La empresa Fotmer avanza en la instalación de cultivos en Nueva Helvecia destinados a la investigación e innovación en medicina cannábica, y allí trabajarán cerca de 30 personas en la primera etapa. En tanto, Cannapur aguarda los permisos para iniciar la construcción de invernáculos y plantas de extracción del aceite de cannabis en Juan Lacaze, donde trabajarán 680 personas. Ambas firmas apuntan a colocar sus productos en el exterior.

En octubre del año pasado, el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (Ircca) otorgó a Fotmer SA la licencia para producir cannabis con destino medicinal, en un proceso que incluyó la evaluación técnica por parte de ese organismo y de la Secretaría Nacional para la lucha Contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo (Senaclaft).

De ese modo, Fotmer quedó habilitada para montar instalaciones de investigación, desarrollo y producción de extractos de cannabis enriquecidos en cannabinoides de perfil químico estandarizado y de grado farmacéutico. La empresa está autorizada a producir hasta diez toneladas anuales de plantas hembras de cannabis sativa.

Fotmer, perteneciente a capitales uruguayos, argentinos y estadounidenses, resolvió instalar los cultivos en Nueva Helvecia y el laboratorio en el Parque de las Ciencias de Canelones. La alcaldesa neohelvética María de Lima opinó que la llegada de ese emprendimiento “es una muy buena noticia” para su ciudad: “permitirá colocarnos en un lugar de punta de una cadena productiva que exige investigación e innovación”.

En la primera etapa del proyecto, Fotmer instalará 18 invernáculos en la zona franca de Nueva Helvecia, “porque la reglamentación exige normas de seguridad muy estrictas y ese lugar puede ofrecerlos”, explicó De Lima. “En paralelo habrá un trabajo de investigación e innovación en el Parque de las Ciencias en Canelones, donde está el laboratorio de la empresa”.

La instalación de los invernáculos en el departamento de Colonia es inminente. De Lima comentó que “están muy avanzados los trámites ante UTE y OSE” y que “en un mes y medio o dos podrán comenzar con los primeros cultivos”.

La radicación de ese emprendimiento permitirá “retener recursos humanos locales calificados en la ciudad, como técnicos en hidroponia, ingenieros agrónomos, y crear nuevos puestos de trabajo en un sector que exige mucha innovación e investigación”, consideró De Lima. La llegada de Fotmer “ha generado expectativas en relación a la mano de obra” entre los habitantes de Nueva Helvecia.

De Lima recordó que en los últimos cinco años se perdieron cerca de 700 puestos de trabajo con los cierres de la imprenta Pressur y las lácteas Ecolat y Schreiber Foods, entre otras. La alcaldesa adelantó que “dos o tres empresas más están buscando instalarse en Nueva Helvecia, y eso es algo muy bueno, porque, tras los cierres de esas industrias, se va recomponiendo la situación”.

A gran escala

Otro proyecto pretende cuajar en Juan Lacaze y demandará una inversión de 53 millones de dólares, en la compra de terrenos, construcción de invernáculos, laboratorios y planta de extracción, entre otros costos previstos. Esta iniciativa de Cannapur cuenta con el respaldo académico de la Facultad de Química de la Universidad de la República, el Instituto Pasteur y el aval de los ministerios de Industria, Energía y Minería, de Economía y Finanzas, y de Trabajo y Seguridad Social, así como de la Agencia Nacional de Desarrollo (Ande).

Los emprendedores uruguayos Marco Algorta, Maximiliano Pérez y Agustina Loinaz comenzaron a trabajar en este proyecto hace un par de años, y desde el inicio cuentan con el apoyo de la comunidad científica, lo cual ha sido fundamental para encontrar el aval de los citados organismos públicos.

En noviembre de 2017 inversores canadienses habían llegado a Uruguay con la intención de desarrollar cultivos de cannabis y laboratorios de extracción, para abastecer a ese mercado norteamericano y a otros países del continente. Después de reunirse con varios emprendedores locales de ese ramo, el grupo canadiense seleccionó a Cannapur para establecer una asociación comercial.

