El año 2025, que ya se va, dejó importantes cambios en la Universidad de la República (Udelar) y confirmó, una vez más, la centralidad del cogobierno como herramienta para pensar, discutir y proyectar el futuro universitario. Tras la elección de su nuevo rector, la institución reforzó su presencia en el diálogo con los actores políticos y la sociedad, culminando un ciclo clave con la presentación al Parlamento de la solicitud presupuestal quinquenal apoyada por un Plan Estratégico de desarrollo y propuesta al país 2025-2029, que fija 15 líneas programáticas ambiciosas.

La asunción de Héctor Cancela como rector introdujo también un cambio de impronta, una presencia institucional serena, acompañada por una permanente disposición a comunicar, a escuchar y a mantener un vínculo cercano con los diversos actores universitarios. Es una impronta que, naturalmente, convivirá con las miradas críticas propias de una comunidad tan plural como la nuestra, pero que sin duda ha logrado conectar con sensibilidades presentes en amplios sectores del demos universitario.

El cogobierno universitario también concretó en 2025 la elección de nuevos prorrectores. El proceso, regido por una ordenanza tan rigurosa como compleja, permitió designar nuevos prorrectores de Enseñanza, Investigación, Extensión y Gestión. Queda pendiente la consolidación de un nuevo Prorrectorado de Desarrollo Institucional, cuya forma y alcance aún deben acordarse en los órganos de cogobierno.

Otro hito del año fue la elección en el Consejo Directivo Central (CDC) del nuevo presidente de la Comisión Coordinadora del Interior (CCI), un espacio cogobernado que cumplió 20 años, que se inició con las históricas Jornadas de Descentralización de Paysandú de 2004. La merecida calurosa despedida en el CDC a Rodney Colina, presidente de la CCI desde 2018, y el nombramiento de Líber Acosta, rochense, que se desempeñó en los últimos años como director de la sede Paysandú del Centro Universitario Regional Litoral Norte, simbolizó la madurez de un proyecto que entiende el desarrollo de la universidad en todo el país como un largo proceso de construcción colectiva, sin apresuramientos y sin pausa.

En 2025, en materia de nuevas estructuras y expansión en el territorio nacional, también se registraron avances significativos. La Universidad aceptó la donación, por parte de la Intendencia de Colonia, de un predio con edificaciones donde funcionaba la antigua fábrica de Sudamtex; se trata de la primera propiedad de la Udelar en ese departamento. Con una oferta académica en consolidación, integrada por carreras cortas y ciclos iniciales optativos, ese enclave será la semilla del futuro Centro Universitario Regional Suroeste. Del mismo modo, se aprobó la creación de cuatro institutos centrales, una estructura académica largamente pensada que fortalecerá la capacidad del país para innovar y generar conocimiento en áreas estratégicas.

Por otro lado, en noviembre tuvieron lugar las elecciones universitarias, organizadas por la Corte Electoral con el apoyo previo de la Comisión de Elecciones Universitarias. Se trató, sin duda, del evento de mayor participación de la comunidad universitaria: el número de votos rondó los 250.000. Es verdad que para muchos ciudadanos representan un verdadero dolor de cabeza, principalmente por los embotellamientos en el tránsito que ese día se producen; sin embargo, y al mismo tiempo, para muchos, esta elección constituye una fiesta colorida de la democracia universitaria. En un clima de respeto se eligen cientos de delegados a los ámbitos de cogobierno, en elecciones que transcurren con total normalidad y que garantizan la transparencia en la conducción de la institución.

El año 2025, que ya se va, dejó importantes cambios en la Universidad de la República (Udelar) y confirmó, una vez más, la centralidad del cogobierno como herramienta para pensar, discutir y proyectar el futuro universitario.

Por último, cabe destacar que hace pocos días el Paraninfo de la Universidad fue espacio para la presentación de una propuesta del PIT-CNT, acompañada por destacados académicos, para reducir la pobreza infantil y adolescente. La iniciativa, que busca abrir un debate social de largo alcance, mostró nuevamente la capacidad de la Udelar para alojar discusiones de interés público.

Este repaso recoge apenas una pequeñísima fracción de lo más relevante que ocurrió en 2025 en la Udelar. Y si estos eventos muestran quizá una parte luminosa de la institución, también es necesario reconocer sus claroscuros. Persisten problemas estructurales, como la precarización laboral de docentes de grados bajos, la creciente dificultad de atender la expansión de la matrícula en varias carreras, o las presiones, a veces invisibles, pero siempre presentes, que afectan la salud mental del funcionariado técnico, administrativo y de servicios, así como del cuerpo docente y de los estudiantes. Encarar estos desafíos, así como el fortalecimiento de toda la Udelar y su aporte al desarrollo del país, exige amplios compromisos políticos y acuerdos nacionales. Sólo así será posible superar virtuosamente, con creatividad y decisión, las restricciones fiscales que hoy limitan la inversión en educación pública. Apuntar a una inversión del 6% del producto interno bruto en educación pública implicará la consolidación, entre una gran cantidad de actores de la vida nacional, de una visión estratégica de largo plazo que reconozca a la educación pública como vector principal para el desarrollo científico, productivo y cultural de Uruguay.

En resumen, la Udelar vivió un 2025 intenso. El cogobierno, con todas sus virtudes y limitaciones, algunas de ellas vinculadas a la necesaria y postergada actualización de la Ley Orgánica, volvió a demostrar que sigue siendo un pilar insustituible para orientar a la Universidad de la República. El cogobierno es hoy, y seguirá siendo mañana, un instrumento privilegiado no sólo para organizar la vida universitaria, sino también para aportar a la construcción de una sociedad más justa. En un mundo que cambia, en un país que también debe cambiar apoyándose en lo mejor de su propia historia y haciéndolo siempre con el bienestar colectivo como horizonte, el fortalecimiento del cogobierno es un instrumento esencial de política universitaria y una llave estratégica para orientar a la Universidad de la República.

Adrián Márquez es egresado de Facultad de Ciencias e historiador.