Parece aquel chiste típico de estudiantes de Bellas Artes o de teatreros primerizos: “¿Qué es el helarte? Morirte de frío”. Pues bien, el asunto es así: quedó momentáneamente libre un enorme local sobre la peatonal Pérez Castellano y hay un equipo de gente que le está cambiando la cara, porque Crema se junta con Hungry Art para “armar sinergia entre artistas, sabores, luces”, en un espacio físico que durará en principio hasta la primavera.

Crema es una heladería y un colectivo artístico haciendo lo que mejor saben hacer, pero sólo por tres meses, desde el 24 de julio hasta el último fin de semana de setiembre. Una tentación con fecha de caducidad, un local pop-up, que aparece y se va, el preestreno de una marca.

Para el montaje fueron convocados artistas de distintas disciplinas, que realizaron obras especialmente para esta ocasión. “Crema es un lugar para todos. Un sitio que envuelva las ganas de los chicos y el placer de ver y de estar de los adultos”, argumentan sus impulsores, que quieren revivir la alicaída Ciudad Vieja fomentando la participación del barrio.

“No existirán helados clásicos (no hay dulce de leche)”, provocan de antemano. La maestra heladera a cargo es Adriana Zaro, quien estuvo cuatro años formándose en Italia. Lo que sí habrá: yogur con mermelada de frambuesa y cardamomo, café vietnamita, chai y leche de almendras, sorbete de naranja y vermú, peras y queso azul. “Sentimos la libertad de crear e innovar porque es algo que empezará y tendrá un pronto final”.

El equipo está compuesto por Julián Medina, del vecino café Sometimes Sunday, y Álvaro Russi, de Pez Globo, La Campeona empanadas y Misión Comedor, a los que se agregan los Hungry Art: la fotógrafa Ceci Gervaso junto a los creadores convocados (el especialista en lettering Gastón the Painter, la música Ino Guridi, de Isla Panorama, la diseñadora y arquitecta Ximena Fontaiña, la diseñadora Azul Gattás, el muralista Bruno Repetto, Pedro Duarte en cámaras, Camila Fernández a cargo de luminarias, de Estudio del Espacio, y Andrey Manirko).

Se van a vender reproducciones a precios accesibles y de algunas obras se van a imprimir camisetas y tote bags. La heladería estará abierta sólo los sábados y domingos y habrá un cronograma “con diferentes movidas, con distintos artistas cada vez”.