Esta vez será el escenario de la Asociación Cristiana de Jóvenes (Colonia 1870) el que reciba a Festivalondo, una oferta de cuentos de la reconocida escritora uruguaya Susana Olaondo adaptados para teatro por Pablo Albertoni, de la compañía L’Arcaza. Se trata de cuentos ya clásicos, que han leído varias generaciones de niños y siguen tan campantes: Olegario, Julieta, ¿qué plantaste? y Una pindó se sucederán los sábados 4, 11 y 18 de mayo a las 15.30.

Un bicho de luz apagado pero decidido a encontrar su luz; una mulita y un zorro que hacen un trato para compartir los frutos de la cosecha; una hormiga que se pierde por cargar una hoja y llega a su hormiguero gracias a la ayuda de los amigos que encuentra en el camino. De las historias de los libros a lo que se pone en movimiento sobre las tablas hay un camino de interpretación y de buscarle la vuelta a la sorpresa: “Quizá lo que más nos gusta de los cuentos es poder trabajar las historias y los personajes, darles nuestro punto de vista. Muchas veces los niños vienen a las funciones con los cuentos de memoria, y nosotros tratamos de sorprenderlos con alguna modificación”, cuenta Albertoni.

El director sostiene que la respuesta del público infantil siempre fue muy buena: “Susana tiene un público muy grande y que sigue todos sus libros, y que también empezó a seguir nuestras obras. La respuesta es mucho más espontánea que la del público adulto, por supuesto, y nosotros tratamos de incorporar esa espontaneidad al espectáculo, lo que vuelve única cada función”.

El trabajo de L’Arcaza convierte los cuentos de Olaondo en puestas en escena dinámicas, entretenidas, en las que el humor y la sorpresa son protagonistas, y en las que se destacan tanto las muy buenas actuaciones de Albertoni, Richard Riveiro y Fabiana García como el acierto en la escenografía y el vestuario de Cecilia Bello, tan sencillos como efectivos: nada sobra ni falta para desarrollar la acción y establecer una comunicación óptima con los espectadores.

“Creo que con los años –hace 24 que estamos juntos y casi 20 que hacemos teatro para niños– hemos desarrollado un lenguaje teatral propio; no original, sino propio. Ese lenguaje se ha alimentado del contacto con los espectadores, tanto niños como adultos. La preocupación por la comunicación y la idea de hacer mucho con poco es parte de ese lenguaje”, comenta Albertoni.

Son tres espectáculos bien resueltos, ideales para los más chicos (se recomiendan para niños de dos a ocho años) y acompañados con música en vivo. Las entradas cuestan $ 300 y están a la venta por Tickantel.