“Sean bienvenidos a su casa, un pueblo entero los está esperando”. Con estas palabras, el presidente Yamandú Orsi, acompañado de la vicepresidenta Carolina Cosse y la ministra de Defensa, Sandra Lazo, recibió oficialmente a los 200 cascos azules uruguayos que cumplieron una misión de paz en el Congo.
El contingente permaneció varado seis meses y atravesó situaciones complicadas tras quedar en medio de los enfrentamientos del grupo rebelde M23. En el conflicto perdió la vida un soldado uruguayo, otro resultó gravemente herido y un tercer efectivo falleció a causa de un paro cardíaco. Los sucesos calaron fuerte en el ánimo y provocaron situaciones estresantes en los soldados, que ya habían cumplido el año correspondiente a la misión y debieron quedarse seis meses más de lo previsto a causa de que la ONU demoró el relevo. La situación obligó al gobierno uruguayo a hacer intensas gestiones al más alto nivel para conseguir su regreso.
La ministra de Defensa dijo a la diaria que este relevo tardío “no modifica lo que Uruguay ha aportado históricamente a las misiones”, y “no está en debate ni en cuestión” limitar la participación uruguaya en misiones internacionales. “No son decisiones unilaterales cuando hay una especie de contrato firmado donde apoyamos la misión”, por lo que Uruguay está “apostando” al relevo de tropas en el Congo “hasta que Naciones Unidas defina el fin de la misión o el repliegue”, remarcó.
Uruguay en las misiones de paz
Lazo subrayó que aunque “muchas veces cuando se piensa en una misión se dan debates intensos, nadie cuestiona el envío de tropas. Fíjense que en 1949, aun antes de la existencia de este tipo de misiones, Uruguay ya estaba enviando gente como veedores”, indicó. Para la ministra, lo verdaderamente importante es “tener bien claro a qué vamos”, algo que las misiones de paz tienen “muy establecido”: se trata de proteger a la población civil, “pero cada zona de conflicto es diferente”. “Ojalá no tuviéramos que enviar tropas y no existieran estos conflictos, porque se dan en el marco de lugares muy conflictivos, pero la realidad se impone”, agregó.
Destacó además la importancia de la función que cumple el contingente uruguayo en el Congo que, además de las misiones establecidas por la ONU, suma también un componente humanitario. “Aunque tenemos claro que nosotros no somos parte del conflicto y que la tarea de nuestro contingente es proteger a la población civil, Uruguay siempre va un poco más allá y también hace su aporte en materia humana”, remarcó.
Lazo puso como ejemplo que durante su estadía en el Congo como parte de una delegación de legisladores, le tocó visitar un asentamiento donde vivían 12.000 familias en carpas de nailon con “condiciones muy precarias”. “Eran personas que habían sido desplazadas de sus hogares por estos conflictos territoriales, a donde no había agua potable. A partir de lo que fue una clara misiva tanto del comandante en jefe como de los legisladores que acompañamos esa misión, se llevaron adelante una serie de trámites y hoy esa gente tiene por lo menos agua potable a partir de un esfuerzo que hizo el contingente uruguayo”, afirmó.
Ahondando en el aporte de los países latinoamericanos en las misiones de paz, señaló: “Cada vez más me afilio a la idea de que este continente que habitamos tiene muchas desigualdades, pero tiene un valor innegable, que es el de la paz. Eso también abarca a la conducta de nuestras fuerzas cuando se presentan en una misión”.
Evaluación del ministerio
La ministra de Defensa se refirió además a la situación en que viven los soldados uruguayos apostados en la República Democrática del Congo y recordó que estuvo visitando la misión en julio, antes de los episodios que se registraron en enero. “Convivimos durante ese tiempo en la misma situación que tenían los soldados, parejo para todo el mundo, y por ese entonces había una moral grande en la tropa. Obviamente que después se dieron estas circunstancias que evidentemente afectan, porque en cualquier ámbito laboral cuando sucede una pérdida, y más si estás a miles de kilómetros de distancia, se generan determinadas circunstancias. De hecho, era lo que más nos preocupaba”, dijo.
