Anoche, desde un campo de golf de su propiedad en Bedminster (Nueva Jersey), Donald Trump dio una conferencia de prensa en la que habló de intervenir militarmente en Venezuela. “Es un país vecino. Estamos en todo el mundo, tenemos tropas en todo el mundo, incluyendo lugares muy, muy lejanos. Venezuela no está muy lejos y la gente está sufriendo, está muriendo. Tenemos muchas opciones para Venezuela, incluyendo una posible opción militar, si fuese necesaria”, dijo el presidente de Estados Unidos, tras reunirse con su secretario de Estado, el empresario Rex Tillerson, la embajadora de Estados Unidos en la Naciones Unidas, Nikki Haley, y su asesor en seguridad nacional, HR McMaster.

Ayer, pero más temprano, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, había instado a su nuevo canciller, Jorge Arreaza, a que fuera más “diplomático” con la administración de su par americano. “Mister Trump, aquí está mi mano”, había dicho Maduro antes de que se conocieran las amenazas del estadounidense.

Además de referirse a Venezuela, Trump prosiguió su escalada verbal contra Corea del Norte. “Este tipo no se va a salir con la suya, creanme. Y si lanza otra amenaza, ya sea abierta –lo que, por otra parte, ha estado haciendo desde hace años– como si emprende alguna acción contra Guam u otra parte del territorio estadounidense o de un aliado estadounidense, se va a arrepentir, y se va arrepentir enseguida”, dijo en referencia al presidente norcoreano, Kim Jong-un, desde el mismo campo de golf.