En Carmelo, un historiador local lanzó la idea de independizarse de Colonia y formar un nuevo departamento junto a Nueva Palmira y Agraciada. Esta pretensión, que tiene antecedentes en el siglo XIX y ahora retorna a caballo de las reivindicaciones de autonomía en Cataluña, da cuenta de otro fenómeno: las tensiones y convergencias que generan los localismos en el marco de la diversidad cultural que caracteriza al territorio coloniense.

Unidos y separados

Los carmelitanos recuerdan con orgullo que su localidad fue fundada en 1816 a pedido de José Artigas. Ese año también fueron establecidos los límites del departamento de Colonia, y en su interior quedaron definidas las áreas de influencia de Colonia del Sacramento y de los partidos de Las Víboras, “que vino a ser el germen de Carmelo, Nueva Palmira e Higueritas”, y de Rosario, recordó Sebastián Rivero, coloniense, profesor y magíster en Historia.

Los migrantes europeos que llegaron al Río de la Plata entre fines del siglo XIX y principios del XX determinaron el crecimiento de Carmelo, al influjo del desarrollo de sectores como la vitivinicultura, el agro, la industria naval y la explotación de piedras, entre otros.

Hoy es la segunda ciudad más poblada del departamento, detrás de Colonia del Sacramento. Durante la mayor parte de la historia del Uruguay independiente, Carmelo tuvo más pobladores que la capital, aunque nunca fue considerado el centro administrativo, lo que provocó que sectores locales se sintieran relegados a la hora de recibir los recursos públicos y plantearan la creación de un nuevo departamento. A partir del análisis de la prensa del siglo XIX, Rivero detectó la conformación de varias comisiones vecinales que propusieron ideas secesionistas a partir de 1860, en aras de manejar “las rentas” que generaban las actividades económicas locales, algo que también ocurrió en Rosario. “En el siglo XIX no había una unidad muy marcada entre las localidades del departamento, incluso por cuestiones geográficas”. Si bien en ese siglo “hubo intentos para que surgiera un departamento con Carmelo, Palmira y Agraciada, digamos que nunca hubo una unidad muy fuerte entre ellas”, opinó. Los planteos que los carmelitanos hicieron al respecto en 1867 llegaron incluso al presidente Venancio Flores, quien no les hizo caso.

La posibilidad de crear ese nuevo departamento resurgió la semana pasada. Gonzalo Parodi, un carmelitano que ha publicado libros de crónicas históricas locales y que es funcionario de la Intendencia de Colonia, reivindió esta posibilidad mediante una publicación en Facebook. Las adhesiones carmelitanas llegaron a raudales. Posteriormente, el periodista Elio García publicó una nota al respecto en Carmelo Portal. La repercusión que tuvo el pedido de Parodi “fue impresionante”, relató García. “Esa noticia fue más leída que la pérdida del carácter internacional del aeropuerto de Carmelo, por ejemplo”. Según el periodista, este tema reapareció “por lo que está pasando en Cataluña”. “En el imaginario colectivo de la ciudad existe la idea de que Carmelo ha sido desplazada. Es un tema que ha trascendido los diferentes gobiernos, no es una cosa de ahora”. El director de Carmelo Portal advirtió que el reclamo independentista “por ahora es virtual, pero sirvió para recordar un hecho que forma parte de nuestra historia”.

Para el director de Desarrollo de la Intendencia de Colonia y docente de historia, Pablo Lecor, la reaparición de este asunto “es una linda posibilidad para pensar en el amor por la historia de los pueblos que existe en Colonia, pero que ya forman parte de un entramado social e histórico que corresponden al territorio departamental, con valores, tradiciones y costumbres que están por encima de los localismos”.

Lecor no cree que Carmelo “haya sido relegado”. “Es un pueblo con una rica historia, que le ha aportado mucho al departamento. Yo veo más valores culturales comunes que disonantes. Es una ciudad espectacular, con desarrollo de infraestructura y de servicios”. “Lo importante es ver a nuestro departamento como un todo, con una gran complementación de las diferentes áreas productivas”, añadió.

En una línea similar, Rivero recordó el concepto de “unidad en la diversidad” que caracteriza a Colonia, propuesto por el recientemente fallecido Omar Moreira (docente, narrador y ensayista que vivió en Nueva Helvecia entre finales de la década de 1950 y 2017), que en algunas oportunidades ha sido cuestionado desde los localismos.

Para Rivero, “la creación del departamento de Carmelo es una idea insular”. Puso en duda que los palmirenses adhieran a ese reclamo y “tampoco creo que Soriano alegremente se desprenda de sus tierras en Agraciada”. No obstante, señaló que esta situación es una buena excusa “para pensar en potenciar la actividad que realizan los municipios y para reclamar que se les otorguen mayores potestades”.

Asimismo, este hecho sirve para reflexionar sobre cómo un reclamo de autonomía generado del otro lado del océano aterriza en nuestras costas y encuentra eco en la acentuación de sentidos de pertenencias en un departamento cuya “unidad” entre las diferentes poblaciones es fruto de un proceso de administración de tensiones y confluencias acumuladas en el tiempo.