Corría el mes de noviembre en la antesala del alboroto clásico de las fiestas, y el contador público Ignacio Ferrari se hallaba en la difícil búsqueda de un hogar para su perra. Como planeaba ausentarse por un tiempo y no tenía en mente dejarla en una veterinaria ni en un “hotel de perros”, rastreó en Facebook algunas posibilidades. Dio con una chica que le pareció la adecuada para hacerse cargo del animal, aunque descartó la opción porque ella no contestaba sus mensajes. Finalmente, un amigo tuvo que hacerse cargo e ir todos los días a su casa para darle de comer a la perra. Esta operación frustrada desembocó en una idea, que a su vez derivó en una plataforma de alojamiento para mascotas: ComoEnCasa.uy. Así se llama el proyecto que “sí o sí sale antes de setiembre”, afirma Ferrari, quien comparte equipo con el ingeniero agrónomo Rodrigo Saldías, el ingeniero en computación Rodrigo Machado y el diseñador de software Máximo Gómez. El proyecto concursa en este momento por un incentivo de 5.000 dólares que otorga la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), y en simultáneo incuba ―con grandes posibilidades de obtener un mayor apoyo― en la universidad ORT.

En Brasil, México, Estados Unidos y España ya circulan plataformas donde las personas se ofrecen para hospedar mascotas en sus casas. La lógica es como la de la famosa Airbnb: hay un sistema de puntuación y reseñas que le permiten al usuario escoger entre varias opciones de precios y estilos. Una diferencia con respecto al modelo humano-humano, al menos en el caso uruguayo, tiene que ver con que los anfitriones son elegidos ―y entrenados― por los directores de ComoEnCasa, que intentan crear una comunidad basada en la confianza. “Buscamos el servicio de personalizar. Te dejo el perro en tu casa y vos cuando puedas me mandás videos o whatsapps con fotos, que en otros casos no tenés”, explica Ferrari, para que se entienda que su plataforma incluye como requisito la comunicación activa entre quienes reciben a la mascota y sus dueños. Otra diferencia: los animales pueden ser calificados. Si un loro tiene una puntuación baja, seguramente es porque parlotea en la madrugada o, quién sabe, tal vez alguien se ensañó con el bicho. El hecho es que las mascotas son calificadas, lo mismo que los anfitriones. “Si a mi perra le gusta subirse a la cama, el anfitrión debería dejarla subir a su cama”, ilustra Ferrari.

Son 24 los anfitriones registrados hasta el momento, que serán capacitados por el personal de ComoEnCasa. Este jueves se reunirán en el Instituto Cultural Uruguayo Brasileño, en Julio Herrera y Obes y 18 de Julio, para verse las caras y generar una dinámica común que sirva de base para la primera fase del proyecto. Los conductores esperan que se amplíe la plantilla de personas dispuestas a recibir mascotas en sus casas.

¿Cuánto cuesta? ¿Dónde te anotás? Quien tiene perros, gatos u otros animales en su casa, puede aprovechar esta oportunidad para sumar temporalmente a otro bicho. El precio por día lo pone el anfitrión. Primero que nada, como sucede con todas las redes sociales, hay que crear un perfil, elegir una foto adecuada y una descripción que presente algunos intereses del anfitrión. Una frase relacionada al amor que siente por los perros tal vez sea más oportuna que un aforismo de Arthur Schopenhauer. Queda a criterio personal. Luego, se hace necesario mostrar la casa y sus espacios habitables. Por último, hay que detallar qué tipo de mascotas quiere alojar. Algunos ejemplos: “Quiero hospedar a un perro de entre uno y diez kilos”, “cualquier Boston Terrier será bienvenido”, “alojo gatos, preguntar por otras mascotas de pequeño tamaño”. No hay límites ―salvo los legales― para hospedar a tal o cual animal.