienes lo necesitan, la lluvia cubre lentamente las grietas en la tierra. Miles siguen durmiendo en las calles de las grandes ciudades, muchos jóvenes permanecen desempleados, las mujeres siguen ganando menos que los hombres por los mismos empleos, mientras abren al público general un chatbot que procesa lenguajes y genera textos. La mentira y el odio ganan terreno en el debate político, la extrema derecha se siente cómoda en ese escenario, mientras un partido político reúne a miles de personas para debatir su programa en Uruguay, y en España un presidente adelanta las elecciones y le gana, a pura política y contra todo pronóstico, a la derecha.

Las historias de las sociedades y de las personas pueden contarse de muchas formas posibles. Los analistas de medios han acuñado una frase, “el cansancio de las noticias”, para referirse a las pocas ganas que tiene la gente de verse expuesta a información que podría sumirla en la desesperanza: la barbarie de la guerra que se recrea incesantemente, truncando miles de vidas, la crisis climática que amenaza la continuidad de la vida en el planeta, la política del odio y el miedo que se reproduce en el campo fértil que sembraron múltiples crisis.

Pero el relato de estas crisis, la historia de tanto sufrimiento, es también la historia de la resistencia, de la sobrevivencia, de la pelea por un mundo mejor, de la convicción de que es posible superar tanta injusticia y dolor. Entre tanto caos informativo, entre tantos intereses cruzados y poco transparentes, entre tanta desinformación, el periodismo independiente es necesario, es una voz más, imprescindible, para contar el mundo.

Es eso lo que nos mueve en la diaria, lo que nos ha permitido llegar hasta aquí, en vísperas de cumplir la mayoría de edad el próximo 20 de marzo de 2024. Nos mueve también conectar con las nuevas formas de consumo de la información, y por eso este año implementamos informes audiovisuales que se comparten por Instagram, Tik Tok, Twitter, Facebook, Youtube. Nos mueve hacer un aporte a la cultura, y por eso apostamos este año con éxito al rediseño y la reformulación de la revista Lento, que duplicó su cantidad de suscriptoras y suscriptores. Nos mueve contribuir a la comprensión de los temas de actualidad, y por eso realizamos informes especiales multimedia sobre la reforma de la seguridad social, sobre los 50 años del golpe de Estado y sobre el caso del narcotraficante Sebastián Marset. Nos mueve conectarnos con el mundo, y por eso lanzamos el suplemento impreso Mundo y continuamos desarrollando investigaciones con medios de la región. Nos mueve garantizar el derecho a la información de niñas y niños, y por eso a la publicación mensual infantil Gigantes se sumó este mes una web desarrollada especialmente para que las infancias y adolescencias interactúen, propongan, voten por contenidos y aporten reseñas e ilustraciones. Y jueguen, por supuesto.

En pocas horas estaremos en 2024, un año especial para Uruguay, con tres instancias electorales. la diaria se está preparando para brindarles, en ese contexto, información de calidad que trascienda la cobertura de las campañas a las que estamos acostumbrados. Desde marzo funcionará una unidad de verificación de la información, la diaria Verifica, con el objetivo de combatir la desinformación en redes sociales y en el debate público, que estará abierta a las inquietudes y aportes de la comunidad de la diaria. Además, contaremos con una unidad especializada en periodismo de datos, que enriquecerá la información de actualidad, e incursionaremos en nuevos formatos narrativos para informar sobre el ciclo electoral. Sumaremos asimismo el análisis de destacadas y destacados columnistas que nos acompañarán entre marzo y noviembre, junto al análisis de las editoras y editores de la diaria. Contaremos con los sondeos y proyecciones de la Usina de Percepción Ciudadana. Y seguramente habrá mucho más, porque si algo nos ha caracterizado en nuestros casi 18 años, es el movimiento constante.

Vivimos tiempos de crisis, de miedos, de guerras e incomprensiones, es cierto. Pero son tiempos propicios para el periodismo y para la creatividad, así como lo son para la resistencia y para la esperanza.