Pensar y discutir la realidad del sistema penitenciario uruguayo. Ese fue el objetivo del “Seminario sobre la cárcel”, que se realizó esta semana en el Centro de Formación Penitenciaria (Cefopen), la ex cárcel de Cabildo, realizado por Nada Crece a la Sombra, un programa socioeducativo que surge de la organización civil Proderechos.

Fue un seminario gratuito, en el que se inscribieron 450 personas, entre operadores penitenciarios en formación y en labor, trabajadores de cárceles de todo el país, referentes territoriales en contextos críticos, investigadores, organizaciones sociales, personas privadas de libertad y liberadas, familiares de personas privadas de libertad y de víctimas del delito.

Denisse Legrand, una de las organizadoras, recordó el logro de la campaña No a la Baja, aunque luego lamentó que tres años después “parece haber quedado apenas como una anécdota, pues la situación en torno al tema sigue siendo mediocre o incluso peor que antes”, sentenció. Legrand sostiene que debe haber un compromiso desde el progresismo y de la personas que consideran que existen alternativas y otra manera de hacer las cosas, porque en definitiva en ese “infierno o agujero negro a donde nadie quiere ir” está la población más olvidada, los sectores más vulnerados de la población. “Las cárceles no le importan a nadie. Ningún político hace carrera en este tema. Es un terreno complejo y nadie lo elige porque no rinde. Desde nuestra generación elegimos este compromiso político, introducirnos en contextos de encierro y demostrar que hay otras formas de hacer las cosas”, cuenta Legrand, quien sostiene que desde la ley de humanización carcelaria se desató una reforma del sistema, que generó muchas cosas. “Algunas que probablemente hoy no nos damos cuenta, como cambiar la policía por funcionarios civiles, sin lugar a dudas es un cambio increíble del sistema”, plantea y agrega que estamos en una etapa en la que es necesario pensar en políticas socioeducativas que cambien el día a día dentro del sistema, que propongan alternativas al delito, que reduzcan la violencia intramuros, que generen otros escenarios en los que las personas privadas de libertad se repiensen para generar otras estrategias en la vuelta a la vida afuera de la cárcel. “En eso estamos, ese es el compromiso, y no parece imposible. La sociedad civil está trabajando fuerte en ese sentido, los nuevos operadores también, las autoridades lo plantean como el escenario deseado”, dice la militante.

El seminario tuvo distintas instancias de entrevistas en profundidad y talleres, con diversos actores del Estado, la academia y la sociedad civil. Se trataron temas amplios como las políticas públicas de seguridad, personas y organizaciones que trabajan en contextos de encierro, las megacárceles, los logros alcanzados y desafíos pendientes, la educación y la universidad en la cárcel, la mujer y las drogas, oportunidades sociolaborales, el después y las apuestas del egreso, el cuerpo y el juego, entre otros. Además, el seminario contó con la intervención musical de Federico González Kung-Fú OmBijam, un rapero uruguayo emergente que se encuentra en situación de privación de libertad, que recibió los aplausos del público luego de presentar su canción “Falla el sistema” en la que expresa a su modo la situación del sistema penitenciario.

Con respecto a la revisión de las políticas públicas, el comisionado parlamentario penitenciario, Juan Miguel Petit, respondió sobre el rol del Estado y la importancia de generar políticas desde la sociedad civil y la academia. “Porque el Estado solo no puede implementar políticas eficaces. Debe tener la inteligencia de convocar y estimular con fondos a quienes pueden hacer otras cosas y llegar a lugares donde el Estado no llega”, dijo.

Por su parte, el director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Gonzalo Larrosa, profundizó sobre la actualidad del sistema penitenciario y las posibilidades de rehabilitación.

“Hay una acumulación histórica de deterioro en las cárceles, tenemos las cárceles que tenemos en parte porque así las concibe la sociedad y porque es lo que la sociedad quiere. Tenemos el imaginario de que la cárcel debe infringir dolor. Es el formato de sociedad que tenemos, entonces ¿qué sociedad queremos?”, cuestionó Larrosa.

Dijo que la rehabilitación no se da con el encierro y que no sirve encerrar para rehabilitar. “Debemos generar condiciones de convivencia y de accesibilidad para que los que ingresan salgan con herramientas y perciban que la vida puede tener otro sentido”, dijo el director y agregó que “el INR es una institución muy nueva, donde antes los policías no estaban capacitados para rehabilitar a nadie. Hoy hay una ola de cosas nuevas que vienen para quedarse y para cambiar”.

Hablando sobre el sujeto y el encierro, Luis Parodi, el director de la cárcel de Punta de Rieles, hizo hincapié en que las instituciones no pueden ser totales, sino que deberían ser incompletas; “es necesario salir a buscar esta completitud afuera”, dijo.