Deporte

En la otra vez pobre transmisión televisiva de los primeros partidos de Uruguay en los mundiales de fútbol femenino, el serio y honesto José Carlos Álvarez de Ron, nutrido de una serie de datos interesantes, pero cruzándolos con conceptos equivocados, afirmaba que “esto es fútbol, pero fútbol femenino, que es otro deporte”. Como se sabe, o tal vez se desconoce para neófitas/os e iniciadas/os, tal afirmación es errónea, dado que el fútbol es un único deporte para mujeres y hombres, y en este caso está universalmente regido por las reglas ordenadas por la FIFA.

Entonces toda aquella cháchara barata del grande que está por descender -lo determinan un campeonato y medio antes de que eso pueda suceder-, de que no tiene juego, que sus figuras, blablablá, empezó a quedar de lado cuando en el partido en el que derrotó a Liverpool por 2-1 en el marco de la Copa Sudamericana porque, señoras y señores, Independiente de Avellaneda es uno de los grandes de América y del mundo y tendrán que pasar muchos años y muchas desgracias para que deje de serlo.

Tras la eliminación a manos de Liga Deportiva Universitaria de Loja en la Copa Sudamericana, los tricolores, con indumentaria celeste, se repusieron rápidamente y siguen en lo más alto del primer torneo corto del año tras ganarle a Fénix 2-1 en el Parque Central con dos ocurrencias del Chino Recoba.

Defensor Sporting salió del Saroldi tan puntero como llegó. Progreso dejó en el perchero la pilcha de líder que vistió desde la primera fecha. Fue un 4-1 inapelable que se gestó cuando el equipo más goleador del Apertura empezó a apoyarse en la gran tarde de un circuito ofensivo que ya deja huella. Demasiado para un Progreso osado pero desbordado por su rival y por los mil vaivenes de un partido que terminó con apenas 18 jugadores en la cancha.

El equipo del Tola Antúnez ganó y clasificó a octavos de final de la Sudamericana; el martes visita a Independiente.

La lluvia impidió a la hinchada desplegar la bandera gigante y Nacional quedó eliminado de la Sudamericana al perder 2-1.

Si a un espectador de fútbol lo invitan para ir a ver Defensor-Liverpool difícilmente dude en aceptar. Ambos vienen realizando buenas temporadas y cuando se ven las caras llevan a cabo buenos partidos. Y siendo central para la mayoría de los medios de comunicación que habitualmente hacen sus transmisiones, mucho público se arrimó al Parque Rodó, en una tarde con una temperatura agradable pero con un cielo que amenazaba con tirar agua en cualquier momento.

En las coplas a ritmo de chamarrita que cantaba don Alfredo, el compadre Juan Miguel se las arreglaba con poca cosa para soportar el yugo del arrozal. Así como el compadre de la canción apelaba a la caña y al mate mientras se resignaba a vivir entre el arroz, Juan Manuel Olivera parece decidido a explotar todo tipo de oportunidad que se le presente en una cancha de fútbol. Pareciera tener la capacidad de ajustarse a las escasas jugadas de riesgo que genera el equipo aurinegro, sin chistar, calladito y aportando siempre.