Empezó el sábado 16 y se va a extender todos los fines de semana del año. Cinemateca Uruguaya ofrecerá un ciclo de cine para niños y adolescentes para ver en versión original, con subtítulos.

“Que los niños puedan disfrutar de una experiencia colectiva en un cine donde no suenan celulares, donde el silencio es respetado, y que al salir tengan historias para contar, temas en los que pensar, que los interpelen como sujetos pasibles de reflexionar sobre el cine, de construir un discurso crítico sobre los temas que allí se tocan, y relacionar con sus propias experiencias, no sólo cinematográficas, nos parece indispensable”, resume Alejandra Trelles, directora artística de Cinemateca.

Este ciclo surge ante la necesidad de dirigirse al público más joven: “Es vital porque una de las tareas centrales de la Cinemateca es la de formación de públicos, y es fundamental empezar desde una edad temprana a mostrar que el cine no es eso que se ve en el circuito comercial, o al menos que no es únicamente eso. Usar ‘los niños’ como una metáfora de ‘el futuro’ puede ser un cliché poco aconsejable si estás escribiendo una poesía, pero absolutamente necesario si estás diseñando una política cultural o desarrollando un programa educativo. Y Cinemateca es eso: una institución que tiene entre sus cometidos educar al público en la apreciación del arte cinematográfico, un arte que no solamente encierra una experiencia estética sino que transmite valores y forma a los individuos, en el sentido más amplio de la palabra. Nosotros siempre decimos que lo que buscamos es que quienes vayan a ver una película en Cinemateca encuentren entretenimiento pero no sólo eso. El cine es un medio inmensamente rico para limitarlo a una única función que es la de entretener, además de que cualquiera se da cuenta que ninguna película, ningún libro o programa de televisión se limita a entretener o aburrir”, comenta Trelles.

“Parece un riesgo decir que es un cine que propone otro tipo de experiencia y que van a ver algo distinto a lo que están acostumbrados. Pero es seguro que lo que van a ver es buen cine, diferente, formativo y, ciertamente, mucho más inolvidable que la mitad de los productos industriales a los que estamos acostumbrados. Cualquiera que haya venido a Cinemateca sabe de lo que estamos hablando: todos hemos entrado a ver películas de las cuales no sabíamos demasiado pero que resultaron increíblemente buenas. Eso es lo que proponemos ahora, también para los niños”, agrega.

En cuanto a la programación, señala: “Estamos programando películas que corrientemente no aparecen como dirigidas a un público infantil, pero que lo son en otras culturas, como la hermosísima ¿Dónde está la casa de mi amigo? [Abbas Kiarostami, 1987]. Lo peor que está pasando respecto de los niños y los jóvenes es que hay una sobreprotección que, bajo un manto de amor, esconde grandes dosis de subestimación y falta de confianza”.

Trelles opina que “Cinemateca es un archivo, lo que quiere decir que es una institución que guarda. Y el que guarda siempre lo hace para el futuro, lo que equivale a decir que somos gente optimista: creemos en el futuro, creemos que los niños pueden hacer lo que se propongan y creemos que, gracias a ellos, el mundo mejora. Sólo hay que poner a disposición las herramientas con las que contamos, y en eso estamos”.

En idioma original

Parte de la riqueza de ver cine radica en la diversidad, en la plasticidad con que ese medio nos permite acercarnos a otras miradas, a distintas formas de ver el mundo. En este ciclo, como en el trabajo que hace Cinemateca en general, se hace hincapié en la diversidad de orígenes y, con ella, la diversidad lingüística. Trelles se detiene en una característica: las películas estarán en su idioma original, subtituladas, con toda la riqueza que conlleva sumergirse en los sonidos de las distintas lenguas.

“La idea es riesgosa porque eso hace que los niños deban leer, salvo en aquellas películas para niños muy pequeños. Creemos que no es una limitante, no solamente porque los niños son capaces de leer subtítulos, sino porque son increíblemente astutos y desarrollan todo tipo de estrategias para entender. Es que una limitante importante para pasar otro tipo de cine es, justamente, la de los costos del doblaje: no se dobla al español el cine francés, alemán, holandés o escandinavo de animación, por excelente que sea. Por eso decidimos probar a pasarlo subtitulado: si los padres de estos niños vieron cine subtitulado desde chicos, ¿por qué no podrían hacerlo sus hijos?”, explica.

Primera escala: Francia

En la primera parte de la programación, hasta las vacaciones de julio, se exhibirán films de animación franceses, que llegan a Uruguay precedidos de reconocimiento internacional. “Programamos pensando en los niños de la misma manera que programamos los ciclos para adultos. Intentamos que haya diversidad; aunque en la primera mitad del año serán todas animaciones, son bastante diferentes entre sí y van desde el cuento fantástico hasta la crónica en primera persona, o el formato más clásico de aventuras, islas y tesoros. Queríamos que hubiera películas que tocaran temas de la realidad de hoy, que los hicieran reflexionar sobre el mundo en el que viven, entonces en algunas películas se tocan temas como el racismo y la xenofobia o en otras, como Dilili en París, por ejemplo, se esboza con delicadeza el tema de la misoginia en el precioso entorno del París de la Belle Époque”.

Muchas de las películas de animación seleccionadas provienen del Institut Français, ya que la Embajada de Francia ha sido una aliada indispensable para esta programación. “Vamos a exhibir películas de ficción de todos los orígenes, incluso Buenos días, de Yasujiro Ozu [1959] y otros clásicos como Tiempos modernos [Charles Chaplin, 1936] y Los 400 golpes [François Truffaut, 1959], que sabemos que disfrutarán los niños y también los adultos que los acompañen. Combinamos nuestro archivo con lo que tienen nuestros aliados de siempre, las embajadas y los institutos de cine”.

Hoy cine hoy

Este fin de semana (hoy y mañana a las 16.00) se exhibirá La isla de Black Mor (L’île de Black Mor, Jean-François Laguionie, Francia, 2004). Recomendada para niños a partir de siete años, esta producción de Dargaud Media, La Fabrique Production y Les Films du Triangle es “una disfrutable animación que se inscribe en una tradición de aventuras, piratas y olor a sal”, según describe Cinemateca. Trata la aventura que emprende Kid, un chiquilín de 15 años que roba un mapa que parece revelar el sitio donde hay un tesoro e intenta conseguir una embarcación para ir en su búsqueda, junto con sus amigos, entre ellos el mono Jim.

Los socios de Cinemateca tienen entrada libre y gratuita. Los hijos, nietos y sobrinos de socios, menores de 16 años, pagan solamente 50 pesos, mediante presentación de la cédula de identidad en la boletería. Quienes no son socios de Cinemateca podrán adquirir las entradas en la web o en la boletería a 220 pesos.

La programación puede consultarse en cinemateca.org.uy/ciclos/15.