La emergencia sanitaria ha generado diversos cambios en las dinámicas sociales debido a las medidas de distanciamiento y confinamiento. En la Encuesta sobre niñez, uso del tiempo y género, desarrollada por Opción Consultores para ONU Mujeres y UNICEF, se analizan los efectos de la pandemia en aquellos hogares en los que viven personas que tienen menos de 18 años, que representan 41% del total. Allí “las transformaciones se produjeron en una multiplicidad de dimensiones, reestructurando profundamente los roles y tareas de sus integrantes en comparación con la situación existente antes de la pandemia”.

Se toma como referencia la última semana de abril de 2020. “En dicho momento, la actividad social, económica y laboral permanecía fuertemente restringida, con un alto porcentaje de comercios y servicios interrumpidos, incluyendo la suspensión de las clases presenciales en todos los niveles de enseñanza”.

Los objetivos de la encuesta son analizar el grado de confinamiento de niñas, niños y adolescentes a raíz del cierre de los centros educativos; su vinculación con modalidades de aprendizaje e interacción no presencial; la disponibilidad de apoyos externos en trabajo doméstico y cuidados; la carga de trabajo remunerado y no remunerado, con foco en las brechas de género preexistentes; y los indicadores de bienestar emocional. La encuesta se llevó adelante entre el 25 y el 28 de abril. Fue de aplicación telefónica y abarcó todo el país, con una muestra de 700 casos.

Según la caracterización de la muestra, 55% son mujeres y 45% varones. Los hogares tienen un promedio de 4,2 personas y 1,8 de ellas menores de 18 años. De los hogares, 64% son nucleares, 20% monoparentales y 16% extendidos; 36% son de Montevideo y 64% del interior. En cuanto a las edades de los encuestados, todos son mayores de 18 años.

En el caso de las mujeres encuestadas, 56% viven en hogares nucleares, 25% monoparentales y 19% en hogares compuestos. En 42% de los casos, es ella quien percibe el principal ingreso del hogar, y en 40%, lo percibe su pareja.

De los varones consultados, 74% habita hogares nucleares, 13% monoparentales y 12% compuestos. En 67% de los casos son los principales perceptores y en 19% lo es su pareja.

Pre y poscovid-19

El estudio señala que la emergencia sanitaria provocó el confinamiento casi total de niñas, niños y adolescentes, producto de la suspensión de clases presenciales en todos los niveles de enseñanza. Se registró también un aumento significativo del tiempo dedicado a las tareas educativas dentro de los hogares. Sin embargo, la carga horaria no es equivalente a la que tenían las clases presenciales.

Antes de la emergencia sanitaria, los niños, niñas y adolescentes pasaban muchas más horas fuera del hogar. En promedio, quienes tienen de dos a cinco años pasaban 4,7 horas fuera del hogar. Ahora sólo pasan 0,3 horas promedio fuera. En esta franja etaria, antes de la pandemia, 48% pasaba cinco o más horas fuera del hogar, cifra que ahora se redujo a 2%. A su vez, 88% de los niños y niñas de esa edad no salen de sus casas.

En la situación anterior a la covid-19, los niños y niñas de esta edad concurrían a instituciones educativas un promedio de 4,6 horas al día: 20% iba por tres o menos horas, 49% permanecía allí cuatro horas, 13% entre cinco y siete horas y 17% ocho horas o más. La permanencia en la educación pública promedio era de 4,3 horas, y en la privada, 5,3 horas.

Quienes tienen de seis a 12 años antes pasaban un promedio de 6,1 horas fuera del hogar. La mayoría, 70%, pasaba cinco o más horas fuera. En cambio, ahora, el promedio de horas fuera de casa es de 0,4, y 85% no pasa tiempo afuera.

En instituciones educativas permanecían un promedio de 5,2 horas: 59% asiste por cuatro horas y 20% va ocho horas o más. En la educación pública el promedio de permanencia es de 5,1 horas y en la privada, de 6,2 horas. El tiempo destinado a las tareas escolares no varió demasiado. Antes dedicaban un promedio de 1,4 horas y ahora el promedio aumentó a 1,9.