Sostuvo que durante estos meses el personal médico de la misión hizo una “evaluación permanente” de la delegación. “El hecho de quedarte más tiempo del que correspondía y en un contexto crítico genera mucho estrés”, observó, por lo que está previsto desde el arribo la participación de personal sanitario integrado por médicos, psicólogos, enfermeros, nurses, para seguir brindándoles asistencia. “Es un proceso que dura bastante tiempo. Pero va a haber apoyo para el que regresa después de haber vivido situaciones extremas”, explicó.
La presencia uruguaya en el Congo ha sido continua durante más de 20 años, y las autoridades estiman que contribuyó a la estabilidad y a la protección de civiles en la región. La base militar de Uruguay en la República Democrática del Congo está desplegada desde 2001 como parte de las misiones de paz de las Naciones Unidas. Los soldados uruguayos llegaron a la ciudad de Goma el 28 de marzo de ese año.
Mirada crítica
Desde la academia, Julián González Guyer, doctor en Ciencia Política especializado en seguridad internacional y en las relaciones entre civiles y militares en Uruguay y el Cono Sur, indicó que el retorno de los cascos azules es “clave” por una cuestión humanitaria, debido a que, al no poder regresar en el tiempo estipulado, los proyectos personales de las tropas se vieron modificados. “No sólo se tuvieron que quedar mucho más tiempo de lo que pensaban en el Congo, sino que la permanencia tuvo lugar en una situación muy particular. Es decir, se produjo después de la muerte de un soldado, varios efectivos heridos y el contingente que está en Goma quedó prisionero del M23, o sea, del enemigo que había matado a un efectivo y herido a varios más. Encima estaban al lado de un aeropuerto que era un objetivo estratégico y que terminó siendo seriamente dañado por el M23”, relató el especialista e investigador universitario.
González Guyer señaló que el M23 tiene una relación “altamente conflictiva” con el gobierno del Congo y la ONU. En ese marco, el contingente uruguayo “vía Naciones Unidas” estaba cumpliendo tareas vinculadas con el “Estado que está en guerra con el M23”. “El M23, a su vez, es apoyado por Ruanda. Ya nadie lo oculta. Tanto es así que el retorno de los efectivos se produce gracias a que aparentemente se produjo un acuerdo, que nadie sabe de qué se trata, entre la República Democrática del Congo y Ruanda, lo que permitió que el M23 y Ruanda habiliten que se produzca el recambio de la operación de paz. Supongo que los efectivos que van a ir al Congo en el mismo avión no van a Goma, sino que a otro lado, pues el gobierno del Congo no tiene el control de la ciudad”, indicó el experto.
Más allá de esta situación, lo “importante” es que los soldados van a poder reunirse con su familia y terminar con una experiencia que “resultó bastante distinta a lo que habían creído que iba a ser”, agregó.
Antecedentes
González Guyer sostiene que no existen antecedentes similares a este caso. Sin embargo, indicó que el contingente uruguayo enfrentó “situaciones críticas” en el Congo cuando el líder del contingente uruguayo desobedeció las órdenes del comandante general de la operación de paz y no entró en combate con las fuerzas rebeldes. “El comandante uruguayo, con cierta habilidad, logró establecer un vínculo con el jefe rebelde y terminaron hasta jugando un partido de fútbol y evitando el enfrentamiento. También hubo otra situación en la que las fuerzas uruguayas evacuaron al embajador español en una situación muy complicada”, relató.
El experto aseguró que ha habido “muchos problemas” en el Congo y algunos que “probablemente” no han trascendido. “Entre los militares uruguayos existe un dicho que nació en África, en el Congo, que es que Dios es uruguayo, en el sentido de que gracias a la ayuda divina no había muerto ningún efectivo uruguayo. En esta oportunidad, Dios le falló al contingente, pero le brindó durante muchos años un servicio muy importante”, afirmó.
Cambio de nombre
Por otro lado, González Guyer recuerda que la misión, que empezó con el objetivo de mantener la paz, cambió sus condiciones y pasó a denominarse Monusco (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo) en 2010. “Pasó a tener un mandato robusto de imposición de la paz, no de mantenimiento. Es decir, se reconoció que allí no había paz y que había que imponerla. El contingente uruguayo, desde hace muchos años, cumple el rol de fuerza de reserva del comandante en jefe de la operación Monusco. Quiere decir que cuando hay un lío, es el contingente uruguayo el que tiene que ir a atenderlo”, remarcó. Por tanto, es una tarea de “alto riesgo” y, a pesar de que los uruguayos la han cumplido “bien”, “finalmente se pagó un precio”, agregó. “Cuando se produjo la muerte del efectivo uruguayo, yo estuve revisando la página de la operación de paz, había una noticia en la que se hablaba de que las tropas de la Monusco habían estado combatiendo al M23, lo cual me hace pensar a mí que es la razón por la que murió este soldado uruguayo en esas operaciones de combate”, indicó.
Además, con el cambio de nombre de la misión, Naciones Unidas llamó a un conjunto de países de África a conformar un contingente separado de Monusco, que en enero de este año sufrió unas “cuantas bajas”. “Todo eso configura una situación complicada, porque hay cascos azules que existen para combatir y hay otros que no tanto. Entonces, es normal que los cascos azules de la Monusco terminen involucrados en enfrentamientos militares”, remarcó González Guyer. “Uno de los mandatos fundamentales de la Monusco, y por lo tanto del contingente uruguayo, es proteger la seguridad, la vida y los derechos de la población civil. Pero tanto las fuerzas rebeldes como el propio ejército del Congo se caracterizan por hacer cualquier desastre con la población civil. Matar gente, a diestra y siniestra, prender fuego pueblos, en fin, cosas terribles”, añadió.
El experto dijo que “toda esta situación debería poner en cuestión la continuidad o la forma de participación de Uruguay en este tipo de operaciones”. “Hoy en día estamos en una realidad en la que el derecho internacional perdió vigencia completamente. Imaginate que los países que se sienten con fortaleza suficiente invaden otros y ni siquiera pierden tiempo en avisarle al Consejo de Seguridad. Lo ignoran olímpicamente. Es un mundo que ha cambiado radicalmente y Naciones Unidas ha perdido completamente su vigencia. Habrá que ver si la recupera y cómo lo hace, pero es un organismo al que ningún país poderoso respeta”, consideró. Entonces, Uruguay “está participando en una operación de paz de ese organismo que nadie respeta”, sentenció.
El especialista dijo que es “necesario” que el gobierno uruguayo se asegure que el contingente que va a continuar desplegado en el Congo tenga “mayores garantías”.
El otro ministerio
Consultado sobre la actuación del gobierno en este caso, el especialista destacó que lo “interesante y lo novedoso” fue el protagonismo que asumió el ministro de Relaciones Exteriores. “Obviamente, el asunto no se resolvió por las presiones de Uruguay a Naciones Unidas ni porque la ONU haya resuelto nada. Se resolvió porque de alguna manera Ruanda y el Congo se pusieron de acuerdo supuestamente por las gestiones que hizo el presidente de Estados Unidos”, remarcó.
El experto dijo que “las operaciones de paz son una expresión de la política exterior de Uruguay”. “Este es un dato muy importante. El envío o no, y las condiciones y las características de la participación uruguaya en operaciones de paz, debiera ser un resorte del Ministerio de Relaciones Exteriores. Pero no siempre lo ha sido. Muchas veces ha sido un resorte del Ministerio de Defensa o directamente de las Fuerzas Armadas”, insistió Gonzalez Guyer. Indicó que en casi todas las operaciones de paz en las que participó Uruguay, el Ministerio de Relaciones Exteriores nunca tuvo una representación directa en el lugar. “Los militares uruguayos actuaron sujetos al comandante de la misión sin ningún respaldo político del gobierno uruguayo en el lugar. Yo he estado en Haití en más de una oportunidad y he visto cómo los embajadores de Brasil, de Argentina, de Chile, eran la referencia de los contingentes de esos países en el lugar, como debe ser. Cuando hay un contingente uruguayo en el exterior, debería haber una representación política del Estado uruguayo a través del Ministerio de Relaciones Exteriores”, concluyó.