Una biografía de Andy Warhol en cómic: tiene muchísimo sentido. Por un lado, porque Warhol creció en los años 30 y 40 del siglo XX, cuando la historieta y el cine eran los canales más pujantes de la cultura de masas. Pero además, porque Warhol fue el artista visual que más notoriamente insertó esa cultura de masas en el ámbito del arte elevado, serio, formal. De eso, de reutilizar la estética de la publicidad y el entretenimiento masivo, se trató el arte pop, bisagra entre los modernismos y los posmodernismos.

El encargado de enrular el rulo –o sea, de biografiar en Warhol en clave pop– es el historietista holandés conocido como Typex (nombre real: Raymond Koot). Este veterano de los cuadritos venía publicando en su país desde principios de los 80, pero tendría que esperar hasta 2013 para dar el salto internacional. El trampolín fue Rembrandt, una novela gráfica sobre la vida y obra de su afamado compatriota pintor, encargada por el Rijkmuseum de Ámsterdam. El resultado fue monumental: un libro vibrante, vital y gigantesco (que se puede conseguir en Uruguay) en el que Typex daba rienda suelta a su arte, enmarcado en la mejor tradición europea de la ilustración elegante, clara y expresiva.

El gran tamaño, el detalle, la ambición, el lujo: todo eso se ve en Andy Warhol: una fábula real, pero hay más. Hay diseño gráfico, guiñadas a la historia del arte y del cómic, y muchísima investigación. La tapa, por ejemplo, es una referencia a una de las obras más famosas de Warhol, las Cajas brillo, que a su vez eran una reapropiación del packaging de los detergentes en polvo. Así, desde la tapa, se promete “una relación calidad-precio inmejorable: ¡562 páginas a todo color!”. Typex cumple, claro, pero no sólo por cantidad, sino por calidad.

Cada uno de los diez capítulos (más la introducción y el epílogo) funciona como unidad independiente, y a la vez, emite redes hacia los que lo rodean. La vida de Warhol, para cuyo estudio Typex se basó en la enorme bibliografía textual y audiovisual sobre él (que incluye, por supuesto, a los célebres Diarios publicados póstumamente), está ordenada cronológicamente, pero cada etapa está encarada en un estilo gráfico-narrativo que responde a distintas épocas o tendencias de la tradición historietística. Así, en los primeros capítulos hay referencias al cómic fundacional (Yellow Kid, Little Nemo) y productos de principios del siglo XX, y luego la cosa avanza a terrenos más superheroicos, psicodélicos o underground. El alimento visual no se limita al mundo del cómic, sino que es una verdadera exploración del arte que rodeó a Warhol, tanto de cerca (por ejemplo, la fotografía de Robert Mapplethorpe) como de lejos (el expresionismo abstracto), con la imaginería homoerótica como un elemento transversal que va ganando incidencia.

Encarados a veces desde puntos de vista en principio laterales, se encadenan los hitos de la vida de Warhol: su crianza en un hogar de inmigrantes, su acercamiento al arte, su visión de la estética pop, su dimensión como artista conceptual y promotor de otros creadores, su lugar en los “sociales” neoyorkinos, la Factory, la Velvet Underground, Keith Haring, todos están allí. La constelación de figuras que lo rodearon está presentada a modos de fichas o “figuritas” en grupos de a 12 por capítulo, y no se trata sólo de personajes con los que tuvo contacto directo, sino también de personalidades prominentes de la política y la cultura de la época.

De hecho, la multiplicidad de las fuentes y registros que emplea Typex terminan conformando no sólo una vida y obra de Warhol, sino que son también una tajada de la cultura estadounidense de buena parte del siglo XX.

La mutabilidad del estilo de Typex, por otra parte, tiene sus vueltas. Es posible que al final uno descubra que, detrás de todos los cambios de código gráfico, permanece un estilo sutilmente refinado y siempre reconocible.

Andy: una fábula real. La vida y la época de Andy Warhol. Reservoir Books (Penguin Random House). $ 1290.