En el caso de los adolescentes, que antes de la covid-19 pasaban 6,3 horas fuera de sus casas, ahora sólo pasan 0,3 horas fuera, y 86% no sale de sus casas.

Más tablets y celulares

El uso de tablet y celulares en niñas, niños y adolescentes aumentó durante la emergencia sanitaria. Entre quienes tienen de seis a 12 años el aumento fue de 61%, en adolescentes fue de 40%.

Antes de la llegada del coronavirus, en un día habitual entre semana, un niño de seis a 12 años pasaba un promedio de 3,8 horas frente a estos dispositivos. Sólo 14% no destinaba tiempo a usarlos, mientras que 32% pasaba entre una y dos horas, 23% pasaba entre tres y cuatro, y 31% usaban celular o tablet por cinco horas o más. Después de la epidemia, el promedio de tiempo en el que utilizan tablets y celulares pasó a 6,1 horas. Sólo 4% no los usan, y 69% los utilizan durante cinco o más horas.

En el caso de los adolescentes de entre 13 y 17 años, el promedio de uso de esos dispositivos pasó de 4,2 a 5,9 horas. Sólo 6% no dedicaba tiempo al celular o a la tablet antes del coronavirus, y 39% dedicaba cinco o más horas. Ahora el porcentaje de quienes no los usan subió a 10%, y el de quienes más los usan (durante cinco o más horas) pasó a 60%.

Trabajo doméstico remunerado

Antes de la llegada del coronavirus, sólo 8% de los hogares contaba con los servicios de una trabajadora doméstica remunerada, quienes trabajaban un promedio de 4,4 horas al día. Tras la declaración de emergencia sanitaria, 46% de ellas no trabaja más en el hogar, 8% está de licencia y 12% está en seguro de paro. También hay quienes mantuvieron sus trabajos con las mismas horas (26%) y otras (10%) siguen trabajando pero menos horas.

El apoyo familiar no remunerado asociado a los cuidados también se redujo de manera drástica. Antes de la llegada de la covid-19, 29% de los hogares recibía apoyo en forma habitual de familiares cercanos. El mayor apoyo venía, justamente, de quienes hoy son población de riesgo: las abuelas y abuelos (80%). Desde la llegada del coronavirus, 74% de esos familiares dejaron de ir a estos hogares a encargarse de esos cuidados, 29% de ellos va, pero con menos frecuencia, y sólo 10% sostiene el apoyo con la misma frecuencia que antes.

También cambió el apoyo de las y los adolescentes en las tareas del hogar. En 42% de los hogares creció.

Algo que han mostrado otros estudios es que son las mujeres quienes dedican más tiempo a las tareas de cuidados de niñas y niños. Esta investigación señala que en 70% de los hogares, la madre es la persona que dedica más tiempo a esta tarea. En 10% de los casos es el padre, y en 12% son ambos.

El impacto de la pandemia en el empleo

En el caso de los trabajadores, hubo una reducción drástica de personas ocupadas y activas. Las más perjudicadas fueron las mujeres.

Antes de la llegada del coronavirus, 72% de las personas que integran el mercado laboral estaban trabajando. Ese porcentaje pasó a 50%. También varió el de quienes buscan trabajo, de 9% a 17%, el de quienes están en el seguro de paro, de 2% a 11%, y el de quienes están de licencia, de 1% a 3%.

El impacto del coronavirus sobre el empleo es parejo para varones y mujeres, aunque levemente superior para las mujeres. Antes, 61% de las mujeres encuestadas y 85% de los varones estaban trabajando. Después de la epidemia de covid-19, seguían en esa situación 38% de las mujeres y 65% de los varones. El desempleo de las mujeres pasó de 10% a 19% y el de los varones consultados de 7% a 16%.

Antes de la covid-19, 17% de las mujeres se dedicaba a los quehaceres del hogar, cifra que subió a 22%. En el caso de los varones, pasó de 1% a 2%.

De las personas consultadas en esta encuesta, antes de la pandemia 81% trabajaba fuera de su casa todo el tiempo o casi todo el tiempo. Actualmente 68% está en esta situación. El porcentaje de personas que trabajan en parte en su casa y en parte fuera prácticamente se mantiene (pasó de 13% a 12%) y creció (de 6% a 20%) el de quienes trabajan desde su casa todo o casi todo el tiempo.

El trabajo a distancia aumentó, con más énfasis en las mujeres que en los varones. En el caso de las mujeres, cayó el porcentaje de quienes trabajan fuera de su casa todo el tiempo o casi todo el tiempo, de 72% a 55%. En cambio, creció el de quienes trabajan desde su casa todo o casi todo el tiempo, de 9% a 29%. Los hombres no tuvieron tanta variación en su lugar de trabajo. Los que trabajan afuera pasaron de 87% a 78%, y los que trabajan desde su casa aumentaron de 5% a 14%.

Para 38% de las mujeres que trabajan desde su casa, “es difícil o muy difícil” combinar el trabajo con el cuidado de niñas, niños y adolescentes. En el caso de los varones, 20% destaca esta dificultad.

Brechas de género en el uso del tiempo

Antes del coronavirus, las mujeres destinaban un promedio de 4,7 horas al trabajo remunerado y los varones, 8,1. Después, el promedio se redujo a dos horas diarias para las mujeres y a 4,7 para los hombres.

A su vez, las mujeres que no dedicaban tiempo al trabajo remunerado pasaron de 40% a 71%, y el de las que dedicaban ocho horas o más se redujo de 47% a 14%. En el caso de los varones, 14% no dedicaba tiempo a trabajo remunerado, cifra que ascendió a 44%. Los que dedicaban ocho horas o más, pasaron de 76% a 39%.

La distribución de horas de trabajo no remunerado sigue siendo desigual. Las mujeres antes destinaban 6,9 horas promedio al trabajo no remunerado, y ahora dedican 8,1 horas. Y si antes 41% de ellas destinaba ocho horas o más, ahora ese porcentaje sube a 52%. Por su parte, los varones destinaban antes un promedio de 3,9 horas y ahora destinan 4,6. Sólo 13% de ellos no dedica ninguna hora al trabajo sin remuneración.

El trabajo remunerado de las mujeres bajó 57% y el no remunerado subió 16%, por lo que la carga total disminuyó 12%. En el caso de los varones, la caída del trabajo remunerado fue de 42% y el aumento del trabajo no remunerado fue de 15%, con una disminución de 21% en la carga total.

La epidemia trajo un aumento de las horas en que los adultos apoyan a los niños en tareas escolares, una labor que está feminizada: las mujeres le dedican el doble de tiempo. Antes de la covid-19, en 73% de los hogares era la madre quien habitualmente apoyaba en esas tareas, y después de la epidemia, el porcentaje aumentó a 79% de las mujeres. En los hombres, el porcentaje es de 52%.

Para 46% de las mujeres, la llegada del coronavirus significó una sobrecarga en las tareas del hogar. En el caso de los varones, sólo 23% dice estar sobrecargado. Según 80% de las mujeres y 87% de los varones esto no ha generado problemas de convivencia en el hogar. Hay una alta conformidad respecto de la distribución de tareas: 79% de las mujeres y 76% de los varones dice estar conforme.

La encuesta muestra, por otra parte, indicios de un aumento del consumo de cigarrillos entre quienes fuman y una disminución general del ejercicio físico en los adultos. En cuanto al consumo de cigarrillos, 30% de las mujeres y 22% de los varones dicen que fuman más desde la llegada del coronavirus. Son menores los porcentajes de quienes dicen que ahora fuman menos: 13% de las mujeres y 8% de los hombres. En las respuestas sobre el ejercicio físico que realizan las personas encuestadas, 47% de ellas dijo que se ejercita menos que antes.