En el próximo Congreso de Intendentes, a fines de julio, el intendente de Montevideo, Daniel Martínez, va a buscar convencer al resto de sus colegas de implementar el sistema que utilizan en la capital para que las personas sordas puedan sacar la licencia de conducir con un examen en lengua de señas. Desde 2015, la Intendencia de Montevideo (IM), en convenio con la Federación Nacional de Sordos y el Banco de Seguros del Estado, tiene a disposición para las personas sordas la Guía Nacional de Conducción en lengua de señas, y brinda la posibilidad de que las personas sordas tomen el examen teórico para obtener la licencia de conducir con videos en lengua de señas.

“Las personas sordas estudian con el manual en su propia lengua, pero, además, se estableció que al momento de dar la prueba, las preguntas, en vez de leerlas en un papel y responderlas, se les formulen a través de una pantalla, grabadas en lengua de señas. Son las mismas preguntas para todos los que toman la prueba, y la persona marca cuál es la opción correcta porque son de múltiple opción”, contó Federico Lezama, coordinador de la Secretaría de Accesibilidad para la Inclusión de la IM. El jerarca explicó a la diaria que la perspectiva parte de una visión de derechos, por lo que el objetivo es “adaptar los trámites a las personas y no que las personas se adapten a los trámites”, pero también por una cuestión de seguridad: “Una de las principales demandas de las personas sordas era que, al no comprender el sentido de las preguntas, las aprendían de memoria, entonces podía pasar que aprobaran sin saber la respuesta”.

La inquietud llegó a Martínez por medio de un grupo de padres de personas sordas de Tacuarembó, que le plantearon la necesidad al intendente de Tacuarembó, Eber da Rosa, y este les pidió que se comunicaran con el jefe comunal montevideano. “En el Congreso ya uniformizamos los reglamentos de Bromatología, que eran distintos, también las multas. Con esto la idea sería que todas las personas sordas reciban el mismo tratamiento en todo el país”, explicó Martínez a la diaria, y añadió que “la idea es colectivizar lo que estamos haciendo en Montevideo para que se aplique a nivel nacional”.

La lengua de señas es ágrafa, y si bien saben leer, las personas sordas no se manejan con el idioma español como lengua nativa. Hace pocos días, en El País, una intérprete de lengua de señas contó en una carta pública que en el Municipio de Pando no se le permitió la asistencia a una persona sorda que pretendía hacer el examen teórico por segunda vez. En su primer intento, “cuando dijo que no entendía las preguntas, le preguntaron si era analfabeto, si no sabía leer, el contestó que sí pero que no entendía algunas palabras y las preguntas así formuladas, a lo que respondieron que si sabía leer las leyera, y por supuesto lo perdió. Y así se lo hicieron saber a viva voz, frente a todos los presentes, lo que le dio mucha vergüenza. El día martes 27 todo fue más violento aún ya que al presentarme como intérprete nos pasaron con una jefa de sección que nos dijo que allí no estaba permitido que fuera acompañado por una profesional”, contaba Adriana Riotorto en la nota, que citaba la ley 17.378, que reconoce en todo el país la lengua de señas uruguaya como “la lengua natural de las personas sordas”.

“Hemos trabajado con las áreas de discapacidad de varias intendencias y siempre hay una posición favorable, pero a nivel de áreas de tránsito, como hay un desconocimiento muy grande sobre el tema discapacidad, hay múltiples criterios”, comentó Lezama, que afirmó que “está demostrado que los elementos de información más importantes para manejar son visuales; lo auditivo no es determinante para poder manejar o no”.