Este sábado en el Museo de las Migraciones se realizó el segundo Encuentro de Organizaciones y Colectivos Sociales del Uruguay (UNE), en el que participaron representantes y activistas de diferentes ONG, la Coordinadora Nacional de Asentamientos, la Coordinadora Nacional de Economía Solidaria y diversas organizaciones civiles. Durante la actividad intercambiaron posturas, datos e información competente a sus campos de trabajo con el fin de “generar un diálogo transversal para el desarrollo”.

Entre las diversas actividades realizadas se incluyó un conversatorio organizado por el centro de estudios y divulgación Etcétera, con relación a las políticas públicas y el rol del Estado en la actualidad. Las mayores preocupaciones expresadas por los participantes tuvieron que ver con las carencias del Sistema Nacional de Cuidados y de protección a la primera infancia, la falta de un plan de acción respecto a la atención de la salud mental y, principalmente, la poca coordinación transversal entre las diferentes políticas públicas y los organismos que las llevan adelante.

Así mismo, la necesidad de la implementación de una renta básica universal apareció muchas veces como respuesta a “¿Cuáles son los principales cambios a introducir en el régimen de bienestar del Uruguay?”. Los participantes también hicieron hincapié en transversalizar el combate a la desigualdad, cruzando datos y trabajando en red con todos los actores e instituciones del gobierno y de la sociedad civil organizada vinculados al tema, haciendo que las políticas públicas aplicadas sean más eficaces y transversales.

Cuatro pilares

El economista Martín Fernández, de Etcétera, señaló la existencia de cuatro pilares en la conformación del bienestar de la sociedad uruguaya: educación, salud, sistema de previsión social y cuidados. Fernández sostuvo la importancia de no debilitar estos pilares, pero además remarcó la necesidad de pensar las acciones hacia la población de manera integral y coordinada, por encima de la atención de cada uno de estos frentes como cuestiones separadas.

Quienes participaron del intercambio recalcaron rupturas y deterioros en estos pilares, así como metas nunca alcanzadas y brechas no cerradas hasta el día de hoy. También manifestaron una gran preocupación de cara al futuro en cuanto a la “falta de articulación entre organismos del Estado”: otra expresión que se repitió varias veces en el papelógrafo virtual donde, anónimamente, participantes del evento -como representantes de movimientos afrodescendientes, el de indígenas y charrúas, colectivos de la diversidad o grupos sindicales como la Organización de Trabajadoras Sexuales (O.Tra.S)- plasmaron la principales carencias que encuentran sus organizaciones en las políticas públicas que se implementan hoy en día.

La concepción del rol del Estado

Representantes de la Asociación Nacional de ONG Orientadas al Desarrollo (ANONG) creen que el diálogo entre el gobierno y las organizaciones sociales existe “como una instancia de validación, pero no de construcción de políticas públicas”, según dijo a la diaria la representante de la Interseccional Feminista, Valeria Caggiano. Expresó que los ámbitos de discusión existen pero que “es muy difícil que luego esos espacios deriven en la creación de políticas públicas que incorporen esas miradas” (las de las organizaciones sociales).

Respecto a la situación actual de las necesidades sociales que no están siendo atendidas correctamente según las diferentes organizaciones, Caggiano dijo que “no se trata directamente de voluntad o falta de voluntad política” sino que “existen diferentes visiones sobre cada problemática, su abordaje y el rol del Estado” y que quizá los actores del gobierno “tengan otra mirada o interpreten la coyuntura y su urgencia desde otro lugar”.

Por su parte, Sergio Reyes, secretario de ANONG, señaló que “todo presupuesto es ideológico” y que, si bien las respuestas negativas del gobierno frente a propuestas o reclamos “en lo formal siempre son vinculadas a lo presupuestal o económico”, considera que hay cuestiones de “conceptualización de los problemas: de en qué casos el Estado debería intervenir y de qué formas”. Frente a la reiterada inquietud por la asignación de una renta básica universal -propuesta instalada en la agenda social de muchos países del mundo- tanto Reyes como Caggiano concordaron en que esta es “una buena de tantas banderas a levantar”, pero remarcaron que el fin en sí mismo del desarrollo es eliminar las desigualdades en todas sus expresiones y con la implementación de todas las herramientas posibles.

Consultado por este medio respecto al rol de las ONG y los colectivos sociales, el presidente de ANONG Pedro Delprato enfatizó la importancia del trabajo colectivo, del diálogo y de la participación de los actores no gubernamentales en la construcción política, el sondeo y el rol de contralor que debe tener una sociedad “comprometida en la erradicación de la desigualdad”. Delprato valoró la organización de civiles como fundamental para su desarrollo incluso individual: “Donde haya otro al lado tuyo dando la pelea siempre va a haber esperanza y siempre va a haber otra pelea que dar o algo mejor por construir” y recordó que si bien es lo correcto apelar a cambios concretos y acciones a nivel país, “atender algunos casos particulares, como hacemos en las ONG, también significa colaborar, al menos un poco y en la medida de lo posible, a reducir las inequidades”.