Cultura
Traer un hijo al mundo puede ser algo horripilante. Prueba de ello dan las pesadillas que suelen dejar contra las cuerdas a muchas madres durante el período de gestación, o numerosas psicosis puerperales, que con el tiempo se han erigido como una subcategoría de los brotes psicóticos. El cine no ha sido ajeno a esto y ha presentado varias películas en las que el costado aterrador de ser padre -pero, más que nada, de ser madre- es tratado como centro de la cuestión, o bien como uno de los cimientos de la trama. Ana Katz logra en "Mi amiga del parque" uno de los más minuciosos retratos de la locura de la maternidad.