La cosa para el Frente Amplio (FA) en Salto está complicada. Esta semana cuatro ediles se declararon independientes de sus sectores. Uno dijo que se alejaba del FA, los otros no. Además, el año pasado otros cuatro representantes legislativos locales se apartaron de la fuerza política, durante el escándalo de las boletas adulteradas. Ese caso está en la Justicia.

Este mes, el FA salteño había resuelto no acompañar un proyecto colorado por el que los ediles percibirían un sueldo encubierto. Todos los ediles alineados estaban de acuerdo. Sin embargo, cinco se dieron vuelta y votaron con los colorados. Los reordenamientos en el tablero del ajedrez político determinaron que el presidente, el secretario general y el asesor letrado de la Junta terminaran siendo colorados. “La situación pasó a ser un terreno árido, ni mayoría tenemos”, resumió, en diálogo con la diaria, el secretario general de la Intendencia de Salto, Fabián Bochia. La principal estrategia de la comuna será aprobar resoluciones sin contar con la Junta. Pero las reasignaciones presupuestales previstas para mitad de año, que entre otras cosas prevén un aumento salarial para los funcionarios municipales, requerirán de mayorías especiales que no existen.

El FA departamental espera que el Tribunal de Ética nacional frenteamplista se expida sobre el desacato al mandato de los ediles díscolos. En el Ejecutivo departamental esperan que avancen las causas en la Justicia por las boletas truchas, que se presentaron antes de la Semana de Turismo de 2016 y todavía no arrojan sentencia alguna. Un procesamiento podría aportarles cuatro ediles.