Entre todas las cosas negativas que trajo la pandemia, hay una que se destaca claramente sobre el resto: la suspensión de las fiestas. Pero afortunadamente los uruguayos tenemos la libertad en nuestro ADN desde las épocas en que los gauchos recorrían la penillanura oriental a lomo de caballo. Es por eso que la prohibición de realizar fiestas se topó de frente con el deseo de los orientales de divertirse sanamente, y si bien los enemigos de la libertad se han ensañado en perseguir a las fiestas clandestinas, también hay muchas cosas que podemos hacer para que no nos descubra la burocracia censora orwelliana.

Comprate una estancia

El principal error que cometen los organizadores de fiestas clandestinas es hacerlas en zonas urbanizadas. Los vecinos escuchan la música, hacen la denuncia, llega la Policía y se acaba la diversión. Pero si la fiesta se hace en una carpa en el medio de una estancia de 20.000 hectáreas, los únicos que se van a sentir incomodados por la música van a ser los tatúes y los carpinchos, que no suelen tener un celular para hacer denuncias.

Llevá una laptop y un cigarrillo

“¿Es tan fácil como eso?”. ¡Sí, lo es! Cuando lleguen las autoridades les pedís a tus 150 amigos que se escondan y hacés de cuenta que estás en una fiesta vía Zoom. Y si los inspectores te preguntan por qué hay música al palo, una bola de espejos, cientos de vasos de alcohol por la mitad y un cigarrillo prendido, vos pedís perdón por estar fumando en un lugar cerrado, preguntás dónde podés pagar la multa y los acompañás a la puerta.

Alquilá un avión

La prohibición para realizar fiestas clandestinas rige para todo el territorio nacional. Pero ¿qué pasa en el aire? Pensalo.

Pagá impuestos

Cuando se tomó la decisión de prohibir fiestas ni siquiera se habían empezado a sentir los efectos económicos de la pandemia. Pero ya pasaron unos cuantos meses y las arcas públicas están casi vacías. Si pagás impuestos, el gobierno va a hacer la vista gorda. Y por la plata no te preocupes. ¡Todo lo que gastes lo vas a poder recuperar evadiendo impuestos cuando todo esto pase y el gobierno pueda empezar a concretar sus planes para promocionar la evasión fiscal!

Hacé tu fiesta en la embajada de Brasil

No todos los países reaccionaron de la misma forma ante la aparición del coronavirus. Jair Bolsonaro tomó una actitud mucho más liberal y en su país no hay prohibiciones de ningún tipo. Y como la embajada de Brasil es territorio brasilero, ahí podés hacer lo que quieras, incluso repartir hidroxicloroquina para los que se contagien el coronavirus por usar los mismos baños que la gente del lugar.

Pasate a la zoofilia

¿A qué inspector se le va a ocurrir decirte que está prohibido que te juntes con 50 o 60 perritos? Imposible que pase. Y como en definitiva vos hacés tu fiesta para terminar armando una buena orgía capaz de causarle envidia al mismísimo Fernando Cristino, practicar la zoofilia te va a permitir cumplir tu objetivo. ¡Y acordate de que siete años de los perros valen por uno de los humanos, así que con tres años de los nuestros ellos ya son mayores de edad!

Fabricá una máquina del tiempo

Hay gente que se queja porque este año no va a poder festejar la Noche de la Nostalgia. ¿Por qué en lugar de eso no hacés algo para pasar la mejor Noche de la Nostalgia de tu vida? Con una máquina del tiempo podés viajar a los 60 para sacudir la melena al son de “Love Me Do”, a los 70 para sacarle viruta a la pista con “I Will Survive” o a los 80 para bailar los temas de Zinatra. Y mirá que no es tan difícil como parece, alcanza con entrar en Youtube y escribir en la ventana de búsqueda “tutorial para fabricar una máquina del tiempo”. ¡Suerte!