En una Cámara de Representantes abarrotada, este sábado asumieron los nuevos diputados que se desempeñarán en la legislatura número 50 y conformarán el que será, muy probablemente, el escenario de discusión protagonista durante el próximo quinquenio. Por primera vez en 20 años, el partido o coalición de gobierno no cuenta con mayoría propia en esa cámara, por lo que se verá obligado a llegar a acuerdos y deberá consentir a al menos dos legisladores de la oposición para torcer la balanza a su favor.
En conversación con la diaria, el presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, definió este nuevo escenario como “un desafío democrático” y espera que los partidos entiendan que “lo primero es la gente”. “La democracia requiere de no trabarnos, de no obstaculizar, de no hacer que el Parlamento termine siendo un freno al avance de la gente”, señaló Pereira.
Sobre las 13.00, un desfile de caras nuevas comenzó a ingresar al recinto parlamentario. 64 personas participarán por primera vez en la tarea legislativa en esa cámara, en buena medida por un recambio generacional que “jubiló”, ya sea por biología o falta de apoyos, a gran cantidad de diputados de la anterior legislatura. Entre las novedades están los jóvenes diputados Matías Duque (Partido Colorado), de 26 años de edad, Fernanda Sfeir (Partido Nacional), de 28 años, y Julieta Sierra (FA), de 30 años, y son cada uno de ellos los legisladores más jóvenes de sus respectivos partidos.
Las miradas también estuvieron puestas en María Inés Obaldía y Gerardo Sotelo, antigua dupla televisiva que luego de décadas de ejercicio periodístico abandonó la profesión para sumarse a equipos de confianza política durante la pasada administración. Ambos ingresarán a la cámara, Sotelo como único representante del Partido Independiente y Obaldía por el FA, en un rol que los ubica en veredas políticas opuestas, pero aun así la “amistad sigue intacta”, dijo Sotelo.
Asimismo, Sotelo señaló que en su nuevo cargo tendrá una “doble responsabilidad” con su partido y con los votantes de Montevideo, circunscripción por la que fue electo, y adelantó que los ejes principales de su tarea parlamentaria serán la atención a las políticas de infancia, el compromiso con la disminución de la pobreza infantil y “seguir de cerca” la evolución de la reforma educativa y las políticas de seguridad.
A la par del ingreso de diputados, las barras comenzaron a llenarse con buena parte de la plana mayor del próximo Ejecutivo. Los primeros que se hicieron presentes fueron Carlos Negro y Gabriela Valverde, futuros ministro y subsecretaria de Interior, respectivamente, acompañados de quien será el prosecretario de Presidencia, Jorge Díaz. Además, estuvieron los próximos ministros de Economía, Gabriel Oddone, y de Industria, Fernanda Cardona, así como el subsecretario de Desarrollo Social, Federico Graña.
El momento de Salle
Entre los más esperados estuvo sin dudas el abogado Gustavo Salle, quien, fiel a su estilo, ingresó a la antesala de la cámara con un alto perfil, tal vez sólo matizado por la mesura de su hija, la también diputada Nicolle Salle. Los Salle tienen asegurado un rol protagónico para los próximos cinco años, ya que son los únicos legisladores por fuera del FA y los partidos que integran la coalición republicana, y sus votos son la llave que destraba la mayoría.
Esto fue palpable durante la previa de la sesión, en la que varios legisladores colorados y nacionalistas aguardaron varios minutos a pocos metros del abogado a que este terminara de posar ante las cámaras, con una copia de la Constitución en mano y puño en alto. Salle aceptó todos los requerimientos de los reporteros gráficos y, una vez satisfechos, se aproximó una avalancha de diputados al acecho que saludaron al nuevo colega con abrazos y palmadas en la espalda.
La elección de un “tupamaro” en una votación “protocolar”
Sobre las 14.30, con gran atraso respecto a lo previsto, comenzó la elección del primer presidente de la cámara, que recayó en el diputado por el Movimiento de Participación Popular (MPP) Sebastián Valdomir, cuyo sector fue el que obtuvo la mayor cantidad de representantes: 36 de los 48 diputados del FA.
Frente Amplio
Foto: Rodrigo Viera Amaral
Esto hizo que Valdomir fuera arropado por sus compañeros de sector, quienes fundamentaron su voto con una serie de anécdotas que retrataban al legislador, solamente desafiadas por las menciones al período de 40 años ininterrumpidos de democracia que acaba de cumplir el país. “Buena persona, buen compañero, terrible militante y excepcional profesional”, dijo el diputado del MPP por Colonia, Nicolás Viera, sobre su compañero de sector, y destacó como su principal cualidad la “lealtad”.
“Sebastián es un tupamaro. Es, junto con otra generación de jóvenes que [vivió] en tiempos bien distintos a los que les tocó vivir a Pepe, Lucía y el Flaco Agazzi, [quien] siente la misma indignación frente a las injusticias del mundo, siente el mismo compromiso, el mismo llamado a organizarse para construir una sociedad más justa, solidaria y equitativa”, afirmó el diputado por el MPP Carlos Rodríguez. Desde hacía pocos minutos en las barras se ubicaban Lucía Topolansky y José Mujica.
Sin embargo, las fundamentaciones positivas no fueron sólo expuestas por sus compañeros de bancada, sino que desde todas las trincheras políticas destacaron al presidente de la cámara. “Sebastián tiene las credenciales necesarias y cumple con los requisitos hasta excluyentes para poder hacerse cargo de esta institución”, destacó el nacionalista Sebastián Andújar, quien fuera uno de los primero en iniciar la ronda de votación.
- Leé más sobre esto: Sebastián Valdomir asumió la presidencia de la Cámara de Diputados: pidió “diálogo político” sin “descalificar”
La sesión contó con escasas estridencias y permaneció en un letargo que se extendió por casi cuatro horas, solamente sobresaltado por la participación de Salle, quien dedicó su fundamentación a “Standard & Poor’s, Fish y Moody’s”, calificadoras de riesgo a las que acusó de “extorsionar a los sistemas políticos a nivel internacional”. Luego de este inicio se produjo un cruce de miradas que se extendió durante los tres minutos que habló el abogado.
Salle manifestó su malestar en el ambulatorio de la sala por entender que fueron mensajes “protocolares”. “Fueron discursos más bien formales, protocolares, exaltando una democracia formal. En mi discurso puse de manifiesto cómo esas agencias calificadoras, organismos multilaterales de crédito, nos subestimaron, nos bajaron a la realidad”, afirmó.