Según dijo a Emisora del Este de esa ciudad, “todos los policías que trabajan en seguridad de cárceles pasarán en comisión de servicio a la Guardia Republicana”.
El jerarca explicó que la Republicana “es hoy la policía especializada de carácter nacional que interviene como apoyo cuando las situaciones son más duras”. “Cuando los delincuentes están armados, la gente pide la Republicana y nosotros la estamos haciendo crecer. Tenemos 1.800 funcionarios en este momento, cuando al asumir tuvimos 800”, informó.
También cuestionó la reforma constitucional que promueve el senador nacionalista Jorge Larrañaga, que entre otras cosas pretende crear una guardia nacional con integrantes de las Fuerzas Armadas. “Lo que hay que hacer es hacer crecer la Republicana; tiene el armamento superior en este momento y el entrenamiento más fuerte para la intervención del tipo que está haciendo. No se necesita una guardia nacional militarizada. Si se quiere –y se puede hacer– se aumenta la vacante de la Republicana y se le da mayor capacidad”, explicó.
Bonomi recordó que cuando asumió su gestión en 2010 destinó 1.500 vacantes para interesados en ingresar provenientes de las Fuerzas Armadas, pero “por distintas razones que no pertenecen al ministro del Interior, en vez de entrar 1.500 entraron 400”, aunque esos “cumplen un papel muy fuerte”.
En otro orden, el jerarca anunció que no seguirá en el cargo en el próximo gobierno y rechazará cualquier oferta para continuar al frente del Ministerio del Interior. “Si alguien de mi partido me planteara seguir, lo rechazaría. Y si me lo propone alguien de la oposición, con más razón le digo que no: no voy a seguir en el Ministerio”, dijo en declaraciones recogidas por Montevideo Portal.
Además, cuestionó al actual comisionado penitenciario parlamentario, Juan Miguel Petit, y dijo que a diferencia de su antecesor, el actual asesor de Luis Lacalle Pou, Álvaro Garcé, el actual ombudsman de los reclusos no desempeña adecuadamente su papel.
“Yo con Garcé tenía diferencias ideológicas y políticas mucho más fuertes que con Petit, pero Garcé se ajustaba a su trabajo. Petit tiene buenas intenciones, pero ubica mal cuál es su trabajo”, aseguró. Según manifestó, el trabajo de este último se ajusta más a lo que hace un periodista: “Cuando encuentra un problema lo transforma en una nota periodística o en algo que va a terminar en la prensa, en lugar de solucionarlo”.