La idea original de los uruguayos, entonces, al contar con una potente inyección económica, multiplicó la escala y aceleró los pasos para concretar la radicación. El proyecto fue presentado en enero de este año en el Ircca, donde obtuvo la aprobación en marzo. Desde entonces la iniciativa aguarda una respuesta por parte de Senaclaft, imprescindible para concretar la inversión.

Cannapur ya instaló un laboratorio de biotecnología en el Parque Tecnológico Industrial (PTI) del Cerro, en Montevideo. Algorta explicó que el proyecto consta de cinco fases. “La primera fue la instalación del laboratorio de biotecnología en el PTI del Cerro para desarrollar variedades de cáñamo y cannabis que después serán utilizadas en los modelos de producción. Como esas plantas vienen de un largo período de ilegalidad, hay que registrar y desarrollar genéticas que se adapten al ambiente uruguayo”.

La segunda etapa “es la producción a gran escala a partir de la genética elegida, que queremos implementar en Juan Lacaze”. La tercera etapa será la instalación de un laboratorio de extracción “chico, en el Parque Científico y Tecnológico de Pando, para después llegar a una etapa final, que es la extracción industrial de la biomasa en Juan Lacaze”.

Finalmente, la quinta etapa corresponde a la investigación científica que desarrollarán las instituciones académicas. “La Facultad de Química realizará la caracterización metabolómica de los cannabinoides, para conocer las variedades y sus propiedades y para generar protocolos de extracción”, entre otras tareas. Los extractos analizados por la Facultad de Química serán utilizados por el Instituto Pasteur “en el tratamiento de diferentes patologías en ensayos preclínicos con animales”. “Los acuerdos entre Cannapur y esas instituciones están firmados y también fueron presentados ante la Agencia Nacional de Investigación e Innovación [ANII]”, añadió Algorta.

Las perspectivas sobre el desarrollo de la industria medicinal del cannabis “son inmensas”, “manejan números gigantescos” y “es allí donde se quiere meter nuestra empresa”, dice el emprendedor.

Cannapur tiene previsto vender flores secas a Canadá y penetrar en el mercado latinoamericano con extractos. “La aceptación del cannabis en Latinoamérica ha crecido a nivel legislativo; en tres años Chile, Brasil, Argentina, Perú, Paraguay y México, además de Colombia, han aceptado su uso medicinal. Es un mercado gigantesco que está desabastecido o abastecido por empresas americanas y canadienses con productos que tienen un costo altísimo”.

Según Alcorta, el modelo de Cannapur genera “inversión extranjera directa, gran cantidad de puestos de trabajo y con perspectiva de género, porque ocupará a muchas mujeres. Es una industria sustentable, que crea un puesto de trabajo cada 50.000 dólares de inversión”.

La empresa planifica ampliar la producción de modo progresivo hasta llegar a 120 toneladas por año. Los cultivos se desarrollarán en invernáculos “de última generación”. A partir del inicio del proyecto, cada cinco meses, y hasta 2023, se instalará un invernáculo en un predio de media hectárea. “La producción irá creciendo y se sumarán 68 personas por media hectárea. Cada nave tiene un invernáculo y galpones donde se secará y guardará la producción”. Allí se harán cinco cultivos por año, ayudados por compensación lumínica e hidroponia, y la presencia de tres turnos diarios de trabajadores.

Algorta explicó que Cannapur decidió instalarse en Juan Lacaze “porque conocemos la situación que se creó en la ciudad a partir del cierre de las industrias tradicionales. Allí hay personas con tradición de trabajo y hemos encontrado mucho apoyo por parte del municipio, de la Intendencia de Colonia y de la sociedad. El vínculo que hemos establecido con esa ciudad, además, hizo que creciera nuestro compromiso con este proyecto”, subrayó.