Luis Lacalle Pou: Señor presidente, le agradezco que me dé parte de su valioso tiempo. No le voy a negar que la cuestión de la frontera nos preocupa, y supongo que a usted también. Las ciudades fronterizas son puntos especialmente sensibles durante esta pandemia.

Jair Bolsonaro: Por supuesto, señor Abdo Benítez, por supuesto.

LLP: Soy Lacalle. Lacalle Pou.

JB: Perdone, perdone. Cierto. Tengo muchos llamados.

LLP: No se preocupe.

JB: Le hago una pregunta señor Pou. ¿Usted cree en Dios?

LLP: Claro que creo en Dios.

JB: Entonces, ¿por qué se preocupa? Él dispondrá.

LLP: Lo entiendo, pero creo que, más allá de eso, los hombres también tenemos que preocuparnos por el tema.

JB: Entonces usted no cree en Dios.

LLP: Sí, creo. Estuve en una misa ni bien asumí.

JB: No cree lo suficiente.

LLP: Soy muy devoto.

JB: ¿Usted va al dentista?

LLP: Claro que voy al dentista.

JB: ¿Y por qué va al dentista? ¿No confía en los designios de Dios? Usted no cree en Dios, señor Lenín Moreno.

LLP: Lacalle. Lacalle Pou.

JB: No me cambie de tema.

LLP: Es usted el que me cambia de tema. Además, ¿usted no va al dentista?

JB: No estamos hablando de mí.

LLP: De mí tampoco. Estamos hablando de la frontera, de cuestiones importantes que están pasando allí. En la ciudad de Rivera tenemos un foco muy importante de coronavirus.

JB: ¿Rivera no es en Uruguay?

LLP: Sí. Le habla el presidente de Uruguay.

JB: ¿El presidente de Uruguay no es Lacalle Pou?

LLP: ¡Le habla Lacalle Pou!

JB: Ah, perdón. Pensé que estaba hablando con la presidenta Jeanine Áñez.

LLP: No, le habla Luis Lacalle Pou, presidente de la República Oriental del Uruguay, y quiero que tratemos el tema de los controles fronterizos para evitar el pasaje de personas infectadas con coronavirus.

JB: No se preocupe, ya mismo mando al Ejército para que cierre las fronteras.

LLP: No queremos cierre de fronteras, necesitamos que la actividad comercial se mantenga viva.

JB: Entonces dejamos las fronteras abiertas.

LLP: Pero tenemos que establecer controles.

JB: Pero señor Lacalle Pou, ¿usted qué edad tiene? ¿No aprendió que no se puede tener todo en la vida?

LLP: Señor presidente, lo único que le estoy pidiendo es que establezcamos un protocolo razonable para evitar el pasaje de contagiados, pero sin que eso paralice la economía. ¿Se entiende? Son dos perillas que hay que ir manejando con cuidado.

JB: ¿Perillas? ¿Usted gobierna con perillas? ¿De qué me está hablando?

LLP: Es una metáfora.

JB: No, señor presidente, eso no es una metáfora. “Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo; con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento”. Salmos. 23:4. Eso es una metáfora. Usted debería leer la Biblia.

LLP: Leí la Biblia.

JB: ¿Y por qué, si usted no cree en Dios?

LLP: Ya le dije que creo en Dios.

JB: No lo creo, señor Duque.

LLP: Lacalle Pou.

JB: Perdón, perdón. Lacalle Pou. Espere que me lo voy a anotar.

LLP: Lacalle con doble ele.

JB: Perfecto. Le decía que si usted creyese en Dios, realizaría un pequeño aporte material a mi iglesia. Si usted lo hace, podemos empezar a entendernos.

LLP: Bueno, es un poco irregular esto. Pero si le parece que esto puede ayudar a que nos entendamos mejor, estoy dispuesto a aportar. ¿De cuánto estamos hablando?

JB: 40%.

LLP: ¿40% de qué?

JB: Del sueldo.

LLP: ¿Usted quiere que le dé el 40% de un sueldo?

JB: ¿Cómo de uno? De todos. Si no lo hace, voy a tener que llegar a la conclusión de que usted no cree en Dios.

LLP: ¿Sabe qué? Mejor cierre las fronteras. O déjelas abiertas. No me importa. Yo no voy a dejar entrar a brasileños infectados con coronavirus en mi país. El whisky que lo vayan a comprar a Ciudad del Este.

JB: ¿Ciudad del Este no está en su país, señor Fernández? ¿Usted es el presidente de Paraguay y no me dijo nada, me dejó hablando solo como un loco? Esta conversación ha terminado.