A comienzos de diciembre, sólo 40,5% de los españoles decía estar dispuesto a darse la vacuna contra la covid-19, según registró un estudio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Otro 16% decía que lo haría si la vacuna “tiene garantías, si está probada, si es fiable”.

Poco después, el 27 de diciembre, comenzó el proceso de vacunación en ese país, y se volvió a hacer este estudio a partir de consultas realizadas en enero. Esta vez se vio un vuelco en las respuestas: 72,5% de los encuestados dijo que estaba dispuesto a vacunarse de inmediato, y otro 2,5% que lo haría si contaba con ciertas garantías.

En febrero, y cuando ya van 2,6 millones dosis de la vacuna aplicadas en España, un nuevo sondeo del CIS concluyó que 82,9% de los españoles están decididos a vacunarse cuando les corresponda, el doble de los que daban esas respuesta en diciembre.

Al mismo tiempo, cayó el número de personas que se negaban de manera tajante a recibir la vacuna. En diciembre eran 28%, en enero, 16,5%, y en febrero, 6,5%. Según publicó RTVE, la mayoría de quienes dijeron que no se vacunarían manifestaron que no confían en las vacunas (31,2%), y otros que tienen miedo a los efectos secundarios o riesgos para su salud, o que preferían esperar.

Un artículo del diario español El País sobre el estudio de enero del CIS informó que las opiniones acerca de la vacuna variaban según las posiciones políticas de los encuestados. Los más dispuestos a vacunarse eran los votantes de centroizquierda y de izquierda, los que apoyaban al Partido Socialista Obrero Español (82,6%) o a Unidas Podemos (77,1%). Los más reacios eran los votantes del ultraderechista Vox, que sin embargo pasaron de 49,6% dispuestos a vacunarse en diciembre a 57,5% en enero. Pero quienes experimentaron un mayor cambio de diciembre a enero fueron los votantes del conservador Partido Popular, que pasaron de sólo 28,9% a 72,6% decididos vacunarse apenas lo tuvieran habilitado, y los partidarios de Ciudadanos, de derecha liberal, que pasaron de 32,9% a 77,9